Secciones
Servicios
Destacamos
Imagínense que un día les llega a través de alguna red social un mensaje de un supuesto periodista extranjero preguntando por su bisabuela. La mayoría de la gente pensaría que se trata de una estafa o una broma, pero yo tuve la suerte de que ... Maite Arouesty me tomara en serio. A 9.000 kilómetros de distancia, en Ciudad de México, Maite leyó aquel extraño mensaje y contestó que sí, que ella era bisnieta de dos exiliados españoles llamados Santiago Dañobeitia y Emilia Murillo.
Así pude completar el puzzle de una historia que traté por primera vez aquí hace más de cuatro años. 'Las Dañobeitia, chefs biestrelladas', el artículo que escribí entonces, contenía muchos datos correctos pero uno estaba equivocado. Era cierto que el restaurante barcelonés Taberna Vasca fue el primer restaurante de cocina vascongada que obtuvo dos estrellas Michelin, que las ganó en 1936, pero lo que yo creía que habían sido dos cocineras distintas resultó ser una sola mujer. La Taberna Vasca, inaugurada el 26 de marzo de 1932 en la calle Cortes, fue un restaurante de alta cocina vasca a la carta cuya gerencia estaba al cargo de Santiago Dañobeitia (1886-1967).
Activista político y colaborador en distintos medios de prensa, fue presidente del batzoki barcelonés, miembro de la Delegación General del Gobierno de Euzkadi durante la Guerra Civil o director de Radio Barcelona. Embarcó el 24 de mayo de 1939 rumbo a Veracruz. Las webs especializadas en genealogía indicaban que en el país azteca había una extensa rama de Dañobeitias, así que me dediqué a buscarlos por Facebook. Maite Arouesty Dañobeitia fue la única que me respondió, pero gracias a ella he podido rescatar la historia casi completa de aquella cocinera con dos estrellas Michelin.
Se llamaba Emilia Murillo y fue la segunda mujer de Santiago Dañobeitia. Su familia no conserva partidas de nacimiento ni otros documentos, pero su edad y nombre concuerdan con los de Emilia Petra Murillo Cunchillos, bautizada en la bilbaína basílica de Begoña el 7 de febrero de 1897. La guerra civil la separó de su marido e hijos y Emilia tuvo que quedarse en Barcelona hasta mediados de los 50, cuando por fin pudo conseguir un visado para México. Allí se reunió con su familia y allí falleció poco tiempo después, sin haber contado nunca a sus nietos que al otro lado del Atlántico había sido una famosa cocinera.
Me cupo a mí el honor de desvelarles esa parte de su vida. De explicarles por qué había seguido yo el rastro de Emilia con tanto ahínco y de contarle a su tataranieta, Renata, que había mucha justicia poética en el hecho de que ella estudiara Hostelería y estuviera a punto de subirse a un avión para hacer las prácticas de cocina en Barcelona. El destino es así de peliculero. Si quieren ver ustedes el resto de esta película absolutamente real, busquen en la web de EITB el documental 'Ellas primero: pioneras de la gastronomía vasca'. Verán qué maravilla.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.