En mitad del puente instalaron carteles irónicos: «Bienvenidos a la Parma de esta parte, ciudad hermanada con la Parma de la otra parte». Todas las ciudades tienen su ombligo, la parte que consideran auténtica, admirable, verdadera; y luego, adheridos, tolerados, los barrios de «los otros». ... En la orilla derecha se extiende la Parma burguesa con su gran plaza, su catedral, su teatro, sus palacios y restaurantes. La izquierda es «la otra parte»: el Oltretorrente, aquel primer barrio de los inmigrantes rurales, luego obreros, ahora de medio mundo. En 1922 los proletarios del Oltretorrente levantaron barricadas y repelieron el asalto de diez mil camisas negras, las escuadras fascistas que intentaban cruzar el puente para reprimir una huelga general, al mando del aviador Italo Balbo. Años después, como ministro de Mussolini, Balbo voló de Roma a Chicago al mando de 24 hidroaviones para exhibir el vigor fascista. En el Oltretorrente lo recuerdan con una gran pintada en parmesano: «Balbo: t'è pasè l'Atlantic mo miga la Perma». Pasaste el Atlántico pero no el río Parma.

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Oltretorrente es el barrio de las clásicas carnicerías equinas parmenses y del kebab de Said Chabbi, el de la iglesia que alterna ritos católicos con ortodoxos rumanos, el del Pedale Veloce: la primitiva tasca de los ciclistas proletarios, donde hoy chocan vasos de lambrusco, porque un oltretorrentino emigrado a América les ha donado diez mil dólares para que sigan incordiando.

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