PPLL
Viernes, 26 de agosto 2016, 12:18
Expertos advierten de que La Zurriola puede ser una playa «peligrosa», tanto en días de calma como de mala mar, si no se respetan las indicaciones de los socorristas. La mejor forma de garantizar la propia seguridad es prestar atención a las banderas porque, aunque el mar parezca en calma, pueden darse corrientes ocultas, aseguran. Son precisamente estas tres corrientes diferentes, también denominadas churros, las que traen de cabeza a los socorristas de este arenal donostiarra.
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Uno se sitúa en las rocas de Sagüés, otro junto al espigón cuando el oleaje es fuerte y un tercero, frente a la zona deportiva situada junto al Zurriola Marítimo. Los socorristas señalan con banderas, en cuanto llegan cada mañana a la playa, dónde se forman estos churros, que no son otra cosa que una corriente de retorno que se forma tras romper las olas y llegar a la orilla. Ese agua, una vez terminado su recorrido en la orilla, retorna por un pasillo que se abre paso a través de la zona de más profundidad del lugar. En este proceso de retorno se produce una corriente que tendrá mayor o menor fuerza en función del oleaje y si la marea está en bajamar o en pleamar. También dependerá de cómo estén los fondos de arena, que son cambiantes.
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