Borrar

¿Sabían ustedes que antiguamente hubo Flanín (o lo que es lo mismo, preparado para hacer flanes y natillas) de limón, plátano, piña, fresa, almendra y naranja? ¿O que originalmente se vendió para hacer papillas, cremas, tartas e incluso helados? Y lo que es más ... importante: ¿sabían que se inventó en Donostia? El Flanín es tan conocido que aunque sea una marca casi merece escribirse con minúscula y cariño, «flanín», igual que otros nombres comerciales que por su gran popularidad pasan a formar parte de nuestro vocabulario como ejemplo ideal de una categoría de producto (papel albal, bimbo, táper). Apuesto a que, a pesar de la tradicional competencia de Potax y El Chino Mandarín, cuando a alguno de ustedes se le ocurre que necesita flan de polvos piensa en que ha de comprar flanín, a secas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Wolframio y flanín