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Viernes, 27 de marzo 2020
La dieta mediterránea es una de las más saludables que se conocen. Uno de los alimentos que se consumen en ella son las acelgas, una verdura que destaca por su alto valor nutritivo y su escaso aporte calórico. No es de extrañar, por tanto, ... que se introduzca de forma regular en nuestra alimentación.
La acelga es un vegetal de hoja verde que pertenece a la familia de las quenopodiáceas. Es una planta bienal, pero se cultiva como anual. Las acelgas se caracterizan por sus hojas grandes y carnosas, de color verde brillante o rojizo. Los tallos, o pencas, pueden ser blancos, amarillos o rojos, según la variedad de acelga. Su consumo se extiende desde hace más de seis mil años. Con origen en el continente asiático, en sus inicios compaginó su uso para fines alimenticios con los medicinales. Son muchas las propiedades que hacen de la acelga un alimento básico en cualquier dieta saludable. Entre todas ellas, sobresale la cantidad de vitamina A, B y C que aporta al organismo.
Sus beneficios son innegables y algunos, como las propiedades diuréticas, vienen marcados por la gran cantidad de agua que contiene la acelga.
Igual de importante en su composición es la fibra, lo que la convierte en laxante, ayudando a prevenir el estreñimiento.
También es recomendable el consumo de esta verdura de hoja verde para combatir la anemia, debido a su contenido en hierro.
Especialmente saludable resulta su consumo tanto para las mujeres embarazadas como para los niños gracias a su alto contenido en folatos. El ácido fólico ayuda a prevenir defectos del tubo neural, como la espina bífida.
Las acelgas son una buena fuente de vitamina A, que es importante para la visión. La vitamina A ayuda a proteger los ojos de la degeneración macular y otras afecciones oculares.
Las acelgas son una buena fuente de vitamina C, que es importante para el sistema inmunológico. La vitamina C ayuda a proteger el cuerpo de las infecciones y a promover la cicatrización de heridas.
Las acelgas son una buena fuente de potasio, que es importante para la salud cardiovascular. El potasio ayuda a regular la presión arterial y puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Ahora que ya sabemos qué puede aportar las acelgas a nuestro organismo, ¿cómo las introducimos en la dieta? ¿Cuáles son los usos de la acelga en la cocina? ¿Tenemos opciones para que su consumo no resulte repetitivo? Sin duda, las acelgas dan margen a la imaginación y pueden comerse de múltiples maneras. Pero antes, hay que recordar que es vital limpiarlas bien en agua fría antes de comenzar a cocinarlas.
La forma más habitual de consumir las acelgas es cocerlas durante unos minutos. Principalmente, porque es el método perfecto para reducir al mínimo la pérdida de nutrientes. Pero no es menos cierto que quizá no sea la opción más atractiva.
Existen otras recetas más vistosas. Algunas de las más comunes son las tortillas de acelgas, el pastel de acelgas y, cómo no, la lasaña de acelgas.
Esta verdura tiene la capacidad de adaptarse a un buen número de recetas y cocciones, por lo que no será difícil introducirla en tu dieta y apostar por una alimentación más saludable.
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