«El accidente de tren de Ciboure fue una catástrofe de guerra»

El revisor que viajaba en el tren que la mañana del pasado 12 de octubre arrolló a cuatro migrantes que dormían en las vías del tren en Ciboure, causando la muerte de tres de ellos e hiriendo gravemente al cuarto, asegura que lo que vivieron aquel día fue «una catástrofe de guerra». En un reportaje recogido en el periódico Soud Ouest, Laurent Douthe, de 47 años, narra la pesadilla que vivieron él y el maquinista aquella mañana.

El tren partió a las 4.46 horas de la mañana de Hendaia. Solo tenían dos pasajeros. Mientras realiza sus labores rutinarias, el convoy da un frenazo repentino. «Se bloqueó y salí disparado. El conductor activó la parada de emergencia y sabía que era algo serio». El hombre se dirigió a la cabina, donde halló al maquinista muy nervioso, diciendo que habían golpeado «a mucha gente». «Yo pensé que era un rebaño de ovejas, pero mi compañero me dijo que vio sombras humanas, dos personas que intentaron escapar. El resto permaneció en el suelo».

Laurent salió el primero. Lo que encontró fue un caos de «carne y sangre». Había tres cadáveres, y un cuarto chico herido que le tendió la mano. «Tenía una fractura abierta en la piera y la pelvis al revé. Lo vi cambiar de color, vi venir la muerte. Lo tapé con una chaqueta de uno de los muertos y comencé a hablarle. Me dijo que se llamaba Mohamed, que era de Argelia». El joven se desvaneció, pero pronto apareció la policía y los bomberos, que le hicieron un torniquete y consiguieron salvarle la vida. El trabajador sufrió estrés postraumático, pero ha podido volver al trabajo.