Una de las últimas sesiones de control de esta legislatura en el Parlamento Vasco. IREKIA

Latidos de cambio en la radiografía del 21-A

Cinco politólogos analizan el escenario de la política vasca en los próximos años tras el nuevo mapa que han dibujado los resultados de las elecciones autonómicas de Euskadi

Carlos Rodríguez Vidondo

San Sebastián

Jueves, 25 de abril 2024, 02:00

La resaca de las elecciones vascas arroja un torrente de conclusiones que bien podrían resumirse en un: 'Todos ganan (menos la izquierda confederal)'. Los partidos en su valoración parecen más que satisfechos. Sin embargo, al ampliar el foco, la más que probable reedición del gobierno ... entre el PNV y el PSE esconde bajo la alfombra la posibilidad de un cambio de ciclo que, aunque no ha sido ahora, plantea un escenario de transición con la vista puesta en 2028. Tras una campaña en la que las cuestiones soberanistas han perdido peso y las heridas del pasado han sacudido el debate, los ciudadanos han decidido cambiar el mapa político de Euskadi. Éxitos tímidos y fracasos a medias que tienen su propia traducción en las voces de cinco expertos analistas políticos.

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Las preguntas

  • 1.- Tras las elecciones, ¿en Euskadi hay cambio de ciclo o al menos ha empezado ese cambio?

  • 2.- ¿Cómo se explica que el Parlamento más soberanista gobernará sobre la ciudadanía menos independentista?

  • 3.- ¿Cómo se comportará el nuevo Gobierno Vasco con Pradales al frente de una coalición PNV-PSE?

  1. Pablo Simón | Politólogo y profesor

    «¿Alternancia en el futuro? El PSE decidirá cuándo está EH Bildu preparada para gobernar»

1 En términos sociológicos el cambio en el País Vasco ya había arrancado desde hacía una década. La descomposición de la izquierda confederal, la normalización como actor parlamentario de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, la irrupción de otros partidos como Podemos que luego no han canalizado ese descontento... Ahora bien, en términos políticos, ¿esto supone que vaya a haber alternancia en el futuro? Se tienen que dar unas condiciones. La primera es que no sabemos cómo van a estar ni este Gobierno ni EH Bildu dentro de cuatro años. El segundo factor es que serán los socialistas el actor pivotal que puede permitir que haya alternancia en el País Vasco y el que debe decidir en qué momento considera que EH Bildu está o no preparada para gobernar y ser ellos quien lo faciliten.

2Hay una paradoja interesante. PNV y EH Bildu se han convertido en partidos 'atrápalo todo', es decir, más heterogéneos desde la perspectiva de identidades nacionales —de hecho, teníamos hasta una frontera muy rica de indecisos entre el PP y el PNV en torno al 10%—. Los límites entre independentista o no se han ido rompiendo en el momento en que el tema de la discusión tiene que ver con gestión y con gobierno, y uno se coordina detrás de esos actores en función de qué políticas prefiere: estabilidad o cambio. Es algo que ha ido haciendo el PNV de manera progresiva y ahora lo ha hecho la coalición abertzale cuando se ha ensanchado absorbiendo esos votos que vienen del espacio a la izquierda del Partido Socialista.

3 Las tres primeras fuerzas en representación parlamentaria han salido ganando: el PNV porque las expectativas eran de riesgo de 'sorpasso' y se ha mantenido; EH Bildu porque ha tenido el crecimiento más importante y se consolida como alternativa; y el PSE porque ha conseguido continuar siendo decisivo. Ahora bien, aunque había dudas sobre quién podía quedar primero, no las había sobre la gobernabilidad —a la inversa de lo que ocurre en Cataluña—. Lo interesante ahora durante estos cuatro años de legislatura es cómo se aplica esta renovación que han hecho el PNV y el PSE, y hay que estar atentos a la distribución de las carteras para ver hasta qué punto se darán giros relevantes a políticas públicas que los vascos han valorado peor, como sanidad y vivienda, y en menor medida energía e industria. Ahí es donde veremos más cambios.

