Un camión con residuos industriales entra en el vertedero de Lurpe ubicado en Mutiloa que pasará a albergar también residuos sólidos urbanos.

Indignación en Mutiloa y Ormaiztegi por la ampliación de su vertedero

Los alcaldes de ambos municipios se reúnen hoy con la Diputación y GHK

GAIZKA LASA

Viernes, 30 de septiembre 2016, 07:10

Hay algo que en Mutiloa y Ormaiztegi ha irritado más que conocer que durante los tres próximos años convivirán con un vertedero de residuos sólidos urbanos: cómo se han enterado. La noticia de la adjudicación al basurero de Lurpe del servicio de tratamiento del vertido de parte de los residuos de Gipuzkoa ha cogido por sorpresa a las dos localidades goierritarras (la planta se ubica en el término municipal de Mutiloa pero se encuentra pegada a Ormaiztegi, desde donde se realiza el acceso).

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  • las cifras

  • 102.000 toneladas es la cantidad de basura que recibirá el vertedero de Mutiloa al año, hasta que en 2019 empiece a funcionar la incineradora.

  • 131 camiones atraviesan diariamente el centro de Ormaiztegi, la mayoría de los cuales se dirige al vertedero de residuos industriales.

Los alcaldes de estos dos municipios -ambos de plataformas ciudadanas- digerían ayer el disgusto por el fondo de la cuestión mientras manifestaban su enfado por las formas. El primer edil de Mutiloa, Iñaki Ugalde (Mutiloako Herri Kandidatura), advertía de que «somos un pueblo pequeño pero que merece un respeto y una dignidad». Aseguraba que «nos hemos enterado de la adjudicación por los medios de comunicación».

Se da la circunstancia de que, «de manera informal», el alcalde tuvo conocimiento de la intención de la empresa Cespa, del grupo Ferrovial, de concurrir al proceso de licitación del servicio de vertido de la fracción resto de Gipuzkoa. «En ese momento, ya mostramos nuestra oposición a la iniciativa, pero como no había ninguna notificación oficial, pedimos una reunión con la empresa», contaba ayer Ugalde. Casualidad, o no, ese encuentro se había programado para ayer, el día después de que Gipuzkoako Hondakinen Kontsortzioa (GHK) diera a conocer el asunto. Y así se produjo.

Fue la primera de las conversaciones oficiales que se celebrarán en las horas posteriores al estallido de la primicia. Hoy, el alcalde de Mutiloa se plantará con el mismo discurso de ayer ante el diputado foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, José Ignacio Asensio. «El objetivo será conocer información de primera mano del proyecto y manifestar nuestra postura», señalaba ayer Ugalde. Prefiere esperar a mantener sendos encuentros con las partes adjudicataria y adjudicadora antes de reunir la asamblea municipal y adoptar una respuesta conjunta como Ayuntamiento.

Ante «el temor de que esto no tenga vuelta atrás», Mutiloa podría exigir a la Diputación medidas que paliaran los efectos adversos de vivir junto a un vertedero, tal y como ya ha adelantado que hará el alcalde de Ormaiztegi, Jon Enrique Galarza (Ormaiztegi Batzen), en otras reuniones que tendrán lugar también hoy, aunque en otros lugares y a otras horas, con responsables de la Mancomunidad de Sasieta y de GHK, sociedad pública presidida por el propio diputado foral de Medio Ambiente.

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Una variante para el acceso

Galarza expresa que «a día de hoy, el pueblo sufre una grave afección por el paso constante de camiones por el centro, por lo que no nos queremos ni imaginar lo que será cuando el vertedero empiece a recibir la basura de toda Gipuzkoa». Según sus datos, atraviesan la localidad 131 camiones diariamente. «Unos pocos pueden dirigirse hacia una serrería cercana, pero el resto, más de cien al día, son los que van a la planta de Lurpe».

La máxima preocupación del alcalde pasa por que «los camiones con la basura tienen que atravesar el corazón del pueblo, donde están la casa de cultura o el centro educativo». El intenso tráfico de vehículos pesados que transcurre junto a la acera por donde acuden las familias al colegio ya ha propiciado la colocación de isletas en la zona de más vida, pero la medida se antoja insuficiente ante lo que puede venir, según teme el primer edil.

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Galarza coincide con su homólogo de Mutiloa en que «será difícil echar atrás el proyecto» y reconoce que «cumplirá los requisitos y será legal». No obstante, asegura que «pediremos medidas correctoras para paliar los efectos y la primera será cambiar los accesos al vertedero». La posibilidad de llegar hasta la planta todavía de residuos industriales desde Segura, a través del alto de Lierni, ya ha sido sugerida a la empresa Cespa, «pero la respuesta ha sido siempre la de que se trata de caminos estrechos por donde no procede que circulen camiones de gran tonelaje», revela el alcalde. La otra alternativa, propone, sería «construir una variante para que el acceso no tenga que ser por el centro de Ormaiztegi».

Entiende que «quizás el proyecto responde al interés general de Gipuzkoa» y deja claro que «no voy a entrar en cuestiones políticas», pero advierte de que «no se puede hacer lo que haya que hacer pisoteando los derechos de los habitantes de Ormaiztegi, por lo que pediremos que se tomen medidas».

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El alcalde siente «indignación porque no hemos conocido nada formalmente ni de las intenciones, ni de la adjudicación». Circunscribe el secreto a la coincidencia de un periodo electoral porque «ya sabemos qué incidencia tienen estas cuestiones políticamente». Concluye que «nos hemos sentido ninguneados».

Su inquietud por los efectos de la infraestructura se ha reflejado ya durante el funcionamiento de la planta de residuos industriales en varias reuniones con la empresa que la gestiona. Las conversaciones mantenidas han cuajado en algunas medidas. Se han colocado sensores para medir la contaminación tanto en el río que baja de la zona del vertedero como en el aire. «Se instalaron, con ayuda de la Diputación, en el mes de enero y conoceremos los primeros resultados de las mediciones en octubre», cuenta Galarza para explicar que «ya teníamos nuestro recelo con la planta anterior, por lo que la preocupación ahora es mucho mayor».

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Un único concursante

El presidente de la Mancomunidad de Sasieta, Aitor Aldasoro, expresó, por su parte, su «cabreo» por el hecho de que «de nuevo en Goierri recibiremos la basura de toda Gipuzkoa cuando acabamos de cerrar el vertedero de Sasieta». Dijo entender el enfado de los pueblos, aunque se refirió al caprichoso modo en el que se ha llegado a determinar el emplazamiento de esa infraestructura que venía reclamando la Diputación para no tener que dirigir todos los residuos a Cantabria. Aldasoro recordó, en este sentido, que la adjudicación, para tres años, hasta que entre en funcionamiento la incineradora, ha respondido a «un concurso al que solo se ha presentado una empresa».

Según fuentes forales, los contactos entre el adjudicatario y GHK están «en una fase aún muy incipiente», de manera que aún no se han formalizado los contratos. Aseguran que la apertura de ofertas del concurso planteado -la licitación se produjo el 16 de agosto- se realizó el pasado viernes y que «no pensábamos que se presentara nadie».

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Las mismas fuentes sostienen que «los residuos urbanos, al igual que los residuos industriales -los que alberga actualmente Mutiloa- son residuos no peligrosos y ambos tienen la misma calificación legal». Añaden que «desde el punto de vista de su incidencia medioambiental son similares».

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