En el País Vasco logré que me invitaran a dos sociedades gastronómicas, un triunfo sin precedentes porque normalmente a las mujeres no les permiten entrar en ellas». Elizabeth Wason (1912-2001) consiguió hacer en 1962 lo que las donostiarras no podían por varias razones: era ... estadounidense, famosa y venía muy bien recomendada. Sus contactos con las autoridades americanas y en la Delegación de Turismo le abrieron las puertas de aquellos sanctasanctórums que tan férreamente se oponían a las visitas femeninas.
Publicidad
Antigua corresponsal de guerra, Wason no se amilanaba ante las dificultades y desde luego no se acobardó ante el tradicional veto de las sociedades. Supo tirar de agenda y sonrisa para conseguir lo que quería, que era probar la gastronomía vasca in situ y rompiendo moldes. Escritora culinaria, periodista y colaboradora en diversas revistas, Betty Wason recorrió España durante un mes para documentarse sobre un libro de cocina que tenía en la cabeza. El resultado fue 'The Art of Spanish Cooking' (El arte de la cocina española), un recetario publicado en 1963 en el que relató sus experiencias gastronómicas por la Península Ibérica incluyendo instrucciones para replicar los mejores platos que había probado. Piperrada, guisantes a la vasca, limonada de txakoli o merluza a la koskera fueron algunas de las fórmulas que los lectores estadounidenses conocieron gracias a Mrs. Wason, igual que las peculiares costumbres que sobre la pitanza tenían los guipuzcoanos...
«Los vascos toman la comida tan en serio que en la ciudad de San Sebastián existen nada menos que veinticinco sociedades gourmet, todas exclusivamente masculinas», explicó Betty. «Las esposas pueden asistir a las cenas de esos clubes una sola noche al año, el día de San Sebastián. El resto del tiempo, los hombres cocinan, sirven y lavan los platos por su cuenta». Es probable que a ella, tan moderna e independiente, aquella exclusión del sexo femenino le pareciera absurda, pero su importante labor de divulgación y las simpatías que a su paso por Donostia había despertado le valieron recibir al año siguiente la insignia de la Cofradía Vasca de Gastronomía.
En agradecimiento a esta distinción Wason escribió 'The Gourmets of San Sebastian', un señor artículo de cuatro páginas que apareció en 'The Atlantic' en junio de 1964 y al que desgraciadamente no he podido echar el ojo. Lo que sí sé es que se declaró encantada de lucir el eguzkilore de la Cofradía, tanto como de haber descubierto el secreto del pollo al chilindrón del restaurante Eguia. Pero eso lo dejaremos para otro día.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.