Con más de dos mil millones de usuarios, WhatsApp es la aplicación más popular del mundo. Su sencillez, la posibilidad de mantener un contacto directo con muchas personas, la mayoría amigos y familiares, genera una falsa sensación de confianza que los ciberdelincuentes tratan de aprovechar para hacerse con nuestro dinero o nuestros datos. Y es que con 100.000 millones de mensajes enviados cada día, esta plataforma resulta tremendamente atractiva para los estafadores, por lo que no debe extrañar que estos engaños sean cada vez más habituales y sofisticados. «Al tener en el WhatsApp muchos contactos personales bajas la guardia y no hay que bajarla porque WhatsApp es una red social más a tener en cuenta», advierte Jorge Campanillas, abogado especialista en Derecho de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones y fundador del despacho de abogados Iurismática Abogados. «Cada vez se tiende a desconfiar más de los mensajes que nos llegan a través de las redes sociales y con WhatsApp cada vez más hay que estar ojo avizor porque se están produciendo cada vez más estafas. Tenemos que tratar de controlar un poco más esta herramienta y tomar algunas garantías», apunta el letrado a modo de advertencia.
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No existen datos precisos sobre el porcentaje de ciudadanos que han podido ser víctimas de alguna de las múltiples estafas que se producen a través de esra red social porque en muchas ocasiones las víctimas no son conscientes del engaño o simplemente prefieren no denunciar por vergüenza ocultando lo ocurrido, pero se estima que estas estafas han aumentado en torno a un 2.000% en los últimos años. «Tenemos una sensación generalizada de que estos casos están aumentando» -confirma- «tanto por lo que se oye a través de los medios de comunicación como por los casos que vemos a diario. Es evidente que cada vez nos llegan más WhatsApps raros a nuestros teléfonos móviles y muchos de ellos tienen que ver con este tipo de engaños», explica.
Existen diferentes tipos de estafas y cada vez más sofisticadas. Las hay simples y sencillas, como las que tratan de obtener nuestro dinero suplantando una identidad o apelando a los sentimientos, siempre aprovechando un exceso de confianza por parte de la víctima. Pero también las hay más sofisticadas y difíciles de detectar a primera vista que tratan de lograr su objetivo a través del engaño, de modo que la víctima puede tardar un tiempo en darse cuenta de que ha sido estafada.
En cualquier caso, si somos víctimas de una estafa a través de WhatsApp el consejo siempre es el mismo. «Si detectamos que nos han estafado, lo primero que tenemos que hacer, como en el resto de casos, es denunciar porque si luego necesitamos ir al banco para paralizar alguna trasferencia que se haya podido hacer o parar tratar de que nos devuelvan el dinero, podamos demostrar que por lo menos se ha denunciado, que se trata de una estafa», explica Campanillas. En caso de denuncia, realizar un informe pericial puede ser de gran ayuda, aunque «depende de la estafa. Si es una estafa de andar por casa, de poco dinero, no merece la pena», deja claro el abogado. «Sí si se trata de algo más grave, de cantidades altas, está bien porque el informe pericial es una prueba fehaciente de que tú no te has inventado nada, de que no has modificado nada, sino que hay un perito que ha realizado ese trabajo que puede ayudar en la investigación del caso».
Ese informe pericial «va a poder determinar exactamente cómo se ha generado la estafa y va a certificar que no se ha modificado nada del teléfono. Además, el perito hará un estudio para determinar cómo se ha realizado el ataque para, en caso de que la denuncia vaya para adelante y haya un procedimiento judicial, nos ayude».
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No obstante, hay algunas medidas que podemos adoptar para tratar de evitar llegar hasta este punto. Una primera es activar la verificación en dos pasos, lo que nos permitirá habilitar un PIN de seis dígitos que asegurará la cuenta. También conviene restringir la foto de perfil para que sólo los contactos puedan verla y así evitar una captura de la imagen que nos robe la identidad virtual. Igualmente hay que asegurarse de que sólo nosotros tenemos acceso al correo de voz para evitar el robo de los códigos de verificación que permitan a los ciberdelincuentes apropiarse de nuestra cuenta de WhatsApp, y tampoco hay que compartir el código de activación de seis dígitos que se envía por SMS cuando se usa la cuenta en un nuevo dispositivo.
En todo caso, no hay mejor medida de precaución que evitar un exceso de confianza.
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