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Descartemos, antes de comenzar, un espejismo. En Euskadi, los dos partidos nacionalistas han obtenido sus mejores resultados en un momento en que el entusiasmo abertzale se encuentra, según todos los sondeos, en su nivel más bajo. La paradoja tiene explicación. Los ganadores, para serlo, han ... tenido que modular hasta el extremo toda estridencia nacional y abrirse de manera casi exclusiva a los asuntos económicos y sociales que hoy preocupan al electorado. El resto lo ha logrado el escaso atractivo que han desplegado los partidos que llaman constitucionalistas y que, más neutramente, denominaremos de ámbito estatal.

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