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Domingo, 4 de abril 2021
Rallar un queso sin utilizar un rallador es una tarea que puede llegar a parecer difícil o incluso extraña, pero hay ciertos trucos que nos pueden venir bien como alternativa al rallador. Contamos con muchos otros artilugios en la cocina que en cierto momento nos pueden ayudar si no contamos con este accesorio concreto.
Las alternativas dependen mucho de la consistencia del producto. Muchas veces tratamos de rallar alimentos blandos como queso tierno o piezas de verdura poco tersas, y no conseguimos lograr el resultado deseado. En este caso, antes de buscar un artilugio con el que rallar el producto conviene introducirlo entre 20 y 30 minutos al congelador. Habrá que controlar que no se congele y tendremos una pieza mucho más fácil de rallar.
Una buena opción para rallar sin rallador es un propio cuchillo. En el caso de tener una cuña o pieza de queso, es tan sencillo como ir raspando la superficie en sentido perpendicular a la pieza. De esta forma se obtiene un queso en polvo perfecto y mucho más dirigido en la dirección deseada, ya que con el rallador a tendemos espolvorear el alimento no solo en el plato, sino también en los alrededores. Además, aprovechamos mucho más el producto ya que no se queda enganchado, como en los agujeros del rallador.
Para rallar un tomate sin rallador teneoms dos opciones. Con un colador de malla fina, colocando el tomate en el colador y presiónandolo suavemente con un tenedor o cuchara para que pase a través de los agujeros de la malla. Puedes utilizar esta técnica para obtener una pulpa fina y eliminar las semillas. Con un cuchillo, cortando el tomate por la mitad y utilizando un cuchillo de sierra para cortar en pequeños trozos y luego presionar los trozos contra una tabla de cortar con la parte plana del cuchillo para obtener una pulpa fina.
Para rallar zanahoria sin rallador utiliza un procesador de alimentos, corta la zanahoria en trozos más pequeños y colócalos en un procesador de alimentos. Procesa hasta que se forme una textura de rallado. Sin procesador se puede utilizar un cuchillo: corta la zanahoria en tiras finas y luego corta las tiras en pequeños cubos. Puedes presionar los cubos contra una tabla de cortar con la parte plana del cuchillo para obtener una textura similar a la del rallado.
A la hora de rallar cítricos corremos el riesgo de llegar a rallar la piel blanca, la cual dota de un indeseado toque amargo los platos. En este caso es recomendable optar por rallar sin rallador, ¿pero cómo? Una buena opción es pelar la pieza de fruta, por ejemplo un limón, y después retirar con la ayudar de una cucharilla la película blanca, como si lo vaciáramos. Una vez tengamos únicamente la corteza que queremos rallar para nuestra receta ya podemos picarla con la ayuda de un cuchillo.
Menos habitual en los hogares, un acanalador nos puede servir también para rallar queso, verduras o frutas. Este utensilio es un pequeño aparato utilizado para obtener espirales de fruta con las que adornar las bebidas. Es pequeño, muy cómodo y fácil de limpiar.
Uno de los grandes inconvenientes de rallar con rallador suele ser la dificultad de limpiarlo después. Es complicado conseguir eliminar toda la suciedad, ya que los estropajos terminan por romperse, y además se quedan enganchados en los agujeros. El lavavajillas tampoco suele resultar del todo efectivo en este tipo de limpieza.
¿Cómo limpiar un rallador? Para limpiar un rallador lo más práctico es rallar un trozo de pan duro después de haber utilizado el rallador. El pan no se quedará adherido y elimina olores y sabores. Aunque después conviene un enjuagado con agua y jabón. En caso de no tener pan duro a mano, un cepillo de dientes viene muy bien también para el lavado de este utensilio.
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