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Getaria y el mar, una historia de amor que viene desde tiempos inmemoriales. Dentro de poco se celebrará el 500 aniversario de la primera circunnavegación a la tierra que realizó Elcano, getariarra. Reflejo de la relación de Getaria y el mar es el documental 'Itsasoak pizten gaitu' de Beñat Gereka, presentado ayer mismo. Un documental que pretende destapar la personalidad de Getaria durante siglos, un pueblo surgido del mar y que lleva mirándolo siglos. Esa relación se ha convertido en una forma de vivir, de sentir, de relacionarse y de amar, generando un carácter especial y único, el carácter getariarra. Un documental en el que el pasado, el presente y el futuro confluyen para contarnos esa relación tan especial entre Getaria y el mar.
Y esta estrecha relación lleva consigo que Getaria sea conocida mundialmente también por su cocina marinera, esa cocina donde los productos pescados por los propios pescadores cocinados a la parrilla son los auténticos protagonistas. Asadores, que han traspasado fronteras y se convierten en lugar de peregrinaje para todo amante del buen comer, como Elkano y Kaia, pero también hay otros muchos que llevan años cuidando la tradición culinaria local, bordando los pescados a la parrilla y que se convierten en lugares de referencia para disfrutar de una buena comida o cena.
Dirección Katrapona 4 bajo
Teléfono 943140658
Comedor 1 para 25 comensales / 1 terraza para 80 comensales
Cierre Nunca. En invierno las noches de domingo a jueves
Precio Carta: 50 euros.
Como el que hoy nos ocupa aquí, el Asador Mayflower. Su terraza es un tesoro, con vistas a todo el puerto, al ratón de Getaria y al mar, un enclave privilegiado para disfrutar de una buena cocina sin misterios, producto y parrilla, esos son los dos ejes sobre los que gira la cocina del Mayflower. Pescados del día, que se salen un poco del habitual rodaballo o lenguado, como la urta o el sargo, pescados que les traen los propios pescadores y que se encuentran fuera de carta y que invitan a descubrir toda la riqueza del mar getariarra.
Abierto en 1974, primero como cafetería, ofrecía una comida informal durante el verano, no fue hasta el año 1999 que se convirtió en asador a tiempo completo. Ricardo Antomas, un peraltés que aterrizó en Getaria desde Mallorca, fue quien puso en marcha el asador. Hoy en día le han cogido el relevo sus dos hijos, Asier, cabeza visible y que lo veremos al frente de la parrilla, e Iñigo.
En mi visita, tuve el placer de compartir mesa con el propio Ricardo, lo cual convirtió una gran cena en toda una experiencia, conociendo los entresijos y las aventuras del Mayflower. Mientras tanto, Asier gobernaba con maestría la parrilla e Iñigo atendía las mesas.
Y la cena superó todas las expectativas. Para empezar, un buen tomate de Getaria en ensalada, el producto en su máxima expresión, sabroso, con carne y aliñado con aceite de oliva y sal, nada más. Un plato que no merece mayor presentación, sentarse y disfrutarlo.
A partir de este pequeño homenaje a nuestra tierra, nos sumergimos de lleno en el mar. Primera, unas kokotxas a la parrilla, que tampoco necesitan mucha presentación, uno de los grandes tesoros de nuestro mar, que en mi opinión, cocinados a la parrilla entran en otra dimensión, hay que saborear, disfrutar cada bocado y ser feliz.
Les siguieron las zamburiñas, excelentes. Es una de las últimas incorporaciones de Asier a la carta, las metieron el año pasado, y son todo un acierto. Partiendo de un gran producto, los mojan con una salsa de tomate y cebolla casera que cocinan a baja temperatura y luego trituran con la túrmix, que sorprendió hasta al propio Ricardo. Mucho sabor y una conjunción de ellos que es puro placer. Un plato que refleja el respeto por el producto, pero, también el toque personal que aportan a varias de sus elaboraciones, muestra de que la cocina del Mayflower no está quieta.
Llegó el turno de la parrilla. Más allá de los tradicionales rodaballo, lenguado, txitxarro, rape o besugo, Asier nos deleitó con dos pescados del día, primero, la itsaskabra a la parrilla. No había comido nunca la krabarroka a la parrilla y me pareció espectacular, con una carne tersa, que recuerda en parte al rape, pero con la personalidad que tienen los pescados de roca. Segundo, un salmonete. Un servidor, que es un enamorado de los salmonetes, disfrutó de lo lindo con una pieza asada a la perfección, me hicieron muy feliz.
Para culminar tan maravilloso homenaje al mar getariarra y a su tradición culinaria, uno de los postres de referencia del Mayflower, el tiramisú, que lo elaboran sin licor y que está muy pero que muy bueno. Un gran colofón a una cena que me sorprendió muy gratamente y en el que me arrepentí de no haber visitado antes, porque, sin duda, el Asador Mayflower es uno de los grandes nombres de la cocina getariarra. On egin!
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