G.L.
Lunes, 25 de enero 2016, 17:53
La negativa de Lapatx a seguir recibiendo basura de toda Gipuzkoa daría la puntilla a un problema que se ha agravado en poco más de un año con los cierres de los vertederos de Urteta (Zarautz), en diciembre de 2014, y Sasieta (Beasain), en enero de 2015. GHK explora todas las posibilidades para dar solución al problema que se avecina mientras trata de mantener vivo el apretado cronograma según el cual la Planta de Valorización Energética de Zubieta estaría en marcha en 2019. Las 163.000 toneladas anuales que la 'prognosis' -estudio técnico de necesidades- ha determinado generará el territorio en los próximos treinta años necesitan, hasta entonces, encontrar una salida.
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El vertedero de Epele, en Bergara, constituye uno de los pocos nichos que reúne los requisitos para albergar la fracción resto que hace catorce meses se podía repartir en tres infraestructuras. Urteta recibió hasta el 23 de diciembre de 2014 76.000 toneladas al año de residuos. No sólo importaba basura de los cinco municipios que integran la Mancomunidad de Urola Kosta, sinto también la que generaban los vecinos de San Markos y Txingudi. Una carga similar soportaba hasta su cierre en enero del año pasado Sasieta. Además de acoger la 'errefusa' de los veintidós municipios del Goierri y el Alto Urola, recibía residuos de Tolosaldea, Debabarrena y San Markos. Unas 60.000 toneladas al año.
El presidente de la Mancomunidad del Urola Medio, Aitor Bereziartua, señala los casos de cierres precedentes para argumentar que «todos han cerrado antes de llegar a su nivel máximo de colmatación, por distintos motivos. Por presión social o por problemas técnicos. No es de recibo que nosotros tengamos que cargar ahora con todo el peso porque hemos hecho una buena gestión medioambiental del vertedero, en cuanto a lodos o lixiviados por ejemplo. Aquí también hay una sensibilidad contraria a convivir con un vertedero».
Lapatx ha vivido mucho tiempo con fecha de caducidad. En la anterior legislatura se anunció su cierre para abril de 2015. Se cerrará en abril de 2015. La presidenta de la mancomunidad en los cuatro años anteriores, Leire Etxaniz, garantizó en las Juntas Generales que mantendría ese plazo pese al cierre de otras infraestructuras y la ausencia de lugares donde verter la basura. Es más, recordó que en 2009 se produjo un primer aplazamiento de la clausura.
Actualmente, el vertedero de Epele -cerca de la Planta de Compostaje a donde irán a parar los camiones con el bioresiduo o materia orgánica- almacena residuos generados en la industria o en la construcción, que no estén catalogados como residuos peligrosos en el Catálogo Europeo de Residuos (CER). La urgencia del territorio hace, sin embargo, que sus instalaciones sean tenidas en cuenta a la hora de valorar una alternativa para recibir también 'errefusa'.
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