Secciones
Servicios
Destacamos
Dice el novelista Sergio Rodrigues que el fútbol brasileño es tan espectacular gracias a los antiguos locutores radiofónicos. Los partidos eran toscos y aburridos, pero los narraban excitadísimos como una sucesión de jugadas increíbles. Cuando llegó la tele, los futbolistas se vieron obligados a jugar ... de esa manera fantasiosa para cumplir con las expectativas de los televidentes.
Al ciclismo colombiano le pasó algo parecido. El legendario Héctor Urrego me cuenta que en los Tours de los 80 cantaban batallas electrizantes a partir de cuatro referencias. Recuerda los asaltos a granjas en Francia para pedir un teléfono, llamar a Bogotá y aullar como una sirena antiaérea: «¡¡¡Atenciónnnn, Colombiaaaa!!! ¡¡¡Lucho Herrera dejó a Hinault, a Lemond, a Roche! ¡Los matamos a tooodos!». Se despertaban llorando los niños de la granja, ladraban los perros, mugían las vacas. Otro locutor, Julio Arrastía, se acercaba en la salida a Perico Palote, ciclista joven: «Escápese en el primer puerto y yo hablaré de usted». Empezaba la carrera y Arrastía lanzaba sus pronósticos: «Veo fuerte a Perico Palote, creo que atacará pronto».
Durante el reciente Tour Colombia me encontré con un hombre que escuchaba una narración histérica en su transistor: «¡Atención porque los pedalistas del Movistar toman la cabeza del loteee! ¡Un corredor del Astana llama a su carro, ha pinchado! ¡Momentos de tensiónnn!». Pregunté al hombre por dónde iban los ciclistas. «En la salida neutralizada».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.