  1. Itziar García | Consultora de comunicación

    «No creo que sea un período de transición, sino un punto de inflexión en el juego de mayorías»

1 Es cierto que las formaciones políticas tienen que empezar a mirar a medio y largo plazo hacia la próxima cita electoral, pero actualmente vivimos en una sociedad donde la única certeza es la incertidumbre. En lo que respecta a Euskadi, creo que el PNV tiene el gran reto y, a su vez, la oportunidad de rediseñar un nuevo relato que conjugue dos elementos: el municipal y el global; un partido muy próximo a la gente que a su vez reilusione a toda la ciudadanía, sin excepción, llevando a Euskadi a ser líder y puntera en este nuevo mundo que se está configurando; global y local. No creo que sea un período de transición, sino un punto de inflexión que puede marcar un antes y un después interesante en el juego de mayorías.

2 A priori, la composición de la Cámara nos dice que la sociedad vasca ha votado soberanismo; pero yo iría un poco más allá y destacaría dos cuestiones principales. La primera es que si Euskadi ha votado soberanismo, ¿por qué ha dejado EH Bildu este tema aparcado durante toda la campaña? Segundo: el apoyo al independentismo está en mínimos. Desde mi punto de vista, la ciudadanía vota, cada vez más, proximidad, cercanía y conocimiento del terreno. Ocurrió en Galicia con el auge de Ana Pontón. ¿Se convirtió Galicia, de repente, en un territorio independentista? No lo creo; el auge del BNG vino gracias a un tipo de liderazgo muy concreto, pegado a la tierra y conocedor de la realidad gallega.

3 Entiendo que el PNV y el PSE tratarán de consolidar y proteger esta alianza en Euskadi, evitando cualquier tipo de injerencia o ruido que venga desde Madrid. Recordemos que no solo gobernarán a nivel autonómico, sino que también lo hacen en los territorios forales. Ahora bien, mantener el equilibrio es sumamente difícil con un Gobierno central sumido en la incertidumbre de cada votación y dependiente de todos y cada uno de los socios de gobierno; socios de muy diferentes colores, ideologías e intereses. A veces, incluso, rivales. Véase ERC y Junts. O Bildu y PNV.

  1. Estitxu Garai | Profesora en la UPV/EHU

    «El PSE está siendo inteligente en pedir las carteras de los grandes temas de la campaña»

1 La clave analítica ahora es si estos resultados responden a una tendencia momentánea o si son cambios de carácter más estructural. Creo que es lo segundo y debería preocupar al PNV. Porque EH Bildu está sabiendo posicionarse como una fuerza que conecta con las preocupaciones de la ciudadanía sin renunciar a su proyecto político soberanista y a una mayor capacidad de decisión sobre políticas públicas. Ha habido cambio de ciclo y eso se demuestra también en que el PNV se ha visto forzado a renovar liderazgos y en un resultado electoral muy justo. El poder reeditar esta coalición de gobierno ha sido gracias a factores externos al PNV, como que la izquierda confederal haya ido separada y haya hecho subir los escaños del PSE.

2 Ha quedado un Parlamento diverso con dos ejes principales: es prominentemente abertzale y soberanista en un 72%; y también de izquierdas. Y ahí el problema es que el PNV y el PSE se neutralizan el uno al otro para avanzar en cada uno de los ejes, una incoherencia en la que creo que va a profundizar EH Bildu tendiendo la mano a ambos en esta gobernanza cooperativa que propone. Habrá que ver en qué medida los socios de gobierno tejen esta relación, tanto entre ellos como con la oposición.

3 En el caso del PNV, creo que esto más que una victoria es un alivio porque sus resultados no son buenos: ha pasado de sacarle diez escaños a la primera fuerza de la oposición a un empate; y con el socio de gobierno obviamente la relación en este momento se ha equilibrado. El PSE ha ganado influencia y eso se nota en cómo se están posicionando de cara a la formación de la coalición. El PSE está siendo inteligente en pedir las carteras de los que han sido los grandes temas de campaña, como sanidad, vivienda, cuidados y seguridad; y el PNV debe tener cuidado con ese reparto porque puede lanzar un mensaje negativo para su imagen de marca.

