La modelo con prótesis más popular, enamorada de Donostia: «Me encantó tanto que viviría feliz aquí»

«San Sebastián es un lugar tan mágico y tan lleno de buena vibra. Me encantó tanto que viviría feliz aquí». Otra vez, los encantos de la capital guipuzcoana han vuelto a maravillar a otro rostro popular de las redes sociales. Se trata de la modelo colombiana Paola Montoya, conocida por muchos por desfilar sobre las pasarelas y desarrollar su profesión con una prótesis metálica en una de sus piernas. «Por nada cambiaría la sensación de sentir el mar», asegura en una de sus últimas publicaciones de Instagram en la que comparte cómo se adentra en las aguas de la playa de La Concha.

«Aunque no pueda sentirlo como deseo, disfruto cada instante que pueda venir a la playa... Me lo disfruto a mi manera», indica en el texto esta joven de 27 años, acompañado de un vídeo en el que se muestra feliz caminando por la orilla, mietras se ve de fondo Donostia con las luces de las atracciones de Semana Grande del Paseo Nuevo.

«Tengo unas botas de fuego», comenta, en referencia al calzado que cubre la prótesis y con la que se mete en el agua. La joven también ha subido un vídeo suyo montada en un barco, disfrutando del paisaje de la bahía de Pasaia

Su historia ha llegado a miles de personas que valoran su capacidad de superación y de anteponerse a la adversidad. «Yo tenía una moto de alto cilindraje. Era una Duke 390 y me accidenté con mi hermano. Gracias a Dios a él no le pasó nada», cuenta sobre el incidente. Ella, en cambio, con solo 17 años, perdió su pierna derecha. Pero más allá de frenarla, esta joven considera su prótesis como un accesorio de belleza y un plus.

Oriunda de Santa Bárbara, Antioquia (Colombia), Montoya relata que «el accidente fue con una tractomula, me pasó por todo el pie. Inicialmente no quedé sin la pierna, pero quedó muy mal, destrozada de la rodilla para abajo».

Más de 17 cirujias y 3 meses hospitalizada fueron necesarios para que los médicos intentasen salvarle la pierna, pero todo esfuerzo fue inutil y nada se pudo hacer. Sufrió un paro cardiorrespiratorio en una de las operaciones más importantes del proceso en la que iban a reconstruir las arterias para permitir el flujo sanguíneo, pero no pudieron seguir. «Los médicos necesitaban la autorización de mis padres para seguir con la cirugía o, por el contrario, me cortaban la pierna para salvarme la vida», cuenta la colombiana que, al despertarse del postoperatorio, se vio sin pierna.

La modelo sentía su vida terminada, pero, pasaron 6 meses hasta que Montoya consiguió asimilar su nueva realidad, aunque el sufrimiento y el llanto pesasen más de lo habitual. «Gracias a Dios, al apoyo familiar y al hecho de ser una persona hiperactiva logré salir», desvela. Retomó sus estudios de Derecho en la Universidad de Medellín (hoy ya es licenciada) y, poco a poco, fue haciendo de su prótesis una aliada, no solo a las andanzas diarias, sino a reforzar su propia identidad. «Llegó un día en el que decidí mostrarme así, tal cual soy», explica la colombiana. Empezó a mostrar su vida con su prótesis, que se ha convertido en su fiel compañera y principal ayuda.

«Desde entonces, me empezaron a ofrecer colaboraciones, desfiles y apariciones en eventos de moda», añade Montoya, que ya cuenta con su propia agencia en la red social de TikTok, donde su perfil personal cuenta con más de 3,4 millones de seguidores. Con sus casi 268 mil fieles en Instagram comparte estos días su estancia en San Sebastián donde, entre otras cosas, ha montado en barco para disfrutar de la noche donostiarra desde la bahía de La Concha. «Cuando estoy en el mar me siento como niña 'chiquita' estrenando un juguete», concluye la célebre influencer y modelo.