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La campaña electoral ha dado un giro copernicano tras la agresión con un spray de gas pimienta a Imanol Pradales, candidato del PNV a lehendakari, en un acto celebrado ayer en la Herriko Plaza de Barakaldo. El jeltzale fue atacado minutos antes de las 19.30 de la tarde, cuando ya había intervenido y terminaba el mitin en la localidad de la Margen Izquierda, por un hombre de 49 años, sin vinculación política, que le roció la cara, a él y a una persona que le acompañaba. Fue entonces cuando el atacante abordó al aspirante a lehendakari y le roció con un aerosol de la marca Sabre Red. El agresor tiene antecedentes por violencia de género, hurtos y agresiones. Un agente de la Ertzaintza y un miembro de la Policía Municipal de Barakaldo arrestaron de inmediato al autor del ataque, un hombre corpulento que fue trasladado a la comisaría de Sestao a la espera de pasar a disposición judicial. Pradales fue atendido en el servicio de urgencias del hospital de Cruces con afecciones en el ojo izquierdo y dado de alta a las dos horas para acudir al debate en ETB2, que peligró hasta última hora. El parte médico facilitado recoge que el aspirante jeltzale había sido atendido de «un eriterna cutáneo pipalprebal, una hoperemia mixta y una queratitis».
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El ataque fue comunicado, de hecho, por el propio presidente del PNV, Andoni Ortuzar, a los asistentes al mitin. El presidente del EBB, quien acudió después al hospital para interesarse por el estado de los heridos y les acompañó a su salida Pradales, después de ser atendido, informó que había sufrido «un susto muy desagradable» pero que «no responde al sentir de la sociedad vasca». Todos sus rivales se solidarizaban con él al comienzo del debate en ETB. y tanto Eneko Andueza, del PSE, como Javier de Andrés, del PP, utilizaron el termino «condena». La contienda, que se había iniciado con frialdad nórdica, entra en un terreno inflamado, de alto voltaje, con las espadas en alto.
La sacudida a la campaña se completaba con la 'no condena' al terrorismo de ETA por parte de Pello Otxandiano, el candidato de EH Bildu, que va por delante en las encuestas. Parece lógico que sus rivales le desgasten por este flanco, que sigue siendo vulnerable para la izquierda independentista porque sigue eludiendo un aspecto ético troncal, que intenta sortear desde las evasivas. Lo más extraño es que haya tardado tanto tiempo que esta cuestión salga a la superficie. Era una crónica previamente anunciada.
La 'no condena' del candidato a lehendakari de EH Bildu -primero en el debate organizado el lunes por DV y después en una entrevista en la cadena Ser- ha provocado un vuelco en la campaña, que ha entrado en el terreno resbaladizo del relato del pasado. Paradojas de la vida. La campaña, iniciada como si Euskadi fuera Dinamarca, afronta la recta final con un espectacular incendio en el casco antiguo de Copenhague, junto a Borgen, la sede del Gobierno en la que se filmó la serie de moda de tantos politólogos. Hay metáforas que las carga el diablo.
Pero EH Bildu se ha metido deliberadamente en el jardín porque la no condena de ETA, y el aluvión de críticas que ha originado forman parte de sus propios equilibrios internos.
Para muchos, es un gran error que la izquierda independentidsta no dé pasos más valientes en desmarcarse de esas dinámicas del pasado. Pero otros sostienen que no lo hace aún para mantener la unidad interna pero que ese debate se reabrirá con la llegada progresivas de nuevas generaciones, una vez que el tiempo haya permitido cicatrizar algunas de las heridas que aún permanecen abiertas. Porque mantener en el tiempo esa mochila sin resolver es políticamente muy dificil de sostener.
La contienda electoral ha subido súbitamente de temperatura. De entrada este cambio ya se vislumbraba en el cuerpo a cuerpo en el debate electoral en busca de los últimos indecisos, con las encuestas que revelan un empate práctico entre el PNV y EH Bildu y dando ventaja en votos y escaños a la izquierda independentista. Pero la irrupción del factor ETA también puede facilitar al jeltzale Pradales marcar con mayor nitidez al representante de EH Bildu al contraponer «dos proyectos de país». Para el PNV, se trata de un error de manual de libro de sus adversarios que puede poner en valor la estrategia de 'construcción' del país liderada por el nacionalismo vasco institucional en los últimos 40 años, que es quizá un asunto que ha flotado en el ambiente sin el suficiente fuste. Urkullu lanzó ayer un mensaje-fuerza: Hay que elegir entre los dos modelos: «uno, el de la memoria. Y otro de la amnesia y el olvido». El PNV tiene un argumentario emocional de muy alto voltaje para 'mover' a los indecisos en las próximas horas. «Son marxistas-revolucionarios», según el lehendakari. Pradales sugirió que el modelo de EH Bildu es «el intervencionismo venezolano» y denunció el empeño de EH Bildu de confeccionar un registro de médicos para mantener «el control». De hecho, la discusión volvió a girar alrededor del eje derecha-izquierda. Los socialistas, a su vez, admiten que el 'gran error' de Otxandiano en la carrera electoral les permite romper la campaña y les obliga a ir a la yugular para denunciar sus incoherencias y contradicciones. Con un objetivo: denunciar un nuevo proceso soberanista en Euskadi entre el PNV y Bildu. De Andrés, del PP, entró en ese mismo terreno, mientras Miren Gorrotxategi, de Elkarrekin Podemos, denunció la falta de voluntad polítco de EH Bildu para tejer una mayoría de izquierdas.
«Nesitamos un gobierno fuerte para seguir construyendo este país», proclamó Pradales. «Observo una pulsión de cambio», sentenció Otxandiano.
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