No me decepcionó

En materia económica, el debate de la noche de ayer no me decepcionó. Esperaba tan poco de

él... En general me pareció oscuro, embrollado y embarrado. Todos reconocieron el peligro de la crisis que viene, aunque Pedro Sánchez puso más énfasis en el hecho de que todavía flotamos que en el peligro de hundirnos. En cuanto a las medidas -todas poco esbozadas y mal sustentadas-, se enfrentaban dos modelos. El de izquierdas, con sus variantes moderada y extrema, y el de derechas, en el que no resultaba sencillo encontrar los matices.

Iglesias defendió sus propuestas habituales, como un sistema fiscal progresivo (¿no lo es el actual?) y la devolución por parte de la banca de las decenas de miles de millones que el Estado les prestó, olvidándose, una vez más, de que los dineros los recibieron las Cajas, dirigidas por políticos de toda orientación. ¿A quién les va a pedir el dinero, a quienes no lo recibieron?

Sánchez prometió, de nuevo, la derogación de la reforma laboral, para a continuación vanagloriarse de los empleos creados a su amparo, y anunció la ampliación de su ya amplio Consejo de Ministros con la creación de un nuevo ministerio de repoblación y el ascenso de Nadia Calviño a una nueva vicepresidencia.

Pablo Casado cometió el error de dedicar más tiempo a señalar los errores ajenos que a las soluciones propias. Al final desplegó una larga lista de rebajas de impuestos que difícilmente podrá llevar a cabo. Albert Rivera prefirió hablar de las familias a quienes ofrece un mimo fiscal muy importante. Por su parte, Abascal, que también bajará impuestos, busca el dinero que hace falta en la lucha contra el despilfarro autonómico. Es cierto que ahí hay mucho dinero, pero no creo que tanto.

En resumen, unos le subirán los impuestos, aunque eso contraiga la actividad y otros se los bajarán, aunque eso plantee problemas en el gasto. Pero ni se entusiasme, ni se alarme demasiado. Unos y otros se van a enfrentar a límites que no podrán superar. Unos los pondrá la UE y otros se los pondrá la coyuntura política que viene y que impedirá la aprobación... de casi todo lo propuesto ayer.