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Los alcaldes de Irun y Hendaia piden a París «más mano abierta» y «humanidad» en la frontera

Centenares de personas recuerdan al subsahariano fallecido el sábado en el Bidasoa y piden «otra política migratoria» para evitar que «un lugar de ocio se convierta en un cementerio»

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Domingo, 23 de mayo 2021

Centenares de personas se han concentrado este mediodía en la ribera guipuzcoana del Bidasoa, en el lugar donde el sábado fue recuperado el cuerpo sin vida de Yaya, un joven de 28 de años de Costa de Marfil que murió ahogado al tratar de cruzar a Francia nadando, para recordarle y pedir «otra política migratoria en Europa» y, particularmente a Francia, que «respete los derechos de estas personas en la muga y les permita cruzar los pasos fronterizos, ya que de otro modo les empujan a tener que buscarse otras vías más peligrosas, como el río o los montes».

El fallecido había pasado hacía una semana por el albergue para personas en tránsito de Hilanderas, en Irun. Tras dormir en el refugio la noche del 15 al 16, partió y no se volvió a saber nada de él.

Al acto, convocado por las asociaciones de apoyo y acogida a migrantes Irungo Harrera Sarea e Iparralde Etorkinekin, han acudido los alcaldes de Irun y Hendaia, José Antonio Santano (PSE) y Kotte Ezenearro (PS), quienes han coincidido en reclamar a París «más mano abierta y más humanidad en los controles fronterizos».

240 agentes fronterizos

Ezenarro ha confirmado que con motivo de la pandemia y de la situación de alerta antiterrorista que sigue vigente en Francia, «hay mucho control fronterizo no solo en los pasos establecidos, sino también en los montes y recorriendo los pueblos de la zona». El primer edil ha señalado que en la actualidad hay en Hendaia «240 agentes de la Guardia Nacional dedicados en exclusiva a esta cuestión». Ha informado también de que como Consorcio Transfronterizo, tanto Irun como Hendaia «hemos llamado la atención a nuestros respectivos gobiernos sobre la situación que se vive en esta frontera y reclamar soluciones». El dirigente socialista ha censurado la «consigna» que reciben de las autoridades francesas para no aceptar la llegada de migrantes, a pesar de lo cual, «desde el Ayuntamiento tratamos de dar asistencia humanitaria si detectamos a alguien que lo necesita».

Ezenarro ha defendido una política migratoria basada en «tender puentes, no levantar paredes», y ha mostrado su esperanza en que la tragedia vivida el sábado en el río Bidasoa «sirva para levanar conciencias».

En similares términos se ha expresado el alcalde de Irun, el también socialista José Antonio Santano. Tras recordar que la cuestión migratoria es competencia de los estados, que las entidades locales lo más que pueden hacer es colaborar en la atención humanitaria, y que como responsable municipal ya ha informado donde corresponde de la situación en la muga, también ha defendido que en la frontera hispano-francesa «se pueden hacer las cosas de otra manera». Santano ha pedido a la UE que «se ponga las pilas» para que exista una «política migratoria común y evitar que cada país haga las cosas a su manera y tengamos una Europa compartimentada».

Por la libre circulación

El acto de protesta se ha desarrollado en un clima de dolor y consternación. Junto a una ikurriña con un crespón negro y velas, y carteles en euskera dando la «bienvenida a los inmigrantes» y apelando a la solidaridad, la hermandad y la igualdad, los convocantes han reclamado la libre circulación de personas, denunciando una política migratoria que han calificado de «salvaje» porque «empuja a los migrantes a optar por las vías más difíciles y arriesgadas». «Cada vez que se cierra una frontera se abre una vía más peligrosa», han resaltado los representantes de la red de acogida de Irun, quienes han advertido del riesgo de «convertir una zona de ocio y disfrute como es este río, en un cementerio».

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