Restaurantes

Bar Ostebi, guisos de campeonato

El Bar Ostebi es, sin ninguna duda, la sorpresa gastronómica de lo que llevamos de 2023. En un tranquilo rincón irundarra, en el barrio de Urdanibia, se esconde un tesoro gastronómico. Me imagino que algunos de vosotros ya lo conoceréis y que lamentaréis que lo saque a la luz, pero no puedo dejar de pasar la posibilidad de deciros que por favor visitéis este bar donde disfrutaréis de una cocina casera de muchos kilates, de mimo y cariño, de sabor, de cuchara, de producto que homenajea nuestra tradición y que os hará muy felices.

Ya sé que últimamente empiezo mis artículos recomendándoos uno de los platos que degusté, pero permitidme que hoy haga un repaso al menú con el que disfrutamos en nuestra visita porque cada plato fue un homenaje gastronómico a nuestra tradición, con un cuidado del producto para presentarlo en su máxima expresión y pleno de sabor. En definitiva, una maravillosa experiencia para nuestros paladares.

Tras tomarme un buen aperitivo en la terraza, aprovechando el soleado día, en forma de vino blanco y una rica tortita de camarón, nos dispusimos a disfrutar de sus bondades culinarias. Nos dejaron la carta en la mesa y no supimos por dónde tirar. Ttodo nos llamaba la atención y era difícil elegir los platos que completaran el menú.

Comenzamos con sus afamados huevos. Unos huevos envueltos en los que juegan con diferentes ingredientes como el jamón o la morcilla de León y el queso. Pero nosotros optamos por su versión del mar que no ofrecen todos los días. En el fondo del plato unas buenas patatas fritas, encima las pieles de bacalao con su pil-pil, que juega en otra galaxia y, para culminar, un huevo frito con su fina puntillita. Romper el huevo, mezclar todos los ingredientes y disfrutar, ser feliz. No os puedo decir otra cosa. Un plato que homenajea al restaurante la Hermandad de Pescadores de Hondarribia.

Tras el gran sabor de boca que nos dejaron los huevos envueltos, nos metimos de lleno en sus guisos. Esos guisos que homenajean a nuestra tradición, con fondo, con sabor, donde cada cucharada es un festival, fuegos artificiales. Meter en boca, cerrar los ojos y viajar al paraíso. Por un lado, las pochas, que entre las posibilidades que nos ofrecían apostamos por las que iban acompañadas de codornices. Vaya juego de sabores. Unas codornices guisadas al Jerez, en su punto perfecto y que, junto a las pochas, se convierten en un manjar. Por otro lado, los garbanzos con morros. Ya os he contado alguna vez que no es que sea muy aficionado a esta legumbre, le voy cogiendo el truquillo, pero si va acompañadas de morros, cómo dejar pasar la oportunidad de comer semejante combinación. Puro placer.

Si los guisos nos apasionaron, qué os voy a decir del bacalao al pil-pil. Un plato que, por desgracia, ya no es tan fácil de encontrar en las cartas de los restaurantes, pero que en el Bar Ostebi lo bordan. Un homenaje, una oda a una de las recetas más icónicas de nuestra cocina. Un bacalao cocinado en su punto perfecto, donde las lascas se sueltan solas y se convierten en pura magia en boca. Y qué decir de su pil-pil, de los de toma pan y moja. Una obra de arte culinaria. No es fácil conseguir ese punto. A tener en cuenta que el pil-pil no lo trabajan todos los días. Para terminar de redondear el homenaje gastronómico terminamos con unos buenos callos, otra receta tradicional que bordan en los fogones del Ostebi y que supusieron la traca final a la que ha sido sin duda una de las grandes sorpresas gastronómicas de este 2023.

El Bar Ostebi lleva más de 20 años haciendo felices los paladares de los que lo visitan en la Plaza Eihera. Desde el 8 de octubre de 2020 lo dirigen Miguel Ángel Alonso y Jerónimo Lertxundi, dos grandes cocineros con una amplia trayectoria en la hostelería y que se conocieron en los fogones de la Hermandad de Pescadores, donde Miguel Ángel trabajó durante diez años y Jerónimo, seis. De ahí les viene esa pasión y cuidado del producto para presentarlo en su máxima expresión para goce y disfrute de la clientela.

Aunque el homenaje gastronómico fue de los que hacen época, en el tintero se quedaron el pulpo a la gallega o en sus diferentes formatos, un producto que bordan y que homenajea el pasado gallego del bar; la chuleta de Rekarte a la plancha; algunos de sus pescados de temporada que presentan fuera de carta o previo encargo; ese cordero asado que ofrecen en días especiales y señalados y que debe ser un espectáculo; o su famosa tarta al whisky casera. No tengáis duda de que volveré para ser feliz porque así es como me sentí en mi visita al Bar Ostebi, un gran tesoro gastronómico. On egin!

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