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Cada día son más los anuncios de empresas que se están viendo obligadas a parar de forma temporal por el impacto de la guerra en la cadena de suministros, en la logística o por la escalada de los costes de la energía. La mayoría, ... industrias electrointensivas. Una cascada que podría acrecentarse en los próximos días a medida que se alarga el conflicto.
Y aunque hasta ahora las empresas están tirando de bolsa de horas o de medidas de flexibilidad interna pactadas en los convenios, como es el caso de las plantas de Michelin de Lasarte-Oria y de Vitoria, entre otras, la amenaza de ERTE sobrevuela ya sobre una parte del tejido productivo.
De hecho, algunas compañías no descartan tener que volver a acudir a un expediente de regulación temporal de empleo para poder hacer frente a las consecuencias económicas del conflicto de Ucrania.
Adegi ponía cifras este jueves al impacto de la guerra en las empresas del territorio al señalar, según una encuesta suya, que seis de cada diez compañías del territorio están sufriendo las consecuencias del conflicto de forma directa e indirecta. Ante esta situación la asociación empresarial reclamaba al Gobierno de Pedro Sánchez la activación del mecanismo RED contemplado en la reforma laboral para situaciones como ésta, con reducciones de jornada o la suspensión temporal de contratos.
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El Mecanismo RED de flexibilidad y estabilización es una herramienta que permite al Gobierno, en situaciones complicadas para la economía en general o para un sector en particular, habilitar ayudas a empresas con el objetivo de proteger los empleos, mediante suspensiones o reducciones de jornada. De hecho, el Ejecutivo de Sánchez ya ha activado uno sectorial para las agencias de viaje, que todavía no han recuperado gran parte de lo perdido durante la crisis generada por el Covid.
Los sindicatos vascos también temen que se pueda producir una cascada de ERTE como consecuencia de la guerra, aunque están convencidos de que no llegará a los mismos niveles de la pandemia.
Eso sí, LAB cree que algunas empresas pueden aprovechar la coyuntura para reducir costes, «como siempre a costa de los trabajadores». Y añade que algunas de esas compañías cerraron el año pasado con grandes beneficios. Con todo, apunta que la receta en todas las crisis que se han producido en las últimas décadas «es siempre la misma: la de hacer recaer en el trabajador el peso de la salida de las recesiones».
Xabier Ugartemendia, responsable de Negociación Colectiva de LAB, aboga por «analizar la situación de cada empresa y no tanto por activar el mecanismo RED, que beneficia –dice– sobre todo a las empresas».
ELA cree que si se alarga el conflicto, las empresas que ahora están recurriendo a bolsas de horas y medidas de flexibilidad interna tendrán que buscar otras soluciones como los ERTE. En este contexto, ve factible activar el mecanismo RED como un mal menor, aunque entiende que «es una forma de ayudar a las empresas más que a los trabajadores». «Es mejor eso que nada», indica Pello Igeregi, responsable de Acción Sindical de ELA.
Pero aboga por medidas mucho más ambiciosas y de más calado. «Hay que abordar el problema de fondo. Son problemas de medidas globales de valor. Si no se relocaliza y no se cambia el modelo productivo será un nuevo parche y seguirá el problema de fondo», recalca. «Hay que reducir el consumo de energía y buscar mecanismos para que la gente no sufra en la transición hacia un modelo productivo, que vendrá, pero dirigido para que la gente viva mejor», insiste.
Entiende que la situación actual es grave y es una consecuencia global de situaciones críticas anteriores, de energía y suministros, a las que no se les ha buscado solución en el pasado. «Se ha perdido mucho tiempo para buscar una solución y darle un enfoque diferente», remarca.
Fran Osuna, de CC OO de Euskadi, señala que todo apunta a que afectará a una parte importante de la industria, aunque cree que los ERTE no llegarán a los niveles del Covid. «Dependerá en cada sitio del tipo de dependencia que tengan respecto a Rusia y Ucrania, no solo en energía, sino en lo relacionado con los suministros...». Defiende que se puede activar el mecanismo RED, pero también los ERTE tradicionales fuera de este instrumento y que también contempla la nueva reforma laboral con las ventajas que tuvieron en el Covid.
Sin embargo, Raúl Arza, Secretario general de UGT-Euskadi, defiende que se pongan en marcha todas las medidas como se hizo y durante el Covid, incluido el mecanismo RED, para mantener los puestos de trabajo y minimizar el impacto de la guerra.
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