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Domingo, 21 de abril 2024
El territorio menos poblado y, en consecuencia, el que aporta los escaños con menor coste de sufragios. El más desligado históricamente de la tradicional hegemonía jeltzale. Y el de voto más cambiante. En las autonómicas de 2009 dio el triunfo a los socialistas; en 2015, al PP en las forales y a Podemos en las generales; y el pasado 28 de mayo, al PNV en Juntas Generales y a EH Bildu en Vitoria, la única capital que ganaron los soberanistas. El resultado en Araba fue esta vez apretado, de infarto.
Con una participación del 61,51% (siete puntos más que la de hace cuatro años), los alaveses dieron el voto mayoritario a las fuerzas nacionalistas, rasgo propio de las autonómicas. Pero fueron más quienes se decantaron por EH Bildu. 'Sorpasso' soberanista. La candidatura de Pello Otxandiano sumó ocho escaños (dos más), el 29,44% de los votos. Un triunfo inédito.
Se confirmó así la tendencia ascendente que comenzó a visibilizarse el 28M, no solo por la victoria en Vitoria, que concentra el 75% de la población, sino porque en las forales se quedó a 1.260 votos del PNV. Los aber-tzales consiguieron 8.000 papeletas más que en la anterior cita autonómica. Mayor participación, más votos. Pero la inyección es notable, sobre todo si se tiene en cuenta que el PNV apenas ganó 900 más (40.939).
La Araba de la polaridad también mantiene a Vox en el Parlamento Vasco. La formación de Santiago Abascal conserva su escaño con alrededor de mil votos más de los que consiguió en las anteriores autonómicas. Y entre los dos grandes partidos nacionales se firmó un empate técnico a todos los niveles. PSE y PP consiguieron en Álava cuatro escaños, acumularon 24.000 votos cada uno de ellos y se repartieron el mismo porcentaje de la tarta (3,7%). El PSE retiene su resultado de hace cuatro años y los populares suman un parlamentario más. Y Araba abre la puerta del legislativo vasco a Sumar.
El termómetro estaba en Vitoria, de nuevo capital de la volatilidad. Los jeltzales, que llevaban tres victorias seguidas (dos de ellas de más de 4.000 votos de diferencia), sufrieron un doloroso e inédito 'sorpasso' por parte de EH Bildu, que les aventajó en algo más de 2.500 papeletas. La formación liderada por Pello Otxandiano rozó los 30.000 en total, cifra que ninguna formación rebasa desde 2009. Este repunte se tradujo en una ajustada victoria, de poco más del 2% de los votos con respecto al PNV.
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