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Mikel Encinas
Jueves, 3 de abril 2025, 09:05
Quim Vila es un claro ejemplo de que muchas veces la vida te lleva por un camino diferente al que tienes presupuestado. Él estudiaba Arquitectura, pero se puso a echar una mano a sus abuelos en el colmado y hoy en día Vila Viniteca es la mayor distribuidora de vinos de España, con más de 11.000 referencias en su portafolio. Pocas personas mejor que él para hacer un recorrido por los 40 años de explosión de la cultura del vino que ha vivido desde que se puso a ello a principios de la década de los noventa.
Entre vinos y destilados, 11.000.
Cuando empecé a trabajar en casa, con mis abuelos, teníamos 175 referencias. Pero claro, te estoy hablando de hace 40 años. Desde entonces, el mundo del vino ha pegado una explosión.
Diría que lo hizo en los años 90, con la recuperación de zonas como Ribera de Duero o Priorat, lo que provocó que a mediados o finales de década hubiera una corriente de nuevos elaboradores en Rioja que se lanzaron a hacer vinos nuevos: la familia Eguren, Miguel Ángel de Gregorio de Finca Allende, Bodega Contador, Roda… Luego se fue propagando por toda España y tuvimos la suerte de vivir ese momento mágico.
Poco a poco, fuimos centrándonos en la distribución de vinos a restaurantes y fuimos aumentando el portafolio. Es una colección hecha con los años por parte de gente a la que le gusta el vino y le gusta venderlo.
Mi bodega personal es la Viniteca. Es cierto que tenemos botellas que nos han regalado por algún motivo especial para compartir con los amigos, pero siempre digo que la Viniteca es mi bodega.
Muchas. Hace unos años en una fiesta de nuestro cumpleaños nos regalaron algunos elaboradores varias botellas especiales, hechas por algún motivo y están hechas para compartirlas con amigos y con gente que las pueda disfrutar.
Es un cúmulo de circunstancias. Al principio de todo esto, en los noventa, España se abrió al mundo. Hubo un 'boom' cultural y muchas ganas de conocer. Con ello, llegó también un 'boom' gastronómico. A mediados de los noventa, la gastronomía española empieza a tener reconocimiento y a eso hay que añadir que los elaboradores en el Priorat empezaron a hacer sus primeras añadas 1989, igual que los nuevos Ribera de Duero, como Pago de Carraovejas o Emilio Moro, que son también 88, 89, 91, 92… Los Rioja en los 91, 94, 95. Todo esto generó una sinergia que hizo que despertara la curiosidad de los clientes, que cada vez pedían más cosas a los restaurantes. Era un cliente que empezaba a viajar y a conocer, y esa apertura provocó ganas de saber en la gente. De igual manera que estaba de moda saber de cine o de libros, empezó a estar de moda saber de gastronomía y se generó una gran movida cultural que hizo que todo el mundo despertara. Fue la consecuencia de un cúmulo de cosas: nuevos distribuidores, nuevas botellas, empezó a aparecer el sumiller en los restaurantes…
En casi toda España se hacen vinos buenos. En las zonas históricas y en otras de las que casi nadie hablaba años atrás, como El Bierzo, por ejemplo. Ahora en Gredos se hacen vinos maravillosos con garnachas históricas.
Se están recuperando patrimonios. Hay una nueva generación muy buena, muy viajada y ahora nos falta creérnoslo y que haya el doble de bodegas. No llegamos a 5.000 y en Italia y Francia son casi 30.000. Podemos pensar que hay muchos vinos, pero nos faltan muchos más para que más gente hable de los vinos españoles y haya más gente promocionándolos.
Nos han faltado las embajadas: los restaurantes. Francia tiene bistrós en todo el mundo, Italia tiene grandes restaurantes de cocina italiana y las tratorías y las pizzerías donde venden su aceite, sus quesos y sus vinos.
A nosotros nos han faltado esos restaurantes españoles, que a veces se han confundido con restaurantes de tapas que son tex-mex.
El vino extranjero de nivel que se consume es el champán, que es líder en esta categoría. Se puede decir que hay cultura de vino en España, pero nos falta esa costumbre de salir a tomar una copa de vino blanco media tarde. Es curioso, porque somos un país productor de vino, el país con más superficie de viñas y estamos todo el día con la cultura de la cerveza. Dispone de unos presupuestos de marketing importantes y el vino está muy atomizado como para hacer esta comunicación y publicidad. El consumo sigue cayendo y nos falta hacer llegar el vino a la gente joven.
Nosotros hemos hecho muchas fiestas informales y la gente joven se acerca. Cuando das vino y la gente joven viene, quiere decir que el vino le gusta a la gente joven. Llevamos muchos años con este tema. Hace casi 40 años que fundamos 'Los jóvenes amigos del vino' para promover el consumo inteligente del vino entre la gente joven porque había un descenso del consumo de vino y esto no ha mejorado.
También es cierto que se bebe mucho más vino bueno. Ha habido un descenso en vinos básicos, pero el consumo de vinos de calidad se mantiene y en algunos casos aumenta.
…
Hay que tener en cuenta que el vino como lo tomaban nuestros abuelos, como una bebida casi energética, se ha perdido. La gente desayuna más sano, no se toma tres cafés con brandy. Pero el nivel de calidad de los vinos que se disfrutan en los restaurantes y los bares ha aumentado. Debemos ser conscientes de que en España el vino sigue siendo muy barato en hostelería, comparando con el precio de otros países productores como Francia, Italia o Portugal, donde se vende mucho más caro.
Este es precisamente uno de los atractivos de este país. En los supermercados populares son muy pocas las botellas que se venden de más de 20 euros. Casi ninguna. Se consumen vinos de niveles más bajos, pero es lo que la gente consume a diario en los hogares. En tiendas especializadas hay una gama más amplia, pero por 10 euros tenemos una cantidad maravillosa de vinos que no es tan fácil encontrar en Italia o Francia. Puedes disfrutar una botella y compartirla a unos precios muy atractivos.
Creo que hay varias al alza en este momento. Las denominaciones de origen lo hacen bien, pero al final son las empresas las que mueven el tema y son los propios elaboradores los que tienen que dar a conocer la zona.
Destacaría una D. O. que está haciendo las cosas muy bien últimamente: Jerez. Se está haciendo un trabajo increíble de formación de sumilleres y aficionados, dando a conocer la diversidad de sus vinos. Siempre ha sido una zona grandiosa histórica y comercialmente y sigue siendo grandiosa, pero no comercialmente. El jerez, que es uno de los grandes vinos españoles en los últimos años, ha ido cogiendo un protagonismo al nivel de los restaurantes sofisticados y los sumilleres lo van recomendando.
Creo que hay unos elaboradores interesantes explorando cosas nuevas en txakoli. Y hay una nueva generación de jóvenes viticultores hijos de viticultores en la Rioja Alavesa y la Rioja Alta. Me sorprende que no haya más gente que siga ese camino de esa gente que en los años noventa empezaron a hacer cosas diferentes. Pero hay 8-10 jóvenes bodegueros que lo están haciendo muy bien y ojalá algún día sean ellos los protagonistas.
La verdad es que no se sabe. Tenemos la experiencia de cuando gobernó la otra vez y fue muy complicado, no solo para el vino español, sino también para el francés o el italiano. Prometió los mismos impuestos, pero ahora habla de ponerlos más grandes… con lo que no sabemos qué va a pasar. Cada día dice una cosa diferente, con lo que debemos tener tranquilidad y cuando los ponga ya veremos.
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