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patricia rodíguez
Martes, 6 de octubre 2020
Un total de 24.245 guipuzcoanos quiere cambiarse de casa. O mejor dicho, manifiesta la «necesidad» de hacerlo. ¿Las razones? Disponer de un piso de ... mayor tamaño, más accesible o con un alquiler más barato. Sin embargo, esos deseos se desvanecen para casi cuatro de cada diez hogares (el 37%), que ven «poco probable» que puedan efectuar ese cambio en los próximos dos años. Además, otros 22.000 hogares necesitan acometer una rehabilitación. Así lo revela el informe del Observatorio Vasco de la Vivienda, que analiza las necesidades de cambio de casa y de rehabilitación de los hogares en Euskadi. El estudio se basa en la Estadística de Necesidades y Demanda de Vivienda (ENDV) publicada recientemente por el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco.
El encierro forzado por la crisis del coronavirus ha provocado también un cambio de prioridades a la hora de elegir vivienda, disparando las búsquedas de pisos con luz exterior, jardín o terraza.
En el conjunto de Euskadi, uno de cada diez hogares vascos (83.410) se plantea la necesidad de cambiar de vivienda, cuando en 2008 eran 40.894, por lo que la demanda se ha duplicado desde entonces hasta alcanzar el máximo de la serie histórica. Sin embargo, las previsiones a corto plazo para mudarse de casa son relativamente débiles. Solo algo más de 13.000 hogares preveían poder efectuar este cambio de forma muy probable este año o en 2021. La crisis del Covid-19 podría haber pospuesto la decisión de hacer las maletas.
Entre los motivos para querer cambiar de casa, el tamaño inadecuado de la vivienda figura como la razón más importante (el 31,6% de los casos), seguido por la necesidad de mejorar la accesibilidad (14,4%), el mal estado del inmueble (11,4%), querer una vivienda en propiedad (10,7%) o la necesidad de un alquiler más barato (10,4%). Mientras, las restantes opciones se sitúan por debajo del 10% (mala ubicación, divorcio o separación, y proximidad al trabajo).
Asimismo, se advierte una creciente incidencia de la necesidad de cambiar de vivienda entre los hogares que residen actualmente en régimen de alquiler: cuatro de cada diez hogares que quieren mudarse a otra casa se encuentran residiendo en alquiler en 2019. Según el estudio, este régimen de alojamiento se asocia en gran medida a la situación económica de estos hogares que tienen más dificultades para acceder a la compra de una vivienda.
De hecho, dos de cada tres hogares manifiesta no disponer de ingresos suficientes para poder plantearse la compra. La renta media que pueden asumir el conjunto de hogares con necesidad de cambio que opta por el alquiler se sitúa solamente en 534 euros, cerca de 150 euros por debajo de la renta media del alquiler libre en Euskadi que publica la Estadística del Mercado de Alquiler del Gobierno Vasco, y más lejos todavía del alquiler medio de las capitales vascas y de sus áreas metropolitanas donde es mayor la tensión entre la oferta -cara-, y la demanda -elevada y de nivel adquisitivo medio o reducido-.
Por lo que respecta a las necesidades de rehabilitación de los inmuebles vascos, el perfil corresponde a una vivienda colectiva y en propiedad, de una superficie que oscila entre los 60 y 90m2 y de una antigüedad superior a 60 años. Sin embargo, se observa una disminución del número de viviendas con esta necesidad: un total de 68.423 hogares vascos en 2019, que representa una caída del 10,3% respecto a 2017.
Esta tendencia decreciente coexiste con la realización de las ITEs en los últimos años y las obras realizadas asociadas a los mismos. Así, desde que en 2014 entrara en vigor el Registro de Inspecciones de Edificios se han registrado, hasta el 31 de diciembre de 2019, un total de 44.891 ITEs en Euskadi, de las cuales 22.755 (52%) requieren o han requerido obras.
Sobre el tipo de obra a realizar, la accesibilidad es todavía un gran reto pendiente para la mejora de los edificios, ya que 9 de cada 10 hogares con necesidad de rehabilitación (88,9%) no están adaptados en su interior. Rehabilitar la fachada, instalar el ascensor, renovar el tejado o mejorar la eficiencia energética son las demandas más comunes.
El coste esperado en el caso de las obras sobre elementos comunes y privativos (que afectan al interior de la vivienda) se sitúa en torno a 18.000 y 16.000 euros por vivienda, respectivamente, para familias que disponen de unos ingresos medios que no superan los 2.160 euros mensuales.
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