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Más de 110.000 guipuzcoanos viven expuestos a niveles demasiado elevados de ruido provocados por el tráfico. La mayoría de ellos (97.100, el 87%) soportan entre 55 y 65 decibelios de media diaria, la franja en la que ya empieza a considerarse nocivo. Los ... 55 decibelios constituyen un nivel aún poco exagerado, equivalente a algunos electrodomésticos, como aspiradoras o batidoras no muy ruidosas, mientras que 65 ya es un ruido elevado, como el de electrodomésticos ruidosos, un grupo de gente conversando en voz muy alta, o un teléfono sonando cerca del oído.
Otros 14.000 toleran cotidianamente más de 65 decibelios, lo que supone acercarse a una discusión a gritos o una moto ruidosa a poca distancia. El extremo lo representan el centenar de personas que aguantan un ruido que excede los 75 decibelios, nivel que llega a ser dañino en exposiciones prolongadas, como al oír el paso de un tren, maquinaria de fábrica o una sirena. Para hacer frente a esta situación, Gipuzkoa invertirá 12,4 millones de euros para acometer durante los próximos cinco años trabajos de insonorización en una docena de puntos, según se recoge en la cuarta fase del Mapa Estratégico de Ruido de las carreteras de Gipuzkoa.
Los principales focos de contaminación acústica por tráfico se dan a lo largo de la N-I (hasta 35.300 guipuzcoanos están expuestos a niveles altos de ruido por tráfico rodado), la AP-8 y la Variante de San Sebastián (GI-20). Aunque también existen puntos problemáticos de ruido intenso por encima de 65 decibelios en la Autovía del Urumea (A-15), la Beasain-Bergara (A-636), la N-634 entre Donostia y Usurbil y en Debabarrena, la N-638 entre Irun y Hondarribia, la GI-636 (Donostia-Francia), la GI-631 entre Zestoa y Azkoitia, la GI-627 entre Eskoriatza y Bergara, la GI-2630 (Urretxu-Bergara por Oñati) y la GI-3452 en Irun.
hHace dos años, el Departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación Foral de Gipuzkoa estableció en la tercera fase del citado mapa del ruido diez puntos donde los niveles de ruido viario eran excesivos y sobre los que el Gobierno foral ha acometido una serie de medidas de insonorización en este tiempo. Gracias a estos trabajos, el área que dirige Félix Urkola ha reducido en un 11% la población que soporta ruido de tráfico demasiado elevado. En valores absolutos, casi 14.000 guipuzcoanos menos viven actualmente expuestos a decibelios excesivos.
¿Cómo se ha logrado? De los diez puntos más problemáticos de la red viaria que la Diputación identificó en ese informe, se ha actuado ya en ocho. En la mayoría de esas zonas la solución al descanso de los vecinos ha sido la colocación de pantallas acústicas. En la AP-8 a su paso por Zarautz ya se instalaron el año pasado 1.382 metros de estas barreras, y también que en el cruce de la N-I con la GI-2130 entre Tolosa e Ibarra, por citar solo dos ejemplos.
Además de pantallas, existen otros métodos para rebajar el ruido procedente de las carreteras, más novedosos y menos invasivos a la vista. Es el caso de un tipo de asfalto especial capaz de mitigar el ruido de los vehículos (fonoabsorbente) que se ha instalado en la GI-20 en la salida de Amara por la GI-41 hacia la autovía del Urumea, y en el enlace de la N-I con la G-11 en Lasarte-Oria.
La Diputación tiene en proyecto aún la instalación de pantallas acústicas en el cruce de la GI-20 y la AP-8 entre Oiartzun y Errenteria, y en la N-I a su paso por Ordizia, uno de los puntos más críticos del territorio y donde un centenar de personas soportan un ruido de tráfico superior a los 75 decibelios. La aprobación del proyecto de este último tramo ha sido validado esta misma semana por el Consejo de Gobierno foral.
En paralelo, el Departamento de Infraestructuras Viarias está ejecutando el plan de acción 2024-2029 emanado de la cuarta fase del Mapa Estratégico de Ruido de las carreteras de Gipuzkoa que establece otra docena de puntos críticos donde los niveles de ruido viario son excesivos y sobre los que la Diputación tiene previsto actuar con medidas de insonorización durante los próximos cinco años. Estos puntos se localizan alrededor de la AP-8, la GI-636 o la Variante de San Sebastián, para los que el Gobierno foral pretende destinar una cuantía que asciende a casi 12,5 millones de euros para acometer los trabajos.
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En el caso de la primera carretera, se trata en concreto del paso de la AP-8 a su paso por Irun, donde la Diputación pretende instalar pantallas acústicas en tres tramos de la vía que linda con numerosos edificios residenciales unifamiliares», algunos pertenecientes a un «desarrollo urbanístico reciente», y al centro educativo Bidasoaldea HHI. Misma actuación que se pretende llevar a cabo al paso de esta vía por Orio, donde además de la colocación de pantallas acústicas se pretende cambiar el tipo de asfalto en un tramo aproximado de medio kilómetro.
En la GI-636, la carretera que une Donostia con Francia, el área que dirige Félix Urkola propone la colocación de pantallas en la variante de Hondarribia, protegiendo el centro educativo IES Txingudi BHI, además de en otras cuatro subzonas, dos que pertenecen a Irun y otras dos al municipio hondarribiarra. Uno de estos últimos linda en su margen izquierda con el instituto Plaiaundi. En la Variante de San Sebastián, las actuaciones de la Diputación pasan por instalar pantallas acústicas en el paseo de Riberas de Loiola, cuyo primer tramo «se encuentra separado físicamente del colegio Ikasbide», y en la Avenida Carlos I. «El vial sale del túnel y discurre en viaducto hasta llegar a la cota del terreno, donde pasa a tener una sección urbana», describe el informe.
Por su parte, en la N-1, además del proyecto de insonorización en Ordizia que el Ejecutivo ya ha dado su visto bueno, el Gobiernoforal plantea el alargamiento de la pantalla acústica ya existente en el paso de la carretera por Irura. Asimismo, en Arrasate está prevista otra actuación para instalar esta medida antirruido en la GI-627 junto a la variante.
Por último, en la GI-2130, en la travesía urbana de Ibarra que transcurre bajo el cruce de la N-I, la propuesta antirruido es rebajar el límite de velocidad de 50 a 30 kilómetros por hora durante todo el tramo, misma actuación que plantea llevar a cabo la Diputación en el barrio Larzabal de la GI-2132 que une Oiartzun y Errenteria, donde también se prevé cambiar el pavimento en el tramo de carretera que hay entre las glorietas.
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