Solomillo a la Real Sociedad
Historias de tripaundis ·
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Como a los jugadores del Athletic, a mí también me toca esta semana hacer el pasillo de honor al campeón de Copa. No se me caen los anillos porque no soy demasiado futbolera, pero espero que aprecien ustedes adecuadamente el homenaje viniendo este de una ... neta bilbaína como yo.
Los disgustos, las derrotas e incluso los empates saben menos amargos cuando los acompaña una buena comida. Y de eso nosotros sabemos más que los rivales de cualquier otro derbi. Los partidos entre el Athletic y la Real han estado aliñados con la mejor gastronomía desde hace al menos un siglo: allá por los años 20 del siglo pasado estos enfrentamientos proporcionaban a los forofos bilbaínos la posibilidad de comer donde Nicolasa, en la calle Aldamar, y pedir agua de Bilbao para brindar en caso de victoria visitante. Y si los leones de míster Pentland celebraron el campeonato de liga 1929-1930 con un 'bizcocho Athletic Club' creado por la famosa –y bilbaína– marquesa de Parabere, los de la Real Sociedad no iban a ser menos. Ese mismo año salió publicado un curioso libro de cocina que incluía una receta dedicada al club de fútbol donostiarra.
Escrito por los cocineros Michel Lanzani y José Sarrau, 'El maître d'Hôtel y el arte de la cocina moderna' (Madrid, 1929) fue un recetario revolucionario y con gran poso guipuzcoano. Sus autores habían trabajado en San Sebastián y la obra incluye entusiastas recomendaciones firmadas por chefs de la zona como el jefe de cocina del Gran Casino donostiarra o Ignacio Barrenechea, entonces al frente de los fogones Café de París en Biarritz. Carles Coch, chef del Real Aero Club de San Sebastián, contribuyó a la obra con una singular receta que él mismo había creado en honor a la Real Sociedad, una especie de solomillo Wellington que formar parte del menú ideal en futuros derbis.
Solomillo a la Real Sociedad: «Un centro de solomillo de vaca, mechado, atado y asado de antemano, poco hecho y dejado enfriar. En una cacerola, poner a estofar unas hojas de berzas con un codillo de jamón, media cebolla, una zanahoria grande y consomé o buen caldo. Picar finamente champiñones, una trufa, tres lonchas de jamón serrano y un cuarto de cebolla, saltear en aceite y sazonar con pimienta negra y sal. Hechos estos preparativos, se quita el bramante al solomillo y se coloca en una cazuela de barro ovalada, colocando encima del solomillo el picadillo anterior (apartando un poco para la salsa); envolver el solomillo con la berza bien escurrida y poner encima una capa de hojaldre, cubriéndolo bien; pincelar con huevo batido. Meterlo al horno de 20 a 25 minutos hasta dejar el hojaldre bien dorado. Servirlo entero y preparar aparte una salsa al jerez mezclada con parte de la guarnición».
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