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Sábado, 1 de mayo 2021, 09:51
Hay productos asociados al disfrute. Alimentos que se vinculan al placer, que parecen estar diseñados con el único objetivo de aportar felicidad. Y el jamón es uno de ellos. Cualquier comida especial o celebración encuentra en este derivado del cerdo un aliado inseparable. Una ración de jamón ibérico es vista como una joya gastronómica, perfecta para seducir a cualquier comensal. Y este sentimiento no entiende de edades, no hace falta alcanzar la madurez para identificar el jamón ibérico con adjetivos y valores positivos.
Así lo ha dejado claro también una reciente encuesta realizada por EAE Business School a 250 personas sobre sus hábitos de consumo y su relación con el jamón. Las conclusiones son las siguientes: los millennials (nacidos entre 1980 y 1995) y centennials (nacidos de 1996 en adelante) tienen un gran interés por los productos regionales, incluso más que la generación X (nacidos entre 1961 y 1980). Un dato relevante teniendo en cuenta que el jamón tiene en España su cuna.
Pablo Contreras, profesor de EAE Business School, señala que el 88% de las personas encuestadas consumen derivados del cerdo, y más del 80% de los millennials y centennials sienten placer al comer jamón ibérico y blanco, siendo estos últimos los que más placer experimentan.
El propio Pablo Contreras, dentro de la jornada 'Millennials y centennials: las nuevas generaciones de consumidores y su relación con el jamón', organizada por el Congreso Mundial del Jamón, subrayó que estas dos generaciones suman casi 16 millones de consumidores y mantienen una estrecha relación con las nuevas tecnologías. A su vez, son poco accesibles a través de la publicidad convencional y prefieren guiarse por las recomendaciones de amigos o de influencers. También destacó que «los millennials no quieren ser consumidores pasivos, quieren participar en las decisiones de las marcas y opinar si lo que hace una marca les gusta o no».
El jamón ibérico también puede introducirse en una dieta sana y equilibrada. Es más, no se entiende la dieta mediterránea sin este producto que es rico en vitaminas y minerales. Y sí, el jamón ibérico tiene grasa, pero es monosaturada, es decir, aquella grasa que está considerada como buena. No hay motivos para no disfrutar del buen jamón.
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