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Arteaga: Bodega y parrilla

Gastronomía | Restaurantes

Arteaga: Bodega y parrilla

Cocina tradicional con producto de temporada y una cuidada selección de vinos

Sábado, 6 de enero 2024, 01:00

Un caserío renovado, entre verdes prados que rodean Arrasate, un lugar donde desconectar y volver a conectarte contigo mismo. Entrar y sentir la historia que esconden sus paredes de piedra, mezclado con toques modernos y actuales, todo al servicio de que disfrutes de la experiencia gastronómica. Cruzar la puerta y, tras el vestíbulo, en la entrada al comedor, una bodega a la que se te va directamente la vista, llena de grandes referencias vinícolas. Y el comedor, un lugar que respeta la tradición y donde te sientes como en casa, con esa chimenea que encienden en día fríos y que hace aún más acogedora la visita.

Esa bodega, dejarme que empiece por ahí, es una de las grandes referencias y uno de los grandes atractivos del Arteaga Jatetxea, el territorio de Maider Larrañaga, que es quien lleva las riendas del restaurante junto a su marido Igor Ezpeleta. Hace 7 años decidieron darle una vuelta de tuerca a su oferta bodeguera. Maider se empezó a interesar y formar en este ámbito y se enganchó. Hoy en día cuentan con alrededor de 1.000 referencias diferentes entre sus propuestas. En esa primera bodega que tienen al principio tienen unas 300 botellas, una pequeña muestra de lo que encontraremos entre su carta de vinos. Una bodega que empieza a construirse sobre las referencias locales, vinos cercanos como el txakoli, que cuida y mima Maider, a los que suma referencias españolas, francesas e italianas, estos 3 países con tanta tradición vinícola son las que copan la carta, aunque alguna sorpresa diferente también encontraremos. Mi recomendación, dejaros guiar y recomendar por Maider a través de su bodega.

Arteaga (Arrasate)

  • Tipo Asador

  • Dirección Garagartza Auzoa, 37. Arteaga Baserria

  • Teléfono 943711881

  • Comedor 1 para 80 comensales

  • Cierre Lunes y noches de martes a domingo

  • Precios Menú del día 33 euros. Carta 60 euros

Yo iba con muchas ganas de volver a disfrutar de su cocina tradicional, pero, el maridaje que me organizó Maider fue todo un espectáculo, un viaje a través de las uvas y bodegas, que me cautivó y me dejó sin palabras. Empezamos con un vino francés Des Boires et des Bulles de 2022, para seguir con un cortado andaluz La Barajuela de 2017, un verdejo segoviano de Arenas de Santyuste, un vino tinto gallego Albino de Bodegas Albamar, el tinto Il Frapatto que Arianna Occhipinti elabora en Sicilia, el vino dulce Marko de Oxer Bastegieta y la sidra de hielo Malus Mama. Toda una experiencia que acompañó maravillosamente cada uno de los platos con los que me hicieron feliz en mi visita a Arteaga Jatetxea.

Igor Ezpeleta y Maider Larrañaga aterrizaron en el año 1998 en este caserío arrasatearra. Ambos estudiaron en Oñati y regentaron un pequeño bar en Arrasate antes de embarcarse en la aventura del Arteaga. Renovaron el caserío y empezaron a elaborar una cocina tradicional con la que siguen cuidando a todo aquel que decide visitar su casa. Una cocina tradicional que elaboran a partir de un buen producto de temporada, productos de cercanía, en la medida en la que eso sea posible, partiendo de su propia huerta, de donde se nutren de las verduras que luego miman y cuidan en su cocina. Porque al final el producto es el que luce en el plato, ayudarlo y vestirlo con lo justo para que sea el gran protagonista y el cliente disfrute cada uno de sus bocados. A esa apuesta por la tradición hay que sumarle la parrilla, donde asan buenas piezas de carne y pescados, y que es otro de los grandes atractivos de la casa.

Fue un menú en el que desplegaron toda su maestría en la cocina, pero, dejarme que os destaque los dos platos principales con los que concluyeron la parte salada, porque son clara muestra de la cocina de Arteaga. Por un lado, un rape a la parrilla que hacía tiempo no probaba y que me pareció una maravilla, asado en su punto perfecto, del cual no dejé ni migaja entre sus huesos, el arte de un buen pescado a la parrilla. Para terminar, unos deliciosos callos con salsa vizcaína, que estaban para chuparse los dedos, el cuidado y respeto por nuestra tradición culinaria, melosos, sabrosos y con ese punto alegre que no puede faltar en unos callos, un plato que saboreé con tranquilidad y del cual disfruté cada bocado.

Fue un gran menú, empezando desde los calamares, les llegaron chipirones de anzuelo y tuvieron a bien ofrecérmelos; siguiendo con la elegancia de una cigala rebozada sobre una salsa americana; la fresca ensalada de pulpo, jugando con los sabores; la versión local de la morcilla con tomate, un plato que yo estaba acostumbrado a verlo elaborado con morcilla de arroz, pero, en Arteaga lo hacen con morcilla de verduras; y, terminando con dos postres muy especiales, a destacar el nivel de ambos, la panacotta de chocolate blanco con frutas y cítricos y el bizcocho de calabaza con rash al hanout y crema de queso. Un gran menú y una gran experiencia gastronómica para empezar este 2024. On egin y Feliz Año Nuevo!

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