Abro esta crónica del papeo preguntándoles por esos tascos de cocina exótica que pululan por toda nuestra geografía. Cuando era mozalbete y estudiaba en la desaparecida escuela donostiarra del Alto de Miracruz, el País Vasco era una potencia mundial exportando cocineros con ocho apellidos vascos. ... Nos los quitaban de las manos.
Publicidad
Entonces, cualquier inversor que quisiera inaugurar un local de alto copete debía nutrirse de jóvenes cachorros vestidos con sus chaquetillas blancas, gorros almidonados y un árbol genealógico de pedigrí: a saber, Gabilondo, Urdangarín, Zubizarreta, Arguiñano, Igartiburu, Erentxun, Otegui o Clemente.
Hoy no solo no exportamos cocineros, sino que tenemos que buscarnos las castañas aleccionando a toda esa inmigración que quiere currelar a toda costa y se está convirtiendo en el nuevo valor que permitirá que en un futuro sigamos comiendo kokotxas al pilpil, marmitako, salsa vizcaína, croquetas de jamón o callos con morro y pata de ternera.
Son nuestra esperanza, porque nuestros nativos no quieren acercarse al fogón ni a una fregadera. Entrar en un garito y alucinar con ese racimo de peña de diferentes nacionalidades, Torre de Babel multicolor que hacen que sigamos comiendo y bebiendo fabulosamente.
Dirección Gran Vía 9 (Donostia)
Teléfono 943 321 138
Contactos www.grupo887.com @restaurantecasa887
Con quién Amigos / Pareja / Familia / Negocios
Estilo Tasca modernita
Platos Lomo ibérico de bellota 33 euros / Tatar de chuleta de vaca con yema ahumada 32 euros / Nori de atún con emulsión de wasabi 6 euros. Bao de langostino con aguacate y mahonesa de sriracha 18 euros. ilanesa de costilla ibérica con patatas 28 euros / Chuleta asada 45 euros
Monedas 4
Disfrutemos de muchos de esos locales en mano de toda esta peña currante. A sonrisa y voz dulce nos ganan por goleada. Últimamente he gozado comiendo cocina bereber en Durango y me metí entre pecho y espalda un antológico cuscús en Rentería. Si mi padre se levanta de la caja estaría feliz porque alucinaba con la cultura del 'camaflú', como llamaba él a la morería y a sus derivados.
Publicidad
Los 'fuera de carta' A veces suena la flauta y ofrecen 'fueras de carta' que ponen los dientes largos. Elijan las mesas más escondidas del local si además de comer bien quieren hacer manitas
El amigo Antonio Carlos Fontoura Belotti es un viejo conocido de estos papeles que lleva dando por aquí la brasa unos cuantos años. Llegó con una mano delante y otra detrás, como muchos de sus colegas que se ganan el pan guisando en nuestra geografía, y ahí sigue en su Casa 887 rodeado de unos cuantos secuaces y cocinando de lo lindo.
Acaba de ser padre, ¡felicidades, mamón! En su estrecho fogón se codea con mejicanos, brasileiros, guatemaltecos, chilenos y todo tipo de colorines colorados y nacionalidades. Y en sala, otro tanto, La verdadera farra es su esmero para darnos de papear y de beber escandalosamente, alejándose de los clichés tradicionales y de la caspa. Todo es fresco y poco impostado.
Publicidad
La dulzura y la eficacia de un servicio de sala tatuado o con pelambrera ¡Tina Turner' pasa a segundo plano en cuanto estiran el brazo y te colocan sobre la mesa un plato de lomo ibérico de bellota, anchoas del Cantábrico con pan refregado o un tiradito de atún rojo. Los noris envueltos en papel de alga llevan filete tártaro de atún con wasabi o tártaro de carne con yema ahumada.
Por un puñado de dólares de más te ponen una propina de pelucón de caviar en lo alto. Las 'gyozas' o empanadillas crujientes de pasta rellenas de cerdo y ajo negro o los mejillones en salsa picante son un puntazo. Hay bocata 'bao' con langostinos refritos y salsa picante con miel, y en cocina le dan candela a una parrilla diminuta a la que le sacan chispas arrimando almejas, presa ibérica, carabineros, cabrito, chuletas de lomo bajo o alas de pollo de caserío previamente confitadas y tiernas, tostadas y servidas con jugo de pollo y una mahonesa ácida. Son la atracción del lugar.
Publicidad
También hay moqueca brasileña de merluza, un 'medio camino' entre marmitako, suquet o zarzuela de pescado que suena y sabe a Antonio Carlos Jobim. Estofan carrilleras con curry rojo, carbonara de pasta con trufa negra o milanesa de carne. Sirven arroces secos muy virgueros, guisados con caldos con alta densidad de colágeno para que se te queden pegados los labios y no puedas articular palabra. No quisiera morirme sin ver antes un lehendakari negro o un diputado general de Aguas Calientes, distrito de Machu Picchu, provincia de Urubamba. Al tiempo. Disfruten, que nos quedan dos telediarios.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.