«Fue una locura: descolgamos el teléfono y 'petó' el ordenador»

«Menos mal que hoy tocaba día de descanso», añade Hilario Arbelaitz. Una de las características del Zuberoa es que no tiene jefe de cocina, salvo el propio Hilario, que siempre está al pie del fogón. Por eso aprovecha los miércoles, el día libre, para celebrar con la familia.

Este miércoles tenía antes un feliz compromiso. Recibía una placa honorífica de los Premios Baccus, que organizan la Vinatería Viniápolis del barrio donostiarra de Gros, de Manu Méndez, y la asociación Amigos del vino Baccus. El premio era para Jesús de Madrazo Mateo, uno de los mejores enólogos de España, exdirector técnico de Contino y hoy al frente de su propio proyecto. Hilario recibió una placa de honor por su mimo al mundo del vino, una distinción que hace años también recibió Eusebio. «Teníamos prevista esta placa antes de conocerse el cierre, y ahora está aún más justificada», explicaban Manu Méndez y Adolfo de Pedro, otro destacado «hombre del vino».

Luego los Arbelaitz se reunieron con sus familias. Dentro de unos días toman dos semanas de vacaciones que también vendrán mejor que nunca para descansar de tantas emociones.