El Gobierno Vasco estima que en Euskadi residen 20.000 extranjeros no regularizados, quienes podrían verse beneficiados por el futuro traspaso a Euskadi de la competencia relativa a la autorización de los permisos de trabajo. Una cuestión celebrada por sectores como el de la hostelería, ... la construcción y sus gremios o el transporte de mercancías por carretera de Gipuzkoa, que acusan la escasez de mano de obra, y piden a las administraciones agilizar procesos como el de las 'contrataciones de origen' para poder mantener su competitividad. Por ello, los miles de inmigrantes que buscan obtener la documentación para poder optar a un contrato laboral en el territorio celebran la transferencia, y esperan que de esta manera se puedan acortar los plazos de una concesión que se alarga meses. Los detalles de la transferencia se concretarán el próximo jueves, pero la administración vasca espera comenzar a expedir contratos en 2025.
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Uno de los principales problemas al que se enfrentan las personas inmigrantes a la hora de conseguir regularizar su situación es el de presentar un precontrato de trabajo. Es decir, el acuerdo mediante el cual se establecen las condiciones de la relación laboral que se va a mantener en el futuro cuando se obtenga el permiso de trabajo. Varios extranjeros que se encuentran en situación irregular consultados por este periódico relatan que «aunque muchos empleadores están dispuestos a contratar gente, no se pueden comprometer a materializar una relación laboral y esperar cinco o seis meses, hasta que se complete el proceso administrativo». Muchos prefieren no salir en público, sobre todo al trabajar 'en b'.
El Ejecutivo autonómico tendrá ahora la capacidad de entregar permisos de trabajo, aunque la residencia todavía queda en manos del Gobierno central. Euskadi controlará dos procedimientos, como las 'contrataciones de origen, y en las ocupaciones de difícil cobertura, lo que permitirá generar algunos procesos «en base a las necesidades del mercado laboral de una forma más ágil». Con todo, el Gobierno Vasco trabaja con entidades del tercer sector y asociaciones como la de hostelería en procesos de acompañamiento legal e integración laboral a través de Lanbide para acelerar estos procesos.
Abderrahmane Alouani y Destiny Imoh Extranjeros que piden el permiso de trabajo
Todo el mundo me pregunta lo mismo: '¿cómo es que aún no has podido regularizar tu situación?' Llevo cinco años intentándolo por todos los medios, pero España te exige presentar un contrato laboral, y eso es muy difícil porque el proceso administrativo es muy largo. La hostelería, la construcción u otros sectores necesitan que entres a trabajar ahora, no dentro de cinco o seis meses, que es lo que hay que esperar». De esta manera resume Destiny Imoh, una joven nacida hace 25 años en Nápoles, pero de padres nigerianos, la odisea que vive para conseguir la autorización del permiso de trabajo para las personas inmigrantes.
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Tanto Imoh como Abderrahmane Aloauni, un joven de 23 años nacido en Casablanca (Marruecos), participan en un curso formativo organizado por la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa, y con colaboración del Grupo CEI, Lanbide y la Oficina de Extranjería de Gipuzkoa, donde se ofrece un itinerario integral destinado a facilitar las autorizaciones de residencia y trabajo por motivos de arraigo. Es decir, las citadas entidades ofrecen a personas inmigrantes la posibilidad de recibir una formación para poder optar a un contrato laboral y, en consecuencia, obtener su regularización.
Esta iniciativa pionera nació por la necesidad de atraer trabajadores a un sector como el de la hostelería, que ha acusado la escasez de mano de obra en los últimos años. Abderrahmane Aloauni relata que su «aspiración» es llegar a «gestionar un negocio algún día». Este joven marroquí llegó a Gipuzkoa hace poco más de dos años mediante un visado de estudiante. Homologó sus estudios en Bachillerato, pero el visado finalizó antes de que terminara el grado superior de Turismo que cursaba en un instituto donostiarra. Ahora, explica Aloauni, «estoy realizando este curso para poder regularizar mis 'papeles', y empezar a trabajar en la hostelería. También tengo pensado estudiar un grado superior en Marketing», detalla este joven que reside en Intxaurrondo.
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En el curso, que contempla unas 400 horas de formación teórica y práctica, participan una treintena de hombres y mujeres extranjeros que llegan, en su mayoría, de Marruecos y otros países de Sudamérica. Y la mitad de ellos tienen entre 18 y 30 años. Eso sí, para entrar en este tipo de cursos se exigen varios requisitos, como el hecho de haber permanecido en España un periodo mínimo de dos años previos a la solicitud del permiso de residencia; no tener antecedentes penales en España o en el país de origen; pasaporte en vigor y competencias suficientes en castellano.
Para Destiny Imoh y Abderrahmane Aloauni esta formación «supone una oportunidad para poder conseguir regularizar nuestra documentación, y comenzar a trabajar». Y, en este sentido, añaden que «en muchos sitios nos han dicho que en cuanto tengamos toda la documentación, nos van a contratar. Pero tenemos que esperar un proceso que se alarga mucho en el tiempo. Esperamos que con esta noticia todo pueda acortarse un poco en el tiempo, y otros que vengan a trabajar puedan hacerlo antes».
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Ander Labar Hostelero
El caso de Ander Labar, propietario del bar-restaurante Itsaslabarrak de Deba, se podría hacer extensible al resto del sector de la hostelería de Gipuzkoa. Este hostelero relata que lleva poco más de un año al frente del local enclavado en la playa Santiago, pero agrega que «desde el primer momento notamos que íbamos a tener problemas para encontrar personal». Además, continúa, «nosotros tenemos el handicap de estar en un pueblo de sólo 4.000 habitantes».
Labar corrobora que «hay gente que está dispuesta a trabajar, pero hay mucho extranjero que no tiene su situación regularizada». Por lo tanto, explica, «si tú quieres hacer las cosas bien, no puedes contratar a personas que no tienen toda la documentación en regla». Sobre todo, porque a juicio de Labar «no hay tanta gente dispuesta a trabajar que tenga su situación completamente regularizada».
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Ante esta situación, Ander Labar se puso en contacto, como muchos otros hosteleros, con la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa para encontrar una posible solución. De esta manera, el propietario de Itsaslabarrak detalla que tuvo constancia de los cursos formativos donde se ofrece a extranjeros en situación irregular la posibilidad de acceder al permiso de trabajo. «Ellos pueden hacer las prácticas formativas con nosotros y, en un futuro, trabajar aquí. Al final, son personas que sólo piden una oportunidad para poder trabajar, y creo que las instituciones deberían facilitar estos procesos», explica.
La mitad de la plantilla del restaurante de Labar son extranjeros. Y, en esta línea, afirma que «la mayoría de ellos lleva mucho tiempo en España, y todos viven en Deba. Pero, en su caso, también han tenido que esperar muchísimo, en algunos casos hasta cinco años hasta que han podido regularizar toda su documentación». De hecho, prosigue, «yo tengo amigos con los que he coincidido en cursos de gestión de negocios que aún no han podido regularizar su situación. Y llevan cuatro años así», apostilla.
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Labar reflexiona que «básicamente, la problemática principal que estamos encontrando es la escasez de mano de obra». Y revela que «ahora, como empleador, me he dado cuenta de que sí que hay gente que está dispuesta a trabajar porque me dejan su currículum. No te voy a decir a diario, pero sí que vienen dos o tres a la semana. Pero. después, contactas con ellos para preguntar si tienen legalizada su situación y te dicen que no. Entonces, claro, ¿qué haces?; ¿les contratas? Pues no, no puedes hacer eso».
Sin embargo, el hostelero comprende que «lógicamente existen trámites administrativos que hay que cumplir para hacer las cosas bien. Con todo, creo que si la gente quiere trabajar y lo quiere hacer de forma legal, lo mejor es que las instituciones intenten agilizar todo estos procesos lo máximo posible». Así las cosas, Labar valora positivamente el traspaso de la citada competencia al Gobierno Vasco, y espera que de esta manera la concesión del permiso de trabajo «se pueda conseguir antes para no tener que esperar más de seis meses».
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Amed Extranjero no regularizado
Amed, un hombre de mediana edad nacido en Marruecos, prefiere no hacer público su apellido porque aún no ha conseguido regularizar su situación en Gipuzkoa. Vive en el territorio desde hace poco más de dos años junto a su mujer e hija de dos años, y relata las «dificultades» que padece para conseguir la concesión administrativa que le permita ser «uno más para trabajar como todo el mundo». Este padre de familia que reside en San Sebastián explica que no hay otra alternativa «que trabajar en 'negro'. Pero así -suspira- es muy difícil sacar a una familia adelante».
Ahora, este marroquí participa en uno de los programas que desarrolla el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, y la fundación CIE. Está especializándose en cocina y hostelería, y espera conseguir «pronto» un precontrato laboral que le permita acceder al permiso de trabajo. Sin embargo, éste no es el primer intento de Amed para tener la documentación en regla. «La primera vez que llegué a España fue en el 2006, pero tres años más tarde tuve que volver a Marruecos porque mi madre enfermó. Estaba a punto de lograr los 'papeles', pero me quedé a las puertas», relata.
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A principios de 2022 decidió volver a intentarlo, pero tres años después aún espera esa relación laboral que le permita acceder al permiso de trabajo. Desde entonces, Amed se ha mantenido «con trabajos puntuales. De un sitio a otro, y a base de recomendaciones». Y, en esta línea, agrega que «es frustrante porque te das cuenta de que sí hay trabajo. Además -subraya-, hay muchos extranjeros que están en mi misma situación, con trabajos puntuales». También confirma que «muchos empleadores me han dicho que me contratarían, pero no pueden porque no tengo toda la documentación en regla».
Por lo pronto, Amed espera que después de las prácticas formativas le ofrezcan una oportunidad laboral. «Quiero dar el 100% en el trabajo, ya sea en un bar o en un restaurante. O incluso en una cocina. Y que una vez cumplidas las prácticas tenga delante un contrato laboral». Además, en un futuro «quiero volver a estudiar para poder acceder a un grado medio y, después, a un grado superior. Pero ahora mismo estoy centrado en el curso puesto que es una buena oportunidad para conseguir el permiso de trabajo que me permita regularizar mi documentación», añade.
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Sobre la noticia de la transferencia al Gobierno Vasco de la competencia relativa a la autorización de los permisos de trabajo, este vecino de San Sebastián de origen marroquí espera que «pueda agilizar y facilitar todos estos procesos que se alargan meses. Es una buena noticia para todos los extranjeros que están en una situación como la mía». «Es importante -concluye- cumplir todos los trámites administrativos, y entiendo que lleven su tiempo, pero si finalmente se consiguen acortar los plazos será una muy buena noticia para todos».
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