Tubacex ultima una reestructuración con aplazamiento de inversiones y sin descartar pérdida de empleo

Tubacex cerrará con pérdidas este año y sus ventas serán «mucho más bajas» de los 800 millones previstos inicialmente debido a la crisis derivada del coronavirus. Ante este escenario, el grupo, que mantiene «una sólida posición financiera», anunció ayer una reestructuración «importante» sin descartar ajustes en el empleo y aplazará aproximadamente la mitad de las inversiones de este año.

Estas previsiones fueron dadas a conocer por el presidente de la compañía alavesa, Álvaro Videgain, y su consejero delegado, Jesús Esmorís, en una rueda de prensa con motivo de la Junta de Accionistas celebrada el miércoles de forma telemática. En su comparecencia hicieron balance de 2019, un ejercicio, tras años de crisis, «muy importante» en el avance de la estrategia del grupo. Tubacex cerró con unas ventas de 614 millones, un beneficio de 11 millones, un Ebitda de 67,1 millones, en línea con el obtenido en 2018, a pesar de verse forzada a paralizar un importante pedido para Irán ante las sanciones impuestas por EE UU.

En principio, 2020 y 2021 presentaban «muy buenas perspectivas». No obstante, las proyecciones van a quedar trastocadas como consecuencia de la pandemia. Esmorís indicó que «ha cambiado por completo la situación», no solo desde el punto de vista de la caída en Bolsa, que ha sido «muy importante», de un 49%, sino con un «efecto considerable» en el negocio. El consejero delegado señaló que se estima una reducción de inversiones y proyectos de entre un 30%-40% en el sector energético, de automoción o en el aeroespacial, en el que tienen «cero pedidos». Ante esta situación, Tubacex tiene previsto acometer una «importante reestructuración». Cuestionado por si implicará recorte de empleo fijo, respondió que, «ante una caída del 50%, o pones a la gente a jugar a cartas o es imposible».