JAVIER GUILLENEA
Viernes, 24 de octubre 2014, 00:34
Sustancial o no sustancial, he aquí el desencuentro. Los trámites iniciados por la Diputación de Gipuzkoa para obtener el permiso del Gobierno Vasco a la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) de Zubieta se han enredado en el meollo de la sustancialidad. La cuestión es garantizar que la basura que generamos los guipuzcoanos no huela a podrido tras su paso por la planta de TMB, pero no es fácil garantizarlo. Unos dicen que olerá, otros que no. Es un dilema.
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Para que puedan comenzar las obras, el Ejecutivo autónomo tiene que conceder una autorización ambiental que se ha convertido en motivo de polémica más que nada por motivos de forma, al menos en apariencia. Lo importante es lo sustancial, tal y como recalcó ayer el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) en un comunicado en el que acusó a la viceconsejería vasca de Medio Ambiente de utilizar «un doble rasero» a la hora de conceder los permisos para la planta de Zubieta.
El consorcio recordó que el pasado 14 de agosto informó al Gobierno Vasco de su intención de realizar una modificación «no sustancial» de la Autorización Ambiental Integrada concedida en abril de 2010 por el Ejecutivo para el proyecto del Centro de Gestión de Residuos de Gipuzkoa (CGRG), en el que se incluía la construcción de una planta de TMB. «Considerar la modificación como no sustancial supone aceptarla de forma automática y poder proceder con la licitación de la obra», explica GHK. «Considerarla como sustancial -añade- supone tener que cursar una solicitud de modificación sustancial que retrasaría la licitación un máximo de seis meses».
«Por debajo»
Y es aquí donde se halla lo más sustancioso, ya que una demora en los plazos impediría a la Diputación cumplir con sus compromisos. GHK sostuvo ayer que, a pesar de que sus modificaciones «no son sustanciales», Medio Ambiente ha respondido a su solicitud «con un requerimiento de información acerca del proceso de tratamiento, las características del producto resultante y el destino del mismo, para determinar si es o no sustancial». Para el consorcio, esta actitud es «un intento de dilatar el proceso» por motivos electorales, «ya que es evidente que todas las emisiones de la planta de TMB se encuentran muy por debajo del anterior proyecto y, por lo tanto, dentro de lo que la ley entiende como modificación no sustancial».
Por otro lado, la plataforma Zero Zabor señaló que el vertedero de inertes previsto en Zestoa «no «generará malos olores ni emisiones de metano ni lixivados». El colectivo Eguzki, por su parte, advirtió de que vigilará para que el vertedero sea inocuo.
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El consorcio sostiene que, con la modificación del proyecto, la planta de Zubieta pasará a tratar 170.00 toneladas anuales en lugar de las 205.000 previstas inicialmente. GHK asegura además que las emisiones a la atmósfera se encuentran «muy por debajo del proyecto original».
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