Trabajo

La Inteligencia Artificial pondrá en jaque 170.000 empleos en Euskadi hasta 2035

«Si hay un reto de futuro, ese es el que presenta la IA; el aprendizaje por parte de las máquinas hasta el punto de que tomen sus propias decisiones», señala el informe, que reconoce que en este asunto hay tanto desconocimiento sobre lo que pueda deparar como interés por tenerlo más claro.

Tomando como punto de partida un profuso estudio de la OCDE sobre este asunto y a iniciativa del Servicio Vasco de Empleo-Lanbide, el Centro de Predicción Económica (Ceprede) ha trasladado los datos a Euskadi.

Las conclusiones son muchas y variadas. Quizás la más sorpredente respecto a las lecciones aprendidas en anteriores revoluciones como la digitalización o la robotización de la economía es que la sombra de la IA es muchomás alargada, ya que no solo impacta en empleos o sectores manuales, repetitivos o de escasa cualificación.

De hecho, advierte el ensayo, la IA puede tener también afección «en los puestos de trabajo que necesitan de cierta especialización e, incluso, en tareas que se pueden definir como complejas». Entre ellas se mencionan competencias como las bellas artes, las habilidades psicomotrices o la comprensión lectora. «Asesorar, enseñar gestionar, comunicar y programar son cuestiones que hasta ahora no cabían en la automatización de tareas y que ahora están encima de la mesa», apunta el trabajo. Eso sí, también dice que existen ciertos 'cuellos de botella' o dificultades intrínsecas para automatizar otra serie de actividades como puedan ser la negociación, la administración de recursos personales, la resolución de problemas complejos, el cuidado de personas... Como conclusión, la OCDE estima que un 28% del empleo total sufre un «riesgo moderado» ante la irrupción de la IA mientras un 10% se enfrenta a un «alto riesgo». Aún así, matiza, la destrucción o desaparición de los puestos de trabajo como tales sólo afectaría a entre un 17% y un 27% de ese último grupo.

«Habría que hablar de que la tecnología complementará, pero no sustituirá, a los humanos. Esto requerirá de adaptación de las organziación y de adaptación de las personas», añade el análisis.

Si la lupa se acerca a las diferentes ramas sectoriales más expuestas, son los talleres de coches los que se llevan la palma, con una eventual incidencia de 21.967 empleos. Una cosa llama poderosamente la atención, y es la posición vulnerable de la metalurgia y los productos metálicos (con notable peso en la economía guipuzcoana); ramas que ya han vivido en el pasado sus propias reconversiones.

En otro orden de cosas, Pedro Azpiazu se mostró «optimista» sobre el futuro de la comunidad autónoma en términos macroeconónicos y reiteró su idea de mejorar las previsiones oficiales de crecimiento del PIB para este año cuando pase el verano. Según ha podido saber DV, la idea, a esta hora, es elevar tanto la estimación para 2023 (hoy en el 1,6% interanual) como la de 2024, para el que se espera un repunte del Producto Interior Bruto del 2,1%.

Acompañado por el viceconsejero de Economía y Fondos Europeos, Iñaki Barredo, y por el director de Economía, Alberto Ansuategi, el consejero Azpiazu volvió a reiterar sus últimas apreciaciones sobre los Fondos Next Generation y señaló que «urge que las instituciones regionales sean protagonistas, de manera que los fondos europeos aterricen de una vez por todas».

En caso contrario, advirtió el consejero de Economía, «corremos el riesgo de perder gran parte por el mal diseño de la gobernanza que se ha establecido por parte de España».