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Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Miércoles, 29 de enero 2025, 14:44
El acusado de maltratar, agredir y abusar sexualmente a la que fue su pareja, que lo denunció en 2021 en la ertzain-etxea de Hernani, ha negado esta mañana, en su declaración en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, que él se ... empleara con violencia o brusquedad en las relaciones sexuales, y que tampoco ella le expresó una posible insatisfacción ni él la vio llorar, aunque la joven dijo lo contrario. El procesado ha asegurado que «los dos disfrutábamos mucho», «nunca la he visto llorando» y tampoco «nunca se quejó». El varón ha declarado en la última de las tres jornadas del juicio, que ha quedado visto para sentencia.
Tanto la Fiscalía de Gipuzkoa como la acusación particular han mantenido sus peticiones de condena, que suman 18 años de cárcel por los delitos de agresión sexual (8 años), abuso sexual continuado (8 años), maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género (10 meses) y dos delitos menos graves de maltrato (7 meses cada uno). La defensa, por su parte, ha reclamado la absolución. El juicio ha quedado vista para sentencia.
El procesado ha expresado un relato muy diferente al que el lunes contó la joven, que tenía 17 años cuando inició su relación con el encausado, 13 años mayor. Si bien ella aseguró que nunca hicieron planes en común y solo quedaban para mantener relaciones sexuales en la casa en la que él vivía con su madre, él ha declarado que sí hacían vida más allá de esos encuentros, y que compartían ratos de ocio con amigos y también iban a bares.
Él acababa de salir de prisión cuando conoció a la denunciante. Fue una noche en los sanjuanes de Hernani. Se dieron el teléfono y quedaron al amanecer en el pueblo donde residen. Fueron de gaupasa, y aunque ella dijo que fueron a la casa en la que él residía con su madre, él ha explicado que se dirigieron a un parque y consumaron el acto sexual «en un banco de hierro». Horas después volvieron a verse. Según ha dicho, él apreció que en su encuentro anterior ella le había hecho daño en la espalda, y ella le hizo una fotografía de la zona. «No pensé que tendría esas marcas», ha apuntado él, que solo ha respondido a las preguntas formuladas por su abogada.
Durante su testimonio, el hombre ha sostenido que «nunca le he puesto la mano encima», que no es «un animal para dejarle marcas», en referencia a los moratones que presentaba la chica en pechos y glúteos cuando fue examinada tras la denuncia; y que «nunca le he pegado un tortazo», en alusión al episodio narrado por la joven, que afirmó que él había reaccionado dándole una bofetada una vez que se estaban besando ella le mordió en el labio. También ha comentado que, a pesar de su edad, ella tenía cierta «experiencia» sexual y era «lanzada» y «tenía mucha predisposición».
El encuentro que motivó la denuncia ocurrió el 12 de marzo de 2021, cuando estaban en una zona de huertas con unos amigos. Las restricciones por la pandemia prohibían las reuniones de más de cuatro personas, «pero «estábamos ocho o nueve». En un momento de la tarde, él se fue con su furgoneta «a comprar tabaco o bebidas», y al volver la joven «entró de cabeza» por la ventanilla del vehículo y «comenzó a hacerme una felación». El grupo de amigos habían pedido unas pizzas, y cuando estas llegaron se fueron dispersando a casa, pero la pareja se quedó en la furgoneta, que solo tenía dos asientos y no eran reclinables. Tuvieron sexo en el sitio del conductor, ella encima de él. La víctima precisó que estaba «encajonada» entre él y el volante, pero el varón ha matizado que «el encajado era yo», al estar debajo. En su testimonio, la chica aseguró que aquel día ella sintió dolor porque él le apretaba con fuerza los pechos y le azotaba en los glúteos, y le pidió que parara. Sin embargo, él ha mantenido que ella no le dijo que cesara.
En el turno de conclusiones finales, la Fiscalía ha mantenido su petición de condena, al considerar que durante el juicio se han aportado «pruebas suficientes para enervar la presunción de inocencia» del procesado, especiamente el testimonio de la víctima, «el único testigo presencia de los hechos». También ha señalado el «demoledor testimonio» de la psicóloga que atendió a la joven mientras mantenía la relación con el acusado. Según esta profesional, que ha declarado esta mañana, la chica le refirió que «lo pasaba mal» en los encuentros sexuales, «tenía miedo», ha apuntado. También le escuchó contar el «bofetón muy fuerte» que él le habría propinado aquella vez que ella le mordió en el labio.
La abogada de la defensa ha pedido la absolución del acusado. Entre otros argumentos, ha indicado el testimonio de la víctima, que en su opinión no fue preciso ni consistente, y como ejemplo ha recordado que «se bloqueó cuando se le preguntó por los insultos» que habría recibido por el hombre, «y solo pudo decir payasa». Tampoco la cree cuando declaró «que se cubría la cabeza con la almohada o un cojín para que no le viera llorar».
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