Cocina y diplomacia son dos conceptos que van unidos de la mano. En torno a una mesa se han cocinado a fuego lento buena parte de los acuerdos que han cambiado el mundo durante siglos. Nada queda para la improvisación. Cada paso está medido al milímetro para que todo salga bien.
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Así lo ha demostrado en San Sebastian Gastronomika al menos Guillaume Gomez, embajador de la cocina francesa y chef del Eliseo con los últimos cuatro presidentes franceses: Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, François Hollande y Emmanuel Macron. «Lo nuestro es un trabajo en equipo», ha remarcado en el Kursaal este lunes por la mañana este francés de padre andaluz.
Quien más quien menos se había acercado hasta la conferencia titulada 'Los secretos de la cocina del Elíseo' con el morbillo de conocer los gustos culinarios de los máximos mandatarios franceses. Pero no ha podido ser. Son unos secretos muy bien guardados. «Nunca hablamos de los gustos de los presidentes», ha confesado pero sí que ha aclarado que a la mujer de Chirac le gustaba «la cabeza de buey».
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