Cuidar el pueblo a través de la cocina

La fruta y verdura las compra en una tienda local, como la carne; dos veces a la semana les sirve yogures elaborados en dos caseríos cercanos, Larreta y Sasieta; como el pan, que lo traen diariamente del caserío Berroeta, pan que sirve en el restaurante y que también tiene a la venta en la tienda de miércoles a domingo. Todo ello para que los niños disfruten de la comida. Es uno de los momentos más especiales del día para la cocinera.

Margari Arruti es una cocinera de raza, de esas que se han ido haciendo a sí misma, una cocinera de casa, como nuestras madres y abuelas que gobernaban los fogones y nos cuidaban a través de esa cocina en la que no faltaban ni el cariño ni el mimo. Empezó a trabajar con 14 años en hostelería, tras la barra. Estuvo durante seis años en el restaurante 'Errota' de Orio y otros seis en el 'Olentzo' de Asteasu. Cuando se casó, fue a trabajar al 'Zepai' de Idiazabal, y, aunque empezó trabajando como camarera, terminó entre cazuelas y sartenes junto a la amona del restaurante, de quien aprendió a cuidar el producto y los secretos de esas recetas de toda la. En 2005 se embarcó en su primera aventura en solitario en el 'Apain' de Urretxu, donde estuvo hasta el 2019, que es cuando puso en marcha 'Topa Ostatua', donde la encontraremos entre los fogones, pura energía, una todoterreno que gobierna ella sola la cocina, mientras que como camarera cuenta con la inestimable ayuda de su cuñada Edurne Zubillaga, que la considera como su hermana, con quien lleva trabajando desde el Apain.

La cocina de 'Topa Ostatua' es una cocina sin misterio, sin trampa ni cartón, sin tonterías, como me la definía Margari, una cocina del día a día, casera, consigue hacerte sentir como si estuvieras en la cocina de tu casa a través de esas recetas de puchero, de cazuela, un buen potaje, un buen guiso, no faltan en su oferta diaria. Una propuesta que cocina el entorno, que homenajea a nuestros caseríos y a todas esas mujeres que han gobernado nuestras cocinas y que han elaborado con cariño y mimo las recetas de toda la vida, como las que ofrece Margari en su casa. Una cocina que te abraza y que se esconde tras una aparente sencillez, platos reconocibles pero deliciosos, la magia de la sencillez de nuestra cocina diaria.

'Topa Ostatua' funciona a través del menú, con una relación entre el precio y la calidad no muy fácil de encontrar hoy en día. En mi visita disfruté como un enano con su menú del día, quise que Margari me sacara lo que quisiera, pero, me dijo que no, que eligiera yo el menú. Así es como empecé con unos muy buenos champiñones guisados, con una salsa bien ligadita de esas de toma pan y moja, con los champiñones en su punto, la magia de la cazuela, rebañé bien el plato. De segundo pollo a la parrilla, le dije que entre la picaña y el pollo a la parrilla me sacara lo que quisiera ella, y tuvo a bien de deleitarme con el segundo, un pollo que hacía tiempo que no comía tan bueno, no dejé ni migaja en los huesos, los limpié a conciencia, no es muy común encontrarte con este plato, y, menos a la parrilla y en un menú del día, por ello he de agradecer a Margari su apuesta, por ofrecer una cocina de mucho nivel en su menú del día. Para terminar, un dulce final con la tarta de manzana y la quesada.

'Topa Ostatua' es el punto de encuentro del pueblo, un sitio que va más allá de ser el bar del pueblo, también cuenta con una pequeña tienda en su entrada, donde ofrece los productos básicos del día a día, además de productos locales, como los huevos o el pan de Berroeta. Un espacio que cuida al pueblo, a todos aquellos que diariamente se acercan a dejarse cuidar por Margari a través de su cocina, y, también a los que aparecemos de vez en cuando. Sinceramente, merece la pena escaparse hasta Ezkio y ser feliz a través de la sencillez de la cocina de Topa Ostatua. On egin!