

Secciones
Servicios
Destacamos
Ane Bergara
Miércoles, 26 de marzo 2025, 09:14
¿El tomate se pela o no se pela? Es un debate que ha perseguido a muchas familias durante tiempos inmemoriales y que sigue vigente hoy en día debido a que hay gente a la que no le gusta la textura de la piel del tomate.
Lisa y fina, aunque resistente, la piel del tomate contiene numerosos nutrientes esenciales, además de ser rica en antioxidantes, fibra y vitamina C. Pero no a todo el mundo le gusta, principalmente por su textura, ya que en los guisos o salsas de tomate quedan como pequeños tropezones que no resultan del todo fácil de triturar.
Es por ello que mucha gente opta por pelar los tomates, aunque esta es una tarea nada sencilla de llevar a cabo mediante el método habitual. Y es que ya sea con ayuda de un pelador, de un cuchillo o directamente con las manos, la piel del tomate es tan delicada que dificulta su retirada.
Pero en la adversidad es cuando surgen las buenas ideas. Y pelar un tomate es mucho más sencillo, rápido y limpio si se realiza siguiendo un pequeño truco.
Para pelar un tomate de forma eficiente y sin apenas esfuerzo, se necesita la alianza del agua caliente. Mientras rompa a hervir un cazo con agua, cogemos los tomates que queramos pelar y les realizamos un corte sobre la base en forma de cruz. Para ello, nos ayudamos de la punta de un cuchillo que tengamos bien afilado.
Una vez realizada 'la señal de la cruz' en el tomate y cuando el agua esté en ebullición, introducimos los tomates en el agua durante unos 30 segundos. Pasado ese tiempo, los retiramos y dejamos escaldar en un bol con agua fría (si es con hielo, mejor).
Cuando se hayan atemperado los tomates, con la cocción ya cortada, los cogemos y secamos para, con ayuda de un cuchillo, unas pinzas o directamente con las manos, retirar la piel, que se desprenderá prácticamente por sí misma y sin apenas esfuerzo.
Con este pequeño truco podemos pelar tomates de forma fácil, rápida y limpia, manteniendo de forma íntegra su forma, su sabor, su textura y sus propiedades.
Esta técnica tiene una versión más rápida, pero también más agresiva con el tomate, que consiste en calentar el tomate (también con la cruz realizada y colocada hacia arriba) directamente en el microondas durante unos 90 segundos. Pasado ese tiempo de exposición al calor, podremos retirar la piel de forma tan sencilla, rápida y limpia como con el anterior método.
Es una alternativa exprés que, sin embargo, tiene un inconveniente: el tomate puede cocinarse. Es por ello que recomendamos llevarla a cabo únicamente cuando esos tomates se vayan a utilizar para cocinar, ya sea una salsa, un sofrito o un guiso.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.