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Precampaña

Un mes para pulir los puntos flacos de los candidatos

El eje ideológico derecha-izquierda sobre los servicios públicos sustituye a la cuestión identitaria 11 años después del final de ETA

Alberto Surio

San Sebastián

Miércoles, 20 de marzo 2024

Dentro justo de un mes, el 21 de abril, Euskadi está llamada a las urnas para renovar el Parlamento Vasco y orientar el rumbo de la legislatura. La mayoría de los candidatos son nuevas caras que simbolizan el relevo generacional al frente de los partidos y su llegada a las riendas de la política vasca. Un recambio que, en principio, no augura un drástico cambio de estrategias, pero sí confirma un cambio de paradigma fraguado en los últimos años al calor de profundas mutaciones sociales. El debate de los comicios autonómicos va a venir sobre todo marcado por el eje convencional derecha-izquierda, que es una dialéctica clásica en el conjunto de la Unión Europea que hunde sus raíces en la Convención de la Revolución francesa y que hoy en día atraviesa todas las contradicciones y los matices de la sociedad de la globalización. En la Euskadi con récords de empleo y recaudación, el problema de acceso a la vivienda, los desorbitados alquileres para los jóvenes, las listas de espera en Osakidetza, o los retos del relevo generacional se han convertido para sorpresa de más de uno en cuestiones de discusión, frente a los registros identitarios del pasado, que las encuestas reflejan que no tienen el peso de antaño, a pesar de que la sociedad vasca sigue siendo mayoritariamente nacionalista y que la reflexión sobre el futuro del autogobierno vasco sigue siendo una asignatura pendiente. Las prioridades tangibles del día a día tienen mayor visibilidad que otros sentimientos. Las carteras prevalecen sobre las banderas. Es un cambio de guion fruto de una silenciosa transformación sociológica y cultural que tiene como telón de fondo la revolución digital y el malestar económico de las clases medias.

Los partidos vascos afrontan la cita del 21-A con sus debilidades y fortalezas, conscientes de que la principal apuesta pasa por gestionar la pluralidad del país en un escenario en el que, sin violencia terrorista ni intimidación, todos deben participar en igualdad de condiciones. La relación de fuerzas que salga el 21-M será determinante para entender por dónde va Euskadi en los próximos años. Pase lo que pase, el entendimiento y el pacto siguen siendo las estrategias necesarias.

Mientras los partidos vascos blindan su agenda, la política española proyecta ruidos y turbulencias que pueden también trastocar determinados mensajes. El 21-A se produce antes de los comicios catalanes y europeos, y después de las gallegas. Y bajo una aparatosa tormenta entre el PP y el PSOE. Euskadi ha perdido foco en medio de estas marejadas en una Europa que cruza los dedos para frenar las dinámicas bélicas.

Un candidato poco conocido en busca de una remontada a las encuestas

PNV Imanol Pradales

Un candidato poco conocido en busca de una remontada a las encuestas

Relevo. Imanol Pradales simboliza una apuesta del PNV por el relevo generacional.

Imanol Pradales va a tener que esprintar en los 30 días que quedan para darse más a conocer en la ciudadanía vasca, sobre todo fuera de Bizkaia. Se trata de un candidato que ha sido diputado foral en ese territorio, bien conectado con el tejido económico y universitario, pero aún con escaso despliegue público. Su gran handicap: no tiene el capital político del lehendakari Urlkullu, el gran referente del nacionalismo moderado. Pradales necesita rápidamente construir una narrativa para impulsar el objetivo de la remontada.

A tenor de las encuestas, la apuesta se antoja complicada. Uno de los focos más críticos se proyecta sobre la gestión en Osakidetza, sobre todo por el problema de las listas de espera en la atención primaria, pero las huelgas en Educación y en la función pública y las movilizaciones de protesta en la Ertzaintza dibujan una serie de frentes de inestabilidad que lastran el mito de la 'buena gestión'. Los jeltzales, además, afrontan un problema de envejecimiento de su marca política después de más de 30 años en el poder. En Madrid el grupo vasco del PNV intenta capitalizar su respaldo crítico al Gobierno de Pedro Sánchez. Pradales tiene que competir con EH Bildu por la primacía electoral y también combatir en el complejo territorio de la abstención, en la que se ha refugiado el sector más crítico de su electorado en los últimos tiempos.

Una alternativa que necesita autocrítica sincera para tener aliados

EH Bildu Pello Otxandiano

Una alternativa que necesita autocrítica sincera para tener aliados

Fraguar la alternativa. Pello Otxandiano se fija como prioridad construir la alternativa.

Pello Otxandiano tiene todos los boletos para lograr un gran resultado en las elecciones del 21 de abril. Cuenta a favor con el viento de las encuestas, pero tropieza, como Imanol Pradales, con el obstáculo de ser todavía bastante desconocido en la opinión pública. El aspirante de EH Bildu ofrece un perfil quizá demasiado profesoral y universitario, alejado del imaginario emocional que históricamente han tenido los liderazgos en la izquierda abertzale. Este déficit de carisma le permite no pisar charcos. Pero, a la vez, le coloca en un territorio demasiado frío y aséptico y en un escenario en el se ha adolecido hasta ahora de mayor concreción programática. Las alusiones al cambio requieren explicitar bien las propuestas y evitar las generalidades para soslayar las controversias. Sobre todo, liderando un partido que ha dado un giro ideológico de 180 grados.

