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La sima cuenta con galerías de entre 20 y 30 metros de altura y tiene una profundidad de al menos 200 metros.

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La sima cuenta con galerías de entre 20 y 30 metros de altura y tiene una profundidad de al menos 200 metros. Fotos: Felix Ugarte Elkartea
Hallazgo

De un agujero de 30 centímetros a una sima con enormes galerías

Felix Ugarte Elkartea descubre una cueva entre Tolosa y Albiztur en la que esperan encontrar un nuevo sistema hidrogeológico que permita conocer mejor la historia del valle de Santutxo

Iñigo Villamía

San Sebastián

Jueves, 1 de febrero 2024, 01:00

El próximo 18 de febrero se cumplirá un año desde que, prospectando la zona del valle de Santutxo, en Albiztur, en el corazón de Tolosaldea, un grupo de espeleólogos entre los que se encuentra el tolosarra Mikel Azkue encontró una grieta que llamó especialmente su atención. Se trataba de un agujero de unos 30 centímetros de diámetro, con forma achatada, por el que apenas cabía el cuerpo de una persona tumbada. A priori, como ocurre con muchos otros, existía la posibilidad de que ese hoyo terminase pronto, pero contra todo pronóstico, este tenía algo de especial.

Por él soplaba una corriente de aire y se percibían intercambios de fluidos, clara señal de que algo de mayor volumen se escondía en su interior. Con estas pistas, los especialistas se pusieron el mono de trabajo y empezaron a estudiar el terreno hasta dar con una sima con enormes galerías y una peculiaridad que la hace única en el entorno: por ahí pasa Salubieta, el río subterráneo con más caudal de toda Gipuzkoa. Todavía no han llegado a él, pero confían en poder hacerlo.

Un miembro de Felix Ugarte Elkartea desciende a la sima.

«Aquella mañana, entre varios espeleólogos hicimos una barrida como otra cualquiera por la zona de Santutxu porque sabemos que ahí hay muchas simas ya exploradas y topografiadas por nuestro grupo», reconoce este miembro del Felix Ugarte Elkartea, que en aquel momento jamás imaginó estar a punto de descubrir una cueva que puede dar mucho que hablar en el territorio en un futuro próximo. Pero, ¿por qué es tan importante este hallazgo? Según explica Azkue, porque tienen la esperanza de encontrar un nuevo sistema hidrogeológico hasta ahora completamente desconocido que permita conocer mejor la historia del valle. «Nada más descender encontramos un meandro y toda esta información es importante tanto para saber los volúmenes de agua con los que puede contar ese sistema como la capacidad de retención que tiene. Es un recurso natural que tiene nuestra sociedad y debemos indagar para obtener el máximo número de detalles», añade.

«Entramos por un agujero muy pequeño y ya estamos a 200 metros de profundidad»

Mikel Azkue

Espeleólogo

Si algo llama la atención en este descubrimiento, al menos a quien no es un especialista, es que de un hueco tan pequeño se haya llegado hasta unas galerías «de entre 20 y 30 metros de altura». Es, por tanto una cueva de gran volumen. «Habremos ido en total una quincena de veces y a día de hoy podemos certificar que la profundidad de esta superficie es de al menos 200 metros», confirma Azkue, al tiempo que muestra su motivación por seguir explorando esta sima.

«Hablamos de una sima virgen y queremos saber qué galerías, manantiales y acuíferos puede llegar a tener. A partir de ahí, dependiendo de los resultados que obtengamos, podremos determinar por qué es un lugar de interés», reconoce el experto tolosarra.

¿Se podría visitar?

Es, quizá, la primera pregunta que a todos se nos viene a la cabeza. Pero la respuesta, al menos hasta la fecha, es clara. «De momento no», afirma Azkue. «Nuestro deseo es que a día de hoy solo hayamos descubierto una parte y que haya mucho más por analizar. Imagínate que en nuestras siguientes salidas vemos que podemos salir por otra parte. Eso nos permitiría incluso hacer travesías, quién sabe. Sería algo increíble pero que actualmente no podemos predecir».

Para poder acceder a esta sima es necesario conocer bien el terreno y, sobre todo, tener buen material para poder trabajar de forma segura. «La sima, a diferencia de las cuevas, tiene una progresión mayormente vertical. Es decir, es profunda hacia abajo y tiene saltos de varios metros», relata Azkue. Para ello, utilizan técnicas de espeleología alpina que les permite avanzar en la exploración. «Las bajadas las hacemos con cuerdas que instalamos nosotros mismos y para una progresión satisfactoria es necesaria la utilización de elementos de progresión vertical tales como el yumar», cuenta. «Gracias a ellos ahora mismo nos encontramos en una profundidad de 200 metros sobre la boca».

«Este fin de semana volvemos a la sima y soñamos con encontrar el río, aunque nos basta con seguir avanzando»

La próxima excursión a la sima será este mismo fin de semana. Para Mikel, al igual que para el resto de sus compañeros de expedición, el sueño es dar con el río. «Sería algo increíble, pero nos conformamos con seguir dando pasos al frente en cuanto a la exploración y la topografía». Son conscientes de que cada vez están más cerca.

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