  1. Ander Gurrutxaga | Sociólogo

    «Votar nacionalista no quiere decir votar independentismo y es algo que cuesta entender»

1 Cuatro años pueden ser mucho tiempo o puede ser poco. Sin tener en cuenta los dilemas del Gobierno central y de si Sánchez podrá cumplir o no su legislatura, que son variables que no dependen tanto del juego que se pueda poner aquí en marcha. Una conclusión evidente es que al PNV, por primera vez, le ha salido una alternativa y esto es algo nuevo en los casi 44 años que lleva gobernando. Nunca nadie se le había acercado tanto hasta llegar a disputarle su hegemonía. ¿Esto se va a poder mantener en estos cuatro años? El PNV no solo tiene que escuchar, tiene que aprender, sobre todo de aquellos lugares donde ha perdido el poder de una manera bastante estrepitosa. Y EH Bildu se ha ubicado muy bien pero, ¿a partir de ahí qué? ¿Podrá mantener esa tensión y ese crecimiento durante cuatro años? Todos los partidos políticos se tendrán que reinventar en este periodo, pero yo no asumiría grandes riesgos.

2 Con los resultados de más de treinta años de sociómetro, el grado de independentismo ha ido perdiendo afiliados pero es que nunca ha sido excesivo. Votar nacionalista no quiere decir votar independentismo y esto es algo que ha costado entender. Votar nacionalista significa votar buena gestión, seña de identidad, querer pertenecer a cierto tipo de comunidades, compromiso con tus ciudadanos y con tus instituciones, manifestar el contento con algunas de las cosas que aquí se han hecho bien... sobre todo cuando las cosas están tranquilas y la conexión con el Estado está funcionando, solo hay que ver el modelo de actuación de Bildu en Madrid donde parece sentirse a gusto con esa colaboración. Entre el independentismo, la autonomía o la llamada confederación... hay muchos tonos intermedios.

3 El PNV no ha cumplido las expectativas, pero puede estar contento, entre comillas, pues mantiene la hegemonía electoral y podrá seguir comandando la Lehendakaritza además de algunas consejerías estratégicas. Desde este punto de vista de su reparto, deberíamos seguir de cerca quiénes van a ser los consejeros, con qué equipos van a entrar y con qué programas, algo a lo que no se da suficiente importancia. A nivel micro hay muchas incertidumbres.

  1. Eva Silván | Politóloga

    «Los partidos nacionalistas han priorizado la agenda social a las ansias de independencia»

1 La ciudadanía le viene mandando mensajes al PNV: Se dejó en casa 80.000 votos en 2020 y ahora pierde cuatro parlamentarios. Está claro que la sociedad ha expresado la necesidad de un cambio en la forma de gobernar y el PNV debe escuchar cuáles son las preocupaciones en la agenda social vasca, profundizar en el autogobierno y gobernar de manera más colaborativa. Pero todavía nos ha dado pocas pistas.

2 Se basa sobre todo en que los dos partidos nacionalistas han priorizado sobre todo las políticas públicas y las preocupaciones de la ciudadanía, que no están en la independencia sino en la sanidad, la vivienda, la seguridad, la situación económica... Eso es lo que les ha hecho crecer, sobre todo a EH Bildu, que ha incorporado estas cuestiones a su discurso: los retos de la sociedad del siglo XXI por encima de las ansias de independencia.

3 El PNV ha salvado una situación muy complicada pero hay una doble trampa. Para que fuera lo más fidedigna posible la comparativa habría que hacerla con 2016, en un contexto muy diferente, y ahí vemos cómo EH Bildu venía ya creciendo. Ahora está por decidir cómo va a comportarse el Gobierno de ahora en adelante y todo un camino por recorrer. Quedan dos meses por delante hasta acordar una coalición, distribuir las competencias entre los socios teniendo en cuenta que el PSE tiene un mayor peso y la correlación de fuerzas se ha ajustado. Anticipar cómo será el liderazgo de Pradales es complicado porque no le conocemos mucho.

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