![PP y Ciudadanos encauzan la coalición en Euskadi a la espera de desbloquear el «escollo» de Galicia](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202002/18/media/cortadas/CASADO-kLSH-U100198866021TqB-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
![PP y Ciudadanos encauzan la coalición en Euskadi a la espera de desbloquear el «escollo» de Galicia](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202002/18/media/cortadas/CASADO-kLSH-U100198866021TqB-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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El apretón de manos en Euskadi entre Alfonso Alonso y Luis Gordillo para cerrar la coalición PP-Ciudadanos cada vez está más cerca. Aunque ninguna de las dos partes se atreve aún a cantar victoria. La reunión 'in extremis' de este martes ... entre Pablo Casado e Inés Arrimadas para tratar de limar asperezas y negociar las posibles fórmulas de coalición para las elecciones autonómicas en Euskadi, Galicia y Cataluña, se saldó con un balance positivo y negativo a partes iguales. Una de cal y otra de arena.
Según fuentes de la formación naranja, el encuentro en la Cámara baja sirvió para constatar la voluntad de ambas formaciones para tejer una alianza electoral en el País Vasco el próximo 5 de abril. Un escenario que despeja el camino para que los partidos que cubren el espectro del centroderecha constitucionalista en Euskadi puedan aglutinar fuerzas bajo el mismo paraguas electoral. Sin embargo, el encuentro evidenció también lo que ya es un secreto a voces: Ciudadanos y PP no consiguen dar con la clave exacta para que el acuerdo dé sus frutos en Galicia, con un Alberto Núñez Feijóo empecinado en no renunciar a las siglas de su partido y ofreciendo a los liberales la posibilidad de que algunos de sus cargos se incorporen a la lista del PP. Una mano tendida que Ciudadanos no parece dispuesto a estrechar y que entierra casi definitivamente la coalición en territorio gallego.
«Acercamiento de posturas en Euskadi y estancamiento en Galicia». Así resumían desde Ciudadanos el encuentro entre el presidente del PP y la portavoz del partido naranja en el Congreso después de hora y media de reunión en la que también estuvieron presentes el secretario de Organización de los populares, Teodoro García Egea, y el secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra. Un cita a cuatro que pretendía desatascar, a 72 horas de que se agote el plazo para registrar coaliciones en Euskadi -en Galicia el tiempo aún es más reducido, ya que se termina mañana- las posibles coaliciones para los comicios autonómicos, pero que finalmente se topó con el «escollo», como lo calificó Arrimadas, de Galicia.
Hasta qué punto esta piedra en el camino entorpecerá las aspiraciones del líder del PP vasco, convencido de la necesidad de reagrupar bajo una misma marca electoral al constitucionalismo vasco, aún es un misterio. Ciudadanos siempre ha supeditado la alianza electoral en Euskadi a que el acuerdo se extienda también a Galicia y Cataluña. Pero, a medida que la puerta del presidente de la Xunta se ha ido cerrando con mayor vehemencia, el partido liberal ha ido rebajando sus exigencias. De hecho, en Ciudadanos Euskadi ya hay quienes ven encauzado el acuerdo a pesar del portazo de Feijóo en Galicia. De puertas para afuera, sin embargo, Ciudadanos sigue defendiendo que lo más lógico es un acuerdo transversal que incluya a los tres territorios. Y este martes Arrimadas volvió a insistir en esta misma oferta tras su reunión con Casado: o todo o nada.
La portavoz parlamentaria de Ciudadanos confió en que el PP sea «coherente» y acabe aceptando en Galicia lo mismo que pide en el caso de Cataluña, donde el partido liberal tiene una posición más fuerte que el PP. De hecho, insistió en que asume que la coalición gallega tendría que estar liderada por Feijóo -a día de hoy tiene mayoría absoluta en el Gobierno autonómico- y que «no hay que eliminar la marca del PP». Arrimadas dejó patente que no está dispuesta a tirar la toalla y aseguró que llamará personalmente al líder del PP gallego, a escasas 24 horas de que expire el plazo, para intentar que salga adelante la coalición. Aunque sea en el último instante.
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Desde el PP insisten, sin embargo, en diferenciar las realidades territoriales de cada comunidad autónoma. Y aunque García Egea, en su comparecencia posterior al encuentro, aseguró que hay una «sintonía total» en los objetivos que ambos partidos persiguen -es decir, frenar los nacionalismos-, sacó pecho para defender al barón gallego del PP: «En Galicia el espacio de centroderecha está cohesionado en torno a las siglas del PP», sostuvo, aunque a renglón seguido dijo que PP y Ciudadanos se han comprometido a colaborar incluso más allá de la fecha establecida para el registro de coaliciones. «Seremos capaces de encontrar la fórmula adecuada para hacerlo», sostuvo. Los populares abonarían así el terreno de cara a las próximas elecciones generales, ya que el objetivo final del PP es ir junto a Ciudadanos en las urnas para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa.
Más allá del obstáculo de Galicia, la propia Arrimadas desveló que el pacto en Euskadi está «avanzado», aunque no cerrado, ya que el acuerdo aún está pendiendo de lo que acabe ocurriendo en Galicia. Fue en este contexto cuando la líder 'in pectore' de Ciudadanos descubrió que en la posible coalición entre conservadores y liberales en el País Vasco integrarían a UPyD y a personas relevantes de la sociedad civil, dijo, que defiendan sus mismos valores. Sacó a la palestra, por ejemplo, el nombre de la europarlamentaria Maite Pagazaurtundúa. Arrimadas no puso ninguna pega, eso sí, a que sea Alfonso Alonso quien lidere la plancha electoral en el caso de que fructifique la coalición.
Consciente de las reticencias que despierta en Ciudadanos la asunción del régimen foral vasco, Alfonso Alonso lo ha repetido hasta la saciedad: es «innegociable» la defensa de la foralidad, de los derechos históricos de Euskadi y del Concierto Económico para cerrar un acuerdo de coalición con el partido naranja. Si finalmente se despeja el camino, esta será, sin duda, la batalla que tendrán que lidiar PP y Ciudadanos a partir de ahora para cerrar un programa electoral conjunto de cara al próximo 5 de abril. ¿Aceptarán los liberales el régimen específico de financiación que tiene el País Vasco?
Las dos negociaciones frustradas que llevaron a cabo ambos partidos el año pasado desembocaron en un decálogo de diez puntos en los que, efectivamente, figuraba la defensa y el amparo de las singularidades vascas. Aquel documento incluía incluso la marca electoral con la que concurrirían a las generales del 10-N: 'Vascos Suman'. Un precedente que, aunque acabó en un cajón, da pistas sobre las bases que podrían sustentar la coalición PP-Cs para las próximas autonómicas vascas.
Entre las «prioridades comunes» que ambos partidos rubricaron en aquel escrito, se destacaba la Constitución y el Estatuto de Gernika como «la máxima expresión del acuerdo entre diferentes», «evitar el secesionismo vasco», el «apoyo a las instituciones de autogobierno», «garantizar la libertad de lección lingüística», «defender el interés general de España» o el «respeto al régimen fiscal como instrumento de libertad, igualdad y prosperidad», entre otros.
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