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Carmen Lomana, durante la promoción de 'Pasión por la vida' La Esfera de los Libros
Presentación en San Sebastián

Carmen Lomana: «Me suelen llamar espécimen del norte por ser poco cariñosa, no me gusta que me besuqueen»

La colaboradora presenta este viernes en Donostia su libro biográfico 'Pasión por la vida', donde narra los recuerdos de toda una vida y su ascenso a la fama

Iker Elduayen

San Sebastián

Viernes, 4 de abril 2025, 00:11

Desde que una cámara de televisión le grabó diciendo que «la crisis había dejado sin 'cash a los ricos'» una puerta se abrió para Carmen Lomana (León, 1948). «Siempre he tenido facilidad para las cámaras. No quiero ser creída, pero creo que he nacido para esto», confiesa. Recuerda ocasiones anteriores a su 'debut', cuando todavía vivía en San Sebastián y los reporteros que cubrían el Festival de Cine «me confundían con estrellas de cine extranjeras y me ponían la alcachofa. Es más, si buscas, alguna cosa habré dicho a El Diario Vasco», reta. Una vida que hasta ahora han contado otros y que ahora escribe ella, en primera persona. «De mi vida se sabe muy poco, parece mentira con lo mediática que soy». Presenta su 'Pasión por la vida' (La Esfera, 2025), esta tarde, a las 18.30, en LaCentral Art Gallery de Donostia.

- Lo publicó el pasado febrero y ha esperado a llegar a Donostia para presentarlo. ¿Por qué?

- Bueno, organicé una en Madrid cuando salió el libro, el 19 de febrero, pero es verdad que no he vuelto hacer nada porque quería que San Sebastián fuese el primer sitio. Después de Madrid, es la ciudad en la que más tiempo de mi vida he pasado.

- Hace ya diez años que dejó San Sebastián para instalarse definitivamente en Madrid. ¿Qué siente cada vez que regresa?

- Un cúmulo de emociones. Tengo una muy buena relación con la ciudad, pero la tristeza está ahí. Tardé un año, desde que murió Guillermo, en poder volver a pasear por La Concha. Fue pisar la arena y empezar a sonar La Oreja de Van Gogh y no poder parar de llorar. La gente se me echó encima: «Carmen, ¿qué te pasa?». Mira, una angustia que me tuvieron que socorrer. Se me vino toda mi vida encima, mis recuerdos, las tardes en las que paseaba con Guillermo por Ondarreta... Me ha costado tiempo superarlo, ir y no poder estar en Tellagorri, la que fue mi casa.

- Estudió en La Asunción e incluso abrió su propia boutique, Lomana Moda...

- Esa tienda fue icónica, pionera, rompedora. Porque entonces las tiendas parecían un pub. Guillermo y yo escogimos un diseño simple y muy minimalista, sin demasiadas cosas. Eso es lo que han replicado las grandes marcas y ha acabado siendo tendencia. Mucha gente no lo entendía, pero era muy bonita. Recuerdo que a las personas con buen gusto les chocó.

- ¿Siempre se ha sentido integrada en la vida guipuzcoana?

- Totalmente. Es que yo soy así. No es que sea seca, pero no soy excesivamente cariñosa. No me gusta que me besuqueen ni me que toquen, ¿sabes? En ese sentido, soy muy espécimen del norte. Me lo dicen mucho, en Madrid e incluso en Marbella.

- En el epílogo dice que mucho tiempo le han pedido que cuente su vida. ¿Por qué ahora?

- No sé. De repente un día dices, ¿y por qué no? Creo que tengo una vida muy interesante, muy plena, ¿y por qué no la voy a contar? Además también se han dicho muchas leyendas urbanas sobre mí, muchas tonterías que ninguna era cierta. ¡Y quién mejor para contar la verdad de mi vida que yo!

- ¿Le ha servido como terapia?

- Te vas reencontrando contigo misma. Revisitas tu vida casi desde que naciste y hacer como una catarsis con tu vida, de la que no me arrepiento.

- ¿Se suele sentir juzgada?

-Constantemente. Se empeñan en rebuscar y malinterpretar algo que yo haya dicho con humor. Y la gente no lo entiende. Este es un país muy resentido socialmente, muy envidioso. A menudo me tachan de intrusa, pero lo importante es que yo me siento muy querida. Soy consciente de que no todo el mundo me quiere. Pero, ¡normal!, si no, no sería tan interesante.

- Le suelen llamar socialité, empresaria, coleccionista... ¿Qué prefiere?

- Lo de socialité me parece una cursilada, una chorrada. Es como lo de que tengo una nueva ilusión... ¡tonterías! Mira, es que eso me pone atómica. Ya no lo puedo soportar. Me gusta comunicadora, porque yo comunico. En la radio, escribiendo, en televisión.... además, me gusta socializar, no podría vivir en un desierto sin nadie. Me gusta que me quieran, que me escuchen y que me vean.

- Comentarista y protagonista. ¿Cómo lleva la dualidad?

- Genero demasiadas noticias sobre mi vida y no sé por qué, la verdad. No puedo evitar que la gente tenga curiosidad hacia mí y hacia mi vida, lo que hago, lo que digo. No sé, a lo mejor es que soy muy transgresora. Porque tú dime qué señoras de la sociedad, que es de donde yo he salido, dicen lo que yo digo sin tener miedo... Me considero auténtica y para eso no hay que tener miedo.

- Pero usted se puede permitir decir lo que quiera.

- Soy consciente. Ya me importan un comino los vetos, las cartas de Hacienda o las represalias. Si me amenazan con no poder volver a un programa, ¡pues no vuelvo! Si me preguntan o digo lo que pienso o me callo. Estoy harta de la gente que sale por la tangente.

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