Martes, 18 de julio 2023, 09:04
Con más de 125 años de legado ibérico, Carrasco se ha distinguido por su 'saber hacer' a la hora de crear un producto de un gusto característico y único, aportando una experiencia sensorial compleja y distinta al resto. Tras estos años de trayectoria y pasión, buscando siempre la perfección en el sabor, en la elaboración y asegurando un producto de calidad; su quinta generación viene pisando fuerte.
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Guillermo Carrasco, graduado en Administración y Dirección de Empresas, coge el relevo de la empresa familiar junto a su padre, Juan Atanasio Carrasco, con tan solo 30 años. Un reto que, gracias a los valores de Carrasco Ibéricos, como la experiencia, la honestidad y el compromiso, harán que su producto siga siendo una experiencia de degustación única.
El valor de la familia en Carrasco Ibéricos ha sido un punto esencial en todos estos años de legado para conseguir un producto de calidad y exclusivo. Fruto de la excelencia, el mimo y la paciencia que mantienen a lo largo de su proceso de creación. Sin ir más lejos, su embajador, David de Jorge, cocinero hondarribiarra, se embarcó en la familia Carrasco gracias a los valores que transmite la marca: «Llega un momento en la vida que te das cuenta de que hay que elegir un compañero de viaje y, aunque lleve toda la vida eligiendo muchos, al final te preguntas CON QUIÉN quieres estar. Con los años te das cuenta de que quieres elegir una familia profesional que acabe siendo la familia personal».
Un valor fundamental que unido al compromiso y esfuerzo han logrado dar con una raza propia seleccionando varias estirpes y creando así una casta mejorada. Criada en sus propias fincas en libertad, en la dehesa de Extremadura, la mayor concentración de encinas de Europa. Dando así lugar a un producto que transmite la complejidad y las sensaciones de Carrasco.
Esta singularidad y la alimentación con bellotas aportan un sabor diferente y rico en matices: cerdos saludables, fuertes, resistentes, de talla y peso ideales y con mayor capacidad de infiltración grasa y de fijación de aromas. La curación de los productos tiene lugar en Guijuelo y, tras un proceso de salazón y lavado, las piezas pasan a los secaderos naturales con ventanales por donde penetra el aire seco de la zona. De esta forma, favorece la fusión natural de la grasa infiltrada alcanzando una distribución uniforme para un resultado exquisito.
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Este proceso único da como resultado un sabor más dulce, con un punto umami. Más bajo de sal, suave y sutil. Textura untuosa, oleosa, ligera y delicada que se deshace en la boca. Pleno de esencias, perfumes, matices, que despiertan aromas de la dehesa, pero también a nuez, frutos secos y caramelo. Brillante de apariencia, con una veta delicada de color nuez y tonos cereza.
Dirección: Príncipe Felipe, 25 - 37770 Guijuelo (Salamanca)
Tel.: 923 580 420
Distribuidor en Gipuzkoa: Mardu Exclusivas Gourmet
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