Viernes, 19 de julio 2019
75 g de chocolate blanco
300 ml de leche entera
100 ml de nata líquida
25 g de azúcar
75 g de yema de huevo
Encendemos el horno a 90-100°C.
Poner a fuego en una cacerola la leche y la nata a hervir.
Por otro lado, juntar en un bol las yemas de huevo con el azúcar y batir enérgicamente.
Retirar la cacerola del fuego y añadir el chocolate al líquido hirviendo.
Colocar de nuevo al fuego y volver a hervir sin dejar de remover.
Verter entonces sobre el bol de las yemas con azúcar: removiendo, pero sin batir para evitar que se haga espuma (y en el caso de que se forme alguna, se retira).
Rellenar los recipientes y cocer en el horno durante 25 minutos.
Retirar del horno cuando la consistencia sea temblorosa para comernos unos potitos bien cremosos.
Dejar que se enfríen antes de cubrir con film y reposar en el frigorífico al menos 4 horas.
Comerlos muy fríos, pero no helados.
Nota: Se puede acompañar la crema con 1 bola de helado o con 1 buena cucharada de granizado de whisky por encima.
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