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Viernes, 14 de mayo 2021
Con la entrada en el mes de mayo llega la hora de disfrutar de una de las frutas más frescas y sabrosas: el albaricoque. Con la temporada de recolección recién iniciada, próximamente podrá verse y adquirirse esta fruta en el mercado, una presencia que se extenderá hasta agosto o septiembre.
El albaricoque es una de las consideradas 'frutas de verano' más demandadas gracias a sus numerosas propiedades nutricionales y a la gran versatilidad de usos culinarios que presenta.
El origen de esta fruta, también conocida como albérchigo o damasco, se remonta al continente oriental, aunque la producción de nuestro país se concentra mayoritariamente en las provincias de Murcia, Valencia y Zaragoza.
El albaricoque, de fisionomía redonda y con marcados surcos, muestra una gama cromática que oscila entre el amarillo y el rojo, siendo el color anaranjado el más habitual.
Una de las características que lo define es que se trata de un fruto climatérico, lo que significa que una vez recolectado continúa madurando. Ello se traduce en una vida relativamente corta, por lo que conviene consumirlo pronto. Sin embargo, no es recomendable consumirlo en estado de inmadurez, ya que puede resultar indigesto.
La jugosidad de esta fruta está producida por su alto contenido en agua, por lo que resulta muy refrescante. Asimismo, es un alimento riquísimo en fibra (idóneo para el correcto funcionamiento del sistema digestivo) y en betacarotenos, lo que se traduce en beneficioso para el sistema inmunológico y la vista, así como para un buen cutis, gracias a su alto poder antioxidante.
El uso gastronómico de las frutas ha sido comúnmente asociado a la repostería, las mermeladas y las recetas dulzonas. Sin embargo, el albaricoque presenta una gran versatilidad culinaria, siendo una excelente opción para elaboraciones que jueguen con los sabores dulces y salados.
En ese sentido, esta fruta es ideal para utilizar en ensaladas, especialmente en aquellas que contengan sabores marcados como espinacas, queso de cabra o frutos secos. Si la idea de poner trozos en fresco no te convence, puedes probar a elaborar un aliño con su jugo.
Por otro lado, el dulzor del albaricoque contrasta a la perfección con carnes pudiendo, bien rellenarlas con esta fruta o bien integrarla en salsas de acompañamiento que contengan ingredientes como, por ejemplo, la zanahoria.
Y si la idea de innovar con el albaricoque no te convence, siempre se puede optar por integrarlo en recetas de repostería o consumirlo fresco.
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