Pero el gran obstáculo de EH Bildu es de raíz moral y tiene que ver con su incapacidad manifiesta para condenar el terrorismo de ETA. Otxandiano mantiene el mismo discurso que otros dirigentes de EH Bildu a favor de las vías exclusivamente políticas y democráticas. La violencia forma parte de un ciclo felizmente superado, aseguran, y destacan que la izquierda independentista ha trabajado por ello. Pero no se percibe en su mensaje una reflexión autocrítica sobre lo que supuso moral y éticamente el fenómeno ni su impacto en la economía. Esta incapacidad le impide tejer nuevos aliados políticos y bloquea la articulación de un eje de izquierdas viable en el medio plazo con el PSE.

La división de la familia morada rompe el encanto alternativo

Elkarrekin Podemos Miren Gorrotxategi

La división de la familia morada rompe el encanto alternativo

El mismo cartel. Elkarrekin Podemos repite con Miren Gorrotxategi.

Podemos ganó en Euskadi las elecciones generales de 2015 y 2016. El impacto de aquella victoria se ha ido desdibujando con los años y Elkarrekin Podemos, que tiene como aliada a Alianza Verde, tiene que hacer frente a la ruptura traumática de la familia morada. El divorcio con Sumar siembra el desconcierto en el electorado que saludó en su momento la llegada de Podemos como la impugnación del sistema. Una sacudida al tablero. Miren Gorrotxategi cree que la fuerza de esta formación será determinante en una correlación progresista de fuerzas. Pero la debilidad del contexto le resta margen de maniobra.

La sombra del caso Koldo y el achique de espacios por la polarización

PSE Eneko Andueza

La sombra del caso Koldo y el achique de espacios por la polarización

Un nuevo guion. Andueza aboga por un cambio de agenda en la política vasca.

La fuerza electoral del PSE radica históricamente en el voto PSOE y en la gestión de los alcaldes socialistas y su impacto normalizador en la convivencia después de muchos años anclados en el imaginario de la resistencia bajo la violencia de ETA y la presión del nacionalismo radical. Un dirigente del PSE resume con esta idea la estrategia de Eneko Andueza, que aspira a fortalecer el proyecto en su coalición con el PNV como una garantía de estabilidad y respeto a la pluralidad y que se ha topado de forma inesperada con un problema, la sombra del caso Koldo y sus imprevisibles derivadas en el paisaje. Las consecuencias de este polémico asunto sobre el cobro de presuntas mordidas en la imagen del presidente Pedro Sánchez pueden complicar la estrategia de movilización de los socialistas vascos, muy crecidos tras su triunfo electoral en Euskadi en las generales de julio, gracias, en parte, al 'voto dual' de electores nacionalistas.

Es un problema que afecta al conjunto del PSOE y que, a pesar del discurso radical contra la corrupción del PSE, puede pasar su factura, más aún cuando cada voto cuenta para conservar la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Eneko Andueza tropezaba con un problema anterior, que era la polarización entre los nacionalistas (PNV y EH Bildu), que puede provocar un achique de espacios para el centroizquierda de los socialistas vascos, que han reforzado en su programa la narrativa socialdemócrata.

Un discurso a la contra de los nacionalistas desde el córner del tablero vasco

PP Javier de Andrés

Un discurso a la contra de los nacionalistas desde el córner del tablero vasco

Cambio. De Andrés deja el Congreso por el Parlamento Vasco.

Javier de Andrés, el candidato del PP vasco a lehendakari. afronta la campaña electoral con la apuesta de recuperar una parte del voto perdido en los últimos años y que optaba como sufragio útil al PNV para hacer frente a la izquierda abertzale. Las cosas han cambiado desde entonces. El PP vasco aspira a convertirse en el centro-derecha pragmático y decisivo en el futuro Parlamento Vasco. Sobre todo si el eje PNV-PSE se queda sin mayoría absoluta. De Andrés quiere que el próximo 21-A impulse a Alberto Núñez Feijóo en su carrera hacia La Moncloa. Y no escatima guiños en su estrategia frente al 'sanchismo'.

En busca de los votantes de centro-derecha más cansados, no tiene problemas para denunciar el 'seguidismo' del PNV del Gobierno de coalición PSOE-Sumar. El problema del PP vasco sigue estribando en la endeblez de su estructura orgánica, lo que complica su implantación territorial. Los populares se sitúan además en cierto córner ideológico y político, con discursos a la contra y una defensa a ultranza de lo que consideran verdadero espíritu constitucionalista. La cuestión es que a ese espíritu de resistencia le falta una hoja de ruta más propositiva que, a la vez, le permita a medio y largo plazo construir nuevos puentes moderados de complicidad con el nacionalismo periférico. La línea de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso no seduce en las aguas políticas más templadas del centroderecha vasco.

Un proyecto demasiado frágil que necesita mayor visibilidad

Sumar Mugimendua Alba García

Un proyecto demasiado frágil que necesita mayor visibilidad

El estreno. Alba García se estrena en esta lides.

Alba García, la candidata de Sumar Mugimendua a lehendakari, tropieza con un gran escollo a la hora de activar su proyecto electoral: la división con Elkarrekin Podemos y el efecto desmovilizador que puede tener en una parte del electorado progresista a pesar de su unidad con IU-Berdeak Equo. La formación que lidera Yolanda Díaz en Madrid necesita construir un discurso de mayor visibilidad como una opción nítidamente de izquierdas que afiance una estrategia de defensa activa de los derechos sociales frente al modelo de EH Bildu, la 'competencia' de Elkarrekin Podemos y el llamamiento del PSE al 'voto útil'.

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