El barco de rescate Aita Mari se ha visto obligado a retrasar su salida del puerto de Burriana (Castellón) para salvar vidas en el mar Mediterráneo. La tripulación había previsto zarpar entre los días 20 y 25, pero las inspecciones para revisar el buque han ... sido aplazadas y antes del próximo jueves no podrán navegar. Tras un breve paso por Menorca y si no tienen más imprevistos, llegarán la primera semana de noviembre a la zona de rescate.
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Las últimas inspecciones del buque se llevarán a cabo mañana y el miércoles, donde Iñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) y primer oficial a bordo del barco de rescate, no espera ningún imprevisto ya que «lo hemos revisado por completo durante los últimos días y está en buen estado». En cuento tengan todos los certificados harán la solicitud para salir del puerto y zarparán hacia Menorca.
En la isla balear la tripulación del Aita Mari celebrará unas jornadas de puertas abiertas en las que los escolares podrán visitar el barco. «Queríamos estar en la isla antes del día de Todos los Santos porque tenemos que hacer las visitas en jornadas que no sean festivo, por lo que tendremos que esperar al 2 o 3 de noviembre para dirigirnos a la zona de rescate», explica Mijangos. Y una vez en mar abierto, «nunca se sabe lo que puede pasar», pero se han preparado para estar 60 días en mar abierto realizando rescates.
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Mientras aguardan a las inspecciones, no están solos en el puerto. Xabier Legarreta, director de Inmigración y Asilo del Gobierno Vasco, ha viajado hasta Burriana para mostrar su «apoyo» a la tripulación. «Estamos aquí para acompañarles en los últimos trabajos y para defender una vez más el proyecto Aita Mari en la lucha por los derechos humanos», señala Legarreta.
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El Gobierno Vasco, además de prestar apoyo económico al buque guipuzcoano de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, también media con las instituciones italianas para que el barco pueda llegar a puerto. «Las circunstancias políticas en Italia han endurecido las medidas migratorias y contactamos con las autoridades para que las misiones humanitarias del Aita Mari puedan terminar de forma segura», acalara Legarreta.
La victoria electoral en Italia de la ultraderechista Giorgia Meloni, que ha prometido mano dura para contener la inmigración, hace que esta salida del Aita Mari sea diferente a otras, por lo menos en cuanto a la incertidumbre sobre la colaboración, o la falta de ella, que pueden encontrar en las autoridades italianas.
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