Secciones
Servicios
Destacamos
Más de 70.000 trabajadores guipuzcoanos se verán beneficiados por la reducción de jornada a 37,5 horas. Una medida que recibió ayer el visto bueno del Consejo de Ministros pero que deberá ser aprobada en el Congreso donde el Ejecutivo no tiene todavía garantizados ... todos los apoyos necesarios. Una cifra que en el caso de Euskadi asciende hasta los 357.000 empleados, según los datos aportados por el Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi (CRL), quien recuerda que el cómputo anual de esas 37,5 horas sería de 1.712 horas.
El CRL señala que de esos 70.000 trabajadores guipuzcoanos, 43.500 corresponden a los que tienen convenios en vigor que contemplan una jornada por encima de las 37,5 horas semanales. A estos habría que añadir la población trabajadora con sus convenios decaídos, que son 12.378 personas y que también tienen jornadas superiores, y las que trabajan en actividades no reguladas por convenio, como las empleadas de hogar, que suman otras 13.800 personas. Así, el cómputo global asciende a 69.678 personas.
Con todo, falta por computar las personas con convenios de ámbito estatal con incidencia en Gipuzkoa con una jornada superior a las 37,5 horas. Un dato que el CRL no dispone en estos momentos, aunque incrementará esa cifra inicial.
En lo que respecta a Euskadi, la población trabajadora con una jornada laboral superior a las 37,5 horas semanales se situaría en torno a las 357.000 personas. De ellas, unas 277.000 tienen convenio colectivo en vigor o prorrogado; otras 50.000 personas trabajan en actividades no reguladas por convenio, y finalmente, otras 30.000 tienen sus acuerdos decaídos y sin cobertura. Esto supone que aproximadamente algo más del 50% de los trabajadores del sector privado de la CAV podrían verse afectados en mayor o en menor medida por una reducción de su jornada. Los empleados más afectados por esta norma serían quienes trabajan en el sector servicios, en concreto en hostelería y comercio, y también las empleadas de hogar. En este último caso son 28.000 en la CAV.
De acuerdo con los datos del CRL, de las más de 277.000 personas en cuyos convenios se contempla una jornada laboral por encima de las 1.712 horas, el 54,5% estaría cubierto por convenios negociados en Euskadi y el 45,5% restante, por convenios de ámbito estatal con incidencia en la CAV. La Asociación Hostelería Gipuzkoa, cuyo convenio recoge una jornada semanal de 38,2 horas semanales, indicó ayer que de aprobarse esta reducción «conllevaría una subida de costes y en consecuencia de precios».
37,5 horas: Se reduce 2,5 horas la actual semana de 40 horas.
Entrada en vigor: Se da de plazo hasta el 31 de enero.
Impacto: 12,5 millones de trabajadores.Registro horario
Digital: Los inspectores podrán acceder en remoto.
No manipulable: No podrán falsearse datos.
Multas por persona: Hasta 10.000 euros por no tenerlo.
Derecho irrenunciable: La empresa deberá respetar el tiempo de descanso.
Sin represalias: No atender una llamada o email no podrá tener consecuencias negativas.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, indicó que el Gobierno espera que el anteproyecto de ley llegue al Congreso a finales de febrero o principios de marzo. La vicepresidenta y ministra de Trabajo y Empleo, Yolanda Díaz, no se atrevió a fijar una fecha para su aprobación, consciente de que necesitan el apoyo de otros grupos parlamentarios.
Eso sí, aseguró que ayer era «un día histórico» para los doce millones de trabajadores que se verán beneficiados de esta reducción de jornada. El anteproyecto es fruto del acuerdo firmado el pasado mes de diciembre entre el ministerio que dirige Yolanda Díaz y las centrales CC OO y UGT, ya que la CEOE y Cepyme se opusieron al entender que la reducción de jornada se debe alcanzar vía negociación colectiva. El objetivo de Trabajo es que la norma esté publicada en el BOE antes del verano para que las empresas puedan tener unos meses de adaptación hasta final de año.
La reducción de jornada viene acompañada de una reformulación del control horario. Yolanda Díaz indicó que «será modificado. Será digital, interoperable con control remoto y en el que la Inspección de Trabajo va a saber en tiempo real cuáles son las jornadas que cualquiera va a hacer». También incluye el «derecho irrenunciable a la desconexión digital».
La secretaria general de CC OO de Euskadi, Loli García, indicó ayer que acudirán con «mente abierta y sin líneas rojas» a negociar un acuerdo interprofesional para fijar un salario mínimo en Euskadi. Un encuentro que tendrá lugar mañana en el CRL después de que ELA, LAB, CC OO y UGT registraran la petición de forma coordinada aunque separada convocando a la misma a Confebask. La patronal vasca solo ha confirmado hasta el momento que acudirá al encuentro, donde se constituirá la mesa negociadora, aunque no desvela si se abrirá a una negociación para alcanzar un acuerdo.
Loli García también indicó que no van a entrar en «una subasta para fijar ese salario mínimo, porque «es un tema muy delicado y es importante trabajar con números reales». Al respecto, el Gobierno Vasco se ha comprometido a realizar un estudio para plantear una cantidad que se adecúe a la realidad vasca y que pondrá a disposición de los participantes en la mesa.
Cabe recordar además, que ELA, LAB y el resto de sindicatos nacionalistas abogan también por compatibilizar esta vía con otra parlamentaria, ya que han presentado una iniciativa legislativa popular para que Euskadi tenga competencias para fijar un SMI propio.
Por otro lado, las cuatro centrales pidieron al Gobierno Vasco la convocatoria urgente de la Mesa General de la Función Pública después de que este lunes el Ejecutivo no acudiera a la convocada por ELA en el CRL. Denuncian la «falsa voluntad negociadora» del Gobierno Vasco y critican que no haya fijado reunión hasta el 18 de marzo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.