Esquina de la calle 31 de Agosto con San Jéronimo, espacio en el que se ubica el Gandarias.

Los mejores bares de pintxos de la Parte Vieja de Donostia

La cocina en miniatura tiene en este enclave de la capital guipuzcoana su cuna, unas calles en las que se siente el arraigo por un tipo de cocina muy nuestro, identitario

ARKAITZ DEL AMO

Jueves, 24 de junio 2021

Caminar por la Parte Vieja donostiarra es sentirse como en casa. Calles sobre las que gira parte de la cultura de la ciudad y del territorio. Los días señalados en San Sebastián, como el 20 de enero, la Semana Grande o las regatas, tienen en este enclave el epicentro de la fiesta. En medio de toda esa vorágine, de ese espíritu vivo y guipuzcoano que empapa la Parte Vieja, la gastronomía ocupa un espacio privilegiado. Décadas de trabajo, de servicio hacia unos clientes locales que siempre han tenido su refugio en estas calles.

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Propuestas de bares de pintxos de la parte vieja de Donostia

Bar Dirección Bar Dirección
Martínez 31 de Agosto, 13 Paco Bueno Mayor, 6
Txepetxa Pescadería, 5 Intza Esterlines, 12
Danena Enbeltran, 8 Bar Juantxo Enbeltran, 6
Néstor Pescadería, 11 Casa Urola Fermín Calbetón, 20
Sport Fermín Calbetón, 10 La Viña 31 de Agosto, 3
Tamboril Pescadería, 2 Casa Alcalde Mayor, 19
Gandarias 31 de Agosto, 23 Ganbara San Jerónimo, 19
Borda Berri Fermín Calbetón, 12 Ormazabal 31 de Agosto, 22
Ssua Dirección: C/ 31 de Agosto, 31 Gorriti Dirección: C/ San Juan, 3
Ixaropena C/ Enbeltran, 16

Los pintxos de la Parte Vieja de Donostia

Pero si algo define la Parte Vieja es su relación con el pintxo. Es la cuna de la cocina en miniatura. Desde el Boulevard hasta San Telmo se encuentra la génesis de este arte que ha llevado el nombre de San Sebastián por el mundo.

La grandeza de esta propuesta radica en que es una forma de entender la gastronomía que no está sujeta a un único establecimiento, sino que es algo que caracteriza a la Parte Vieja en su conjunto. Un sinfín de bares y locales gastronómicos llevan años, décadas, centrando sus esfuerzos en mejorar y defender una vertiente gastronómica que identifica a la sociedad donostiarra y guipuzcoana, que habla de nuestra forma de entender la vida y de socializar con los nuestros.

La gastronomía ejerce de anfitriona en unas calles de San Sebastián que esconden un sinfín de historias y recuerdos

Bar Martínez 1942

Cuando hablamos del Bar Martínez, hablamos del bar de pintxos familiar más antiguo de la Parte Vieja donostiarra. Un negocio que mantiene la esencia a través de pintxos artesanales y otras propuestas gastronómicas clásicas llenas de sabor. El mítico champiñón guisado 'Martínez' de 1942, el premiado calabacín con crema de centollo de los años 90 o el pimiento rojo relleno de bonito con salsa tártara, el más demandado desde 1985, son solo algunos ejemplos de lo que este clásico de la Parte Vieja ofrece a quien busca lo auténtico.

Bar Txepetxa

Pocos establecimientos pueden presumir de la singularidad del Txepetxa. Este mítico bar de la Parte Vieja ha conquistado a vecinos y turistas con un elemento como eje de su cocina: la antxoa. Durante más de 50 años, la calidad de la materia prima y un marinado único, cuyo secreto está guardado en una caja fuerte, han hecho de este uno de los principales reclamos gastronómicos de la zona. Esa defensa de la calidad y del producto local le han llevado a conquistar premios tan relevantes como un solete Repsol, el pintxo de oro de San Sebastián, el premio Keler Bar de Bares en San Sebastian Gastronomika o el premio Gastronomía entregado por Kofradia - Itsas Etxea. Antxoa con crema de centollo, de erizo de mar o de foie con compota de manzana son algunas de las propuestas más destacadas

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Bar Danena

Cada uno busca su camino, siempre con el objetivo común de cuidar a sus clientes, a esos vecinos donostiarras y guipuzcoanos que saben y valoran qué significa la Parte Vieja y sus negocios. Y esa unión entre bares y clientes se palpa en espacios gastronómicos como el Bar Danena. Pintxo de tortilla y pintxo de calamares. Sencillo, sin grandes estridencias, pero fiel a lo que busca su público. Una clientela que se siente respondida por la labor que viene desempeñando durante 30 años -20 como gerente Arantxa Nazabal.

Bar Néstor

Porque esa especialidad, esa capacidad por hacer algo diferente, se convierte con el paso de los años en toda una tradición. A eso se ha agarrado el Bar Néstor, ese mítico bar en el que hay que reservar para probar su tortilla de patatas. Dos al día son las que elaboran. Y cómo están, porque nunca faltan paladares agradecidos que quieran probarlas. Lo mismo que su txuleta o los pimientos de Gernika en temporada. Productos que han llevado al éxito a un Néstor Morais que lleva desde abril de 1980 cumpliendo las expectativas de sus clientes.

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Bar Sport

Y como en la Parte Vieja hay de todo, es imprescindible parar en el Bar Sport a probar el pintxo de foie. José Luis y todo su equipo siempre ofrecen calidad, pero también un servicio cercano, atento. Escuchan los problemas de los vecinos al mismo tiempo que sirven un buen pintxo frío o caliente. Hacen que todo aquel que traspasa la puerta se sienta querido.

Bar Tambo

En una de las esquinas de la Plaza de la Constitución se encuentra el Bar Tambo, uno de los más destacados establecimientos de la Parte Vieja y que, además, cuenta con una terraza privilegiada en la propia plaza. Los clásicos 'txampis', elaborados con una receta familiar de hace más de 70 años, encabezan la carta de pintxos de este local. Sin embargo, seguro que cualquier otra elaboración de su barra, como el escabeche de atún salvaje o las 'pipas' -gambas rebozadas-, tampoco defrauda al paladar del comensal

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Bar Gandarias

Si de familias que llevan la gastronomía en la sangre se trata, ahí está Agirre. Toda una vida dedicada a la hostelería y triunfando en un clásico de 'Lo Viejo' que ya funcionaba en la década de los sesenta, el Gandarias. Esa pasión volcada sobre sus clientes les ha permitido crecer de la mano de su pintxo de solomillo, su brocheta de gambas o de riñón. Porque son los pintxos calientes los que más entusiasman a los y las donostiarras. Ese producto recién hecho es el que encandila al cliente guipuzcoano.

Borda Berri

Lo que pasa en Donostia, y más concretamente en la Parte Vieja, es tan especial que a quien visita la ciudad le atrapa. Que se lo cuenten a Marc Clua, que vino a estudiar en 2002 y no ha querido salir de San Sebastián. El catalán ha interiorizado la importancia del pintxo en la cuidad, su tradición, su historia... y ahora brilla en el Borda Berri con su risotto de Idiazabal, su costilla de cerdo especiada o sus callos de bacalao al pil-pil. Son ocho ejemplos, no los únicos ni mucho menos, de lo que significa la Parte Vieja. Un emblema de la ciudad, un lugar para compartir y vivir.

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Paco Bueno

Pocos negocios definen mejor la historia y la tradición de la Parte Vieja que el bar Paco Bueno. Sólo citar el nombre evoca una sensación de cercanía, tradición y pasión difícil de desligar de este establecimiento. Lógico. Abrió sus puertas en 1950 y, desde entonces, han sido miles los donostiarras que han pasado por el bar para disfrutar de esa gamba gabardina que no admite comparación. Son ya tres las generaciones familiares que han formado parte del bar, sinónimo de la fuerza y el arraigo que ha mostrado durante más de 70 años. Lo mismo sucede al otro lado de la barra, ya que familias enteras, de abuelos a nietos, han compartido momentos mágicos cerca de la barra del Paco Bueno.

Intza

Aún más hay que remontarse para conocer los inicios del Intza. Un bar carismático, muy singular, que cuenta con una de esas terrazas que hacen especial cualquier establecimiento. El 19 de enero de 1933, víspera de San Sebastián, fue inaugurado por la primera de las tres generaciones familiares que han llevado el bar. Actualmente, es Koldo Astrain el responsable, quien coge el relevo de padres y abuelos. Desde el primer momento apostaron por cuidar al cliente local, por hacerle partícipe de un espacio que cogió un gran reconocimiento desde sus primeros días. Ahora brillan su pintxo de ropa vieja o el de bacalao frito, que conviven en armonía con las raciones de txipirones en su tinta, el revuelto de hongos o las kokotxas de bacalao. Todo muy casero, todo muy cercano. Y claro, los donostiarras y, por extensión, los guipuzcoanos le han premiado con una fidelidad ue dura ya prácticamente 90 años.

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Ormazabal

No menos apasionante es la historia del Ormazabal que, inaugurado en 1952, ha tenido en esta familia el pilar sobre el que se ha gestado su éxito. Arantza Ormazabal ha cogido el relevo de su padre, que compaginó sus labores en el proyecto hostelero con la elaboración de gaseosa Pitusa o Kas en otra parte del propio local. Pero como al cliente se le gana por el paladar, la cocina en miniatura de Ormazabal siempre ha sido espectacular. Ahí están el bacalao encebollado, las croquetas de espinacas, el morro de ternera o la tortilla de bacalao.

Juantxo

Casi centenaria es la historia del Juantxo. Quién no conoce el Juantxo. Todo donostiarra y guipuzcoano que se haya adentrado en la Parte Vieja ha probado los bocadillos de este emblemático local. Los de calamares y los de tortilla de patata, los más demandados. Es un establecimiento con una gran tradición. En 1928 ya estaba abierto, aunque con el nombre de Migueltxo. Fue en 1945 cuando cogió su actual denominación. Y desde hace 40 años tiene el sello y la garantía de la familia Agirre, ahora con Xabi como máximo responsable del bar. Elaboraciones al momento La pandemia ha dejado lecciones para el sector hostelero. Los cambios obligados, especialmente en las barras, han llevado a los pintxos a una nueva dimensión. La calidad se ha visto beneficiada porque la mayor parte de estas 'piezas de museo' en miniatura se realizan al momento.

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Urola

Un proceso que conocen de sobra en el Casa Urola de Pablo Loureiro. El Casa Urola es un local que es puro arte elaborando pintxos. Lo lleva haciendo años en un local inaugurado en 1956. Todo un histórico de la Parte Vieja que te lleva a otra dimensión con su Carmelita o la Gilda, aunque son sus pintxos de temporada el sello propio de la casa: vainas con lascas de bacalao, olivas negras, espuma de patata y piñones; o la hamburguesa de bonito fresco con mayonesa de ajetes son dos ejemplos de esta evolución.

Ganbara

Traspasar la puerta del Ganbara es adentrarse en un mundo lleno de sabores y buena cocina. Su barra es una de las más demandadas de la Parte Vieja, con algunas de las propuestas con más tradición de la capital guipuzcoana. Su experiencia para ejecutar con maestría el buen producto con el que trabajan ha hecho de este establecimiento uno de los imprescindibles para todos aquellos que quieran adentrarse en la cocina en miniatura, la tradición vasca y el buen producto de temporada.

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La Viña

Algo parecido puede decir Santi Rivera. Desde la década de los 80 en los fogones con un La Viña familiar que siempre ha garantizado calidad y que reivindica los pintxos elaborados al momento. Revuelto de hongos, el canutillo de queso con anchoa o la gamba crujiente, al margen de su espectacular tarta de queso de La Viña, explican el éxito de este establecimiento.

Casa Alcalde

Y uno no puede irse de la Parte Vieja sin pasar por Casa Alcalde. Más de 100 años de historia ligados a dos tradiciones como las del pintxo y el mundo taurino, como demuestran sus paredes decoradas con carteles de corridas en San Sebastián, Eibar o Azpeitia. Una buena forma de entretenerse mientras uno goza con el pulpo o la morcilla con pimientos de su barra.

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Opciones para todos los gustos y un plan perfecto junto a familiares o amigos. Qué, ¿vamos este fin de semana de pintxos por la Parte Vieja?

Ssua

En una calle llena de historia, donde se fusionan los recuerdos de la ciudad con la permanente evolución de la misma, Ssua apuesta por la cocina en miniatura con propuestas llenas de sabor y producto de temporada. El fuego tiene mucho que decir en un establecimiento que representa la evolución de la cocina vasca respetando, eso sí, sus raíces. Una gastronomía real con identidad propia que sabe combinar los clásicos más demandados con otros pintxos más innovadores. Pequeños bocados que se elaboran con materia prima que procede del mar y de la huerta más cercanas.

Gorriti

La tortilla francesa con jamón se ha convertido en el emblema del Bar Gorriti, al igual que su tortilla de bacalao. Sus minibocadillos de tortilla y de otros muchos sabores son muy demandados a cualquier hora del día, como sus diferentes opciones de encurtidos y su pintxo de boquerón a las finas hierbas, mermelada de frambuesa y nuez. Presentan deliciosas novedades con marca de la casa 'Gorriti' como la gilda, el boquerón o la gamba.

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Itxaropena

El bar restaurante Itxaropena es un histórico que, pese a su renovación, se ha mantenido fiel a la cocina de producto, basada en los ingredientes de temporada que les da el mercado. Sus pintxos calientes hechos al momento son todo un reclamo para quienes les visitan destacando, entre otros, el espárrago frito con ali-oli, aceite de perejil y yema de huevo; o el delicioso pan de hongos con yema de huevo y cebolla frita -apto para celiacos-. También trabajan elaboraciones frías como el tartar de bonito con aguacate, bonito marinado en casa y salsas de soja y picante. Déjate sorprender por Itxaropena y no dejes de preguntar por sus recomendaciones fuera de carta.

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