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La influencia de las redes sociales en procesos electorales y referendums ha sido ampliamente estudiada en los últimos años, especialmente desde el escándalo de Cambridge Analytica en 2018, la empresa que aprovechó Facebook para analizar perfiles de votantes estadounidenses y vendérselos al mejor postor, es decir, a Donald Trump. Ahora el foco está en las elecciones a la presidencia de Rumanía, en las que el populista y proruso Calin Georgescu fue el vencedor de la primera vuelta, celebrada el pasado 24 de noviembre.
Declarado admirador de Vladimir Putin, Georgescu ha tenido un ascenso meteórico en la carrera hacia la jefatura del estado rumano. A pesar de su edad, 62 años, este profesor universitario ha sabido aprovechar a su favor una red social en ascenso en su país, TikTok, que le ha servido para ir multiplicando su popularidad y viralizando sus mensajes hasta ser el más votado en la primera vuelta de estas elecciones que quizá se suspenda ya que el Tribunal Constitucional ha ordenado revisar los votos tras acusaciones de irregularidades en la financiación de la campaña del momentáneo ganador y por dudas en el proceso de recuento.
Pero, ¿cómo se ha servido este político de TikTok para ascender? Por varios factores que ha sabido aprovechar a su favor y unos algoritmos que tanto en esta red social como en otras, benefician a los mensajes alarmistas y catastrofistas. Precisamente una investigación conjunta de varias universidades demostraba la semana pasada que la indignación es la chispa que utilizan los fabricantes de bulos y que contribuye a viralizar contenidos.
Los mensajes de Georgescu ya tienen de por sí muchos boletos para ser virales y se ha bastado con una campaña electoral desde Tiktok para lograr la victoria -momentánea- por sorpresa: agitar discursos de miedo (en este caso hacia la Unión Europea o la OTAN), el odio al diferente (antisemitismo), llamamientos al revisionismo (del fascismo rumano), alabanzas a «los agraviados y los humillados» y soflamas nacionalistas (defiende la independencia económica de Rumanía reduciendo las importaciones)... El cóctel completo para lograr mover a quienes ven sus vídeos a pulsar el botón de compartir o a comentar una vez influenciados por su aura de indignación.
Algoritmos que favorecen la indignación, ya que tienden a priorizar el contenido que genera reacciones emocionales fuertes. Los mensajes de Georgescu, cargados de miedo, odio y nacionalismo, se benefician de esta dinámica.
Apoyo de influencers: Varios perfiles muy populares en TikTok promovieron los mensajes de Georgescu, amplificando su alcance.
Uso de trolls y bots: Se sospecha que se utilizaron perfiles falsos, humanos y robotizados, para aumentar artificialmente su popularidad.
Mensajes disfrazados: Los seguidores de Georgescu colaron sus mensajes y hashtags en todo tipo de contenidos no políticos
El crecimiento de su perfil ha sido meteórico, con picos de 30.000 nuevos cada semana y un aumento de 330.000 en dos meses. Para ello se sirvió de los hashtags (etiquetas que permiten visualizar contenidos de un mismo tema) hasta que consiguió que un buen número de seguidores las utilizaran también. La ayuda definitiva llegó de la mano de varios influencers que ya contaban con una gran popularidad en esta plataforma china que impulsaron aún más sus mensajes.
Aunque los algoritmos sean complejos y secretos, parten de un denominador común: si el mensaje, generalmente simple, llega a un número pequeño de receptores y un porcentaje grande de éstos interactúan de alguna forma sobre el mismo (un 'like', un comentario, compartirlo...), la red social lo mostrará en un círculo mayor. Un mecanismo que se puede trampear si compañía propietaria se deja. En este caso fueron algunos seguidores los que colaron los hashtags favorables a Georgescu en vídeos de los rivales e incluso en otros contenidos más blancos, desde consejos de jardinería a las habituales coreografías que colonizan estas plataformas.
En esta estrategia, pues nada es casual, tampoco han faltado contenidos apoyados por trolls (usuarios falsos dedicados solamente al objetivo de extender estos contenidos) y bots (también perfiles falsos pero automáticos, de los que no se cansan). Todo ello aderezado con las sospechas de una financiación llegada desde Moscú a un candidato que simpatiza con sus políticas.
Algo que parece tan inocente puede tener consecuencias al nivel político más alto, como en este caso. La petición de medidas llega desde dentro del país y desde fuera. El Consejo de Defensa de Rumanía emitió un comunicado en el que alude al «trato preferencial» de TikTok hacia Georgescu y la «disminución exponencial de la visibilidad de otros candidatos». La nota insta a las autoridades competentes en procesos electorales a «adoptar las medidas necesarias para aclarar» estas preocupaciones sobre la seguridad nacional.
El Consejo Nacional Audiovisual rumano también ha pedido ayuda a la Comisión Europea para que investigue el papel de TikTok en este proceso electoral por sospechas de «manipulación de la opinión pública». La petición será evaluada bajo la Ley de Servicios Digitales europea.
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