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«El pueblo de Aduna no aceptará la explotación ni la opresión sexual contra las mujeres y como vecinos queremos expresar nuestra total solidaridad con ... las personas que fueron liberadas en el operativo policial», rezaba este lunes el comunicado emitido por los residentes en este municipio de Tolosaldea a raíz de la liberación de 18 mujeres que estaban siendo explotadas en un club de alterne de la localidad. En la nota, los vecinos expresaban su «protección y solidaridad con las víctimas» y, en consecuencia, hacían un llamamiento para condenar lo sucedido en una concentración que tendrá lugar esta tarde (18.00 horas) en la plaza del pueblo.
El movimiento vecinal llegó horas más tarde de que este periódico destapara en exclusiva una operación llevada a cabo por la Policía Nacional en un prostíbulo de Aduna que se ha saldado con la detención de un hombre acusado de explotar sexualmente a 18 mujeres y con la investigación de su pareja sentimental por su presunta participación en delitos contra los derechos de los trabajadores y otros de prostitución coactiva en el interior del local, donde también era habitual el tráfico de drogas y el consumo de diversas sustancias estupefacientes.
Según la declaración de las 11 mujeres que se encontraban en el local en el momento de la inspección policial, el club abría 24 horas y para poder trabajar allí debían contratar 'una plaza' por un periodo de 21 días, tiempo en el que debían abonar 20 euros por jornada. Además, tenían que pagar 10 euros por cada servicio de media hora por el que cobraban 60 y el doble (20 euros) por los servicios de una hora por los que facturaban 120.
Tras los testimonios recogidos, los encargados de llevar a cabo la investigación se percataron de que algunas mujeres habían sido víctimas de unos hechos constitutivos de más delitos, por lo que fueron citadas en dependencias policiales para indagar en mayor profundidad. Una vez en comisaría, una de las jóvenes manifestó haber estado sometida a las mismas condiciones laborales expuestas por sus compañeras y añadió haber tenido que mantener relaciones sexuales con el investigado por miedo a ser expulsada. Ella misma contó que en el local era habitual el consumo de sustancias estupefacientes entre los clientes, quienes las adquirían allí mismo.
Por su parte, otra de las mujeres, a quien al igual que a la anterior se le confirió el carácter de testigo protegido por miedo a posibles represalias del procesado, contó que el hombre le obligaba a tener sexo con él, llegando a hacerle tocamientos en las partes íntimas sin su consentimiento. Al no acceder a acostarse con él, añadió, fue despedida.
El registro del club de alterne tuvo lugar el pasado 24 de julio, día en el que la Policía Nacional halló e incautó 75 gramos de cocaína, 26.000 euros en efectivo, numerosas libretas y cuadernos con anotaciones sobre los servicios sexuales de las chicas y sus horarios, además de intervenir el teléfono móvil del dueño del local, que contaba con antecedentes